"Todo el dinero del mundo"
La web oficial.
El argumento: Film sobre el secuestro en Italia en 1973 de John Paul Getty III y los desesperados esfuerzos de su madre por conseguir que el abuelo del joven, el magnate del petróleo John Paul Getty Sr., considerado uno de los hombres más ricos del mundo, pagase el rescate.
Conviene ver: “Todo el dinero del mundo” es un eficaz thriller rodado con el oficio, el empaque y el nervio habitual de Ridley Scott destacando especialmente en las escenas interpretadas por los Getty (nieto y abuelo) que tiene a dos actores apellidados Plummer (Charlie y Christopher) que arrojan los momentos en los que la cinta está a un nivel muy alto, tanto por el cautiverio de uno como por la personalidad mezquina del otro que valora todo como posesiones a nivel pecuniario. El primero en las escenas de reclusión y tortura (y la relación de Síndrome de Estocolmo a la inversa que acaba estableciendo con uno de sus secuestradores, un Romain Duris como calabrés que cae en el tópico) y el segundo por el tono casi de fantasma mefistofélico con el que el veterano actor emprende un personaje que abordó en apenas dos semanas de rodaje tras la polémica que rodeó a un Kevin Spacey que habría chirriado mucho con el maquillaje. Entremedias la lucha de una madre coraje que sólo quiere salvar a su hijo y huir de la losa del apellido Getty frente a la sinrazón del poder sin escrúpulos y el capitalismo que representa su suegro, sólo dispuesto a aportar en el rescate si con eso desgrava en Hacienda. Es el personaje de Mark Wahlberg el que acabe lastrando la trama porque es el menos aprovechado como ese peón negociador del magnate que acaba inmerso en la pelea abnegada de esa madre. Thriller potente y vigoroso, impecablemente rodado, con tensión “in crescendo” que, si bien decae en algunos tramos, destaca por escenas potentes como la de la oreja (gore pero impactante), el cómo refleja las callejuelas de Roma y ese espíritu de "dolce vita" de los 70, los trabajos de Michelle Williams y Christopher Plummer, y la labor de un director que, si bien siempre sigue viviendo de los réditos del pasado, no se le puede negar su estilo y eficacia en una historia familiar cercana a la tragedia griega, ante la desgracia a la que parecen abocados sus miembros, arrojando ese sello de personalidad y oficio de viejo zorro en un tramo final que abraza el thriller convencional de mafiosos pero rodado con un clasicismo en el que las calles en las que se resuelve el rescate son casi un laberinto de intereses en el que uno nunca sabe si va a estar a salvo ante la larga sombra de una mafia que campa a sus anchas y que sólo quiere sacar partido de la inmensa fortuna nacida a raíz del petroleo y la ambición de un hombre que a su paso no ha hecho más que destrozar a su familia constituyendo un clan lleno de fricciones y juguetes rotos. Una muestra de que la soledad y el desamparo es la peor condena para aquellos que se sienten imbatibles a golpe de dinero, valiosas obras de arte y cotización en las acciones.
Conviene saber: La película de Ridley Scott ha estado marcada por el hecho de la eliminación en postproducción de las escenas de Kevin Spacey dando vida a John Paul Getty Sr. siendo sustituido “in extremis” por un Christopher Plummer que ha sido candidato al Globo de Oro, al Bafta y al Oscar por su trabajo en esta película.
La crítica le da un SEIS