"Trance"
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El argumento: Simon, un empleado de una casa de subastas, se asocia con una banda criminal para robar una valiosa obra de arte. Pero, tras recibir un golpe en la cabeza durante el atraco, descubre, al despertarse, que no recuerda dónde ha escondido el cuadro. Cuando ni las amenazas ni la tortura física logran arrancarle ninguna respuesta, el jefe de la banda contrata a una hipnoterapeuta para que le ayude a recordar.
Conviene ver: "Trance" es un convincente ejercicio de cine negro con una serie de toques de acción y desenfreno sexual para darle un toque más atrayente y desmitificador acompañado de su habitual transgresión formal. El suspense funciona bien en un intenso rompecabezas lleno de trucos que mantiene que el interés del espectador. Londres juega como un personaje más en este triángulo que se mueve entre la intriga del delito y la de los propios vericuetos que tiene la mente humana y el subconsciente que actúa como candado entre unos recuerdos que se debaten entre ser enterrados y olvidados o vueltos a sacar a la superficie. Y es que la película arranca como una de atracos al estilo clásico, con una interesante explicación sobre los sistemas de seguridad de las casas de subastas, para luego reinventarse y devenir en algo más profundo y psicológico. Quizás con tantos giros la película acaba demasiado enrevesada y confusa a través de un guión con trampas, pero Boyle intenta ofrecer un cine más estimulante acercándose más a sus orígenes que a sus dos últimas y más accesibles propuestas. La fotografía de Anthony Dod Mantle ayuda a esa frialdad y onirismo psicotrópico que desconcierta al protagonista y al espectador obligándole a entrar en su juego en ese Londres asfixiante. Un entretenimiento evasivo y resultón, de ritmo frenético y violento, acompañado por el buen trabajo de James McAvoy, Vincent Cassel y Rosario Dawson (está última el auténtico motor de la película) que definen bien a sus personajes y que acaban sorprendiéndonos sin ser lo que podrían parecer en un primer momento. Lo peor es la superficialidad con la que trata el tema de la hipnosis y algunas escenas de desnudo puramente gratuitas. A muchos les dará ganas de echarle un segundo visionado para atar cabos.
Conviene saber: Película rodada por Danny Boyle en medio de sus compromisos para la inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Vuelve a trabajar con uno de sus guionistas de referencia, John Hodge, tras "Tumba abierta", "Trainspotting", "Una historia diferente" y "La playa".
La crítica le da un SEIS
