Tim Burton y Johnny Depp, una relación expresionista

Querido Teo:

Tim Burton y Johnny Depp son dos figuras que se necesitan y retroalimentan. Dos nombres con los que no se entenderían los últimos 20 años de cine. Cuando se reúnen son hordas de fan los que exclaman un grito de júbilo al cielo a la hora de ver su nuevo proyecto. Johnny Depp brilla con luz propia cuando se pone bajo las órdenes de Burton adaptándose como un guante al personal mundo del realizador pero, lamentablemente, en los últimos tiempos (mientras se debate sobre el devenir de la carrera de Burton) se percibe cierto agotamiento autocomplaciente de la fórmula desembocando cada colaboración en un lugar común, siempre fantástico y apetecible, pero sin la chispa eléctrica de antaño. Por eso todavía somos muchos los que recordamos sus dos primeras películas juntos, aquellas en las que el tandem no era tan popular pero funcionaba de manera envidiable. En "Alicia en el país de las maravillas" (2010) vuelven a juntarse por séptima vez. Johnny Depp es el sombrerero loco pero siempre que sea Burton quien sea el director tampoco le hubiera importando interpretar a la mismísima Alicia si así se hubiera dado el caso. Un director que en un buen listado de películas ha dejado patente algunos peculiares toques (ojeras heredadas del cine mudo, perros muertos o ubicar la mayoría de sus cintas en el invierno o en épocas navideñas). En definitiva, el más expresionista de los directores que ruedan en la actualidad en el que lo pictórico adquiere un valor añadido en cada trabajo. Este es el expediente que justifica una relación de éxito en el cine.

Eduardo Manostijeras (1990)

La película en la que comenzó todo. El talento desbordante de Burton encontró en Johnny Depp su alter-ego perfecto. Ese joven extraño, pálido, enigmático y solitario con tijeras por manos. Johnny dejó de ser sólo un ídolo para las carpeteras y demostró que tenía mucho talento por demostrar. Magia, sencillez y continuos guiños cinematográficos (entre ellos a su adorado Vincent Price) en una fábula que todavía sigue haciendo soñar. Una revisitación romántica a la historia de Frankenstein que bebe de la infancia de Burton en California.

Ed Wood (1994)

Tim Burton acometía este biopic sobre la figura de Ed Wood Jr., considerado el peor director de la Historia por sus obras acartonadas, paródicas sin pretenderlo con interpretaciones de saldo. No obstante, Burton admiraba su estilo personal de hacer películas desde pequeño y gracias a ello pudo recuperar en el cine una figura olvidada que por su carácter megalómano Burton comparó con el mismísimo Orson Welles. Para muchos sigue siendo la mejor película de Burton, la más madura por todo lo que tiene sobre la incomprensión y sobre el sistema de estudios hollywoodiense clásico. Johnny Depp está sencillamente espectacular en el que también es uno de sus mejores trabajos. Debería haber sumado por esta cinta su primera nominación (cosa que no le llegó hasta una década después), pero la Academia no pudo dejar de valor el gran trabajo del decrépito Bela Lugosi de Martin Landau con una estatuilla al mejor actor de reparto. Siendo un fracaso comercial en su estreno, se ha convertido en la gran película de culto del realizador.

Sleepy Hollow (1999)

Burton terminaba la década con la historia del jinete sin cabeza y con un Johnny Depp convertido en detective interesado en los misterios forenses. Allí acude a un pequeño pueblo para investigar una serie de asesinatos. Una de las cintas más comerciales de Tim en las que dejó patente su dominio de las sombras, de bosques encantados y en los que su universo propio quedó mejor reflejado que nunca.

Charlie y la fábrica de chocolate (2005)

Johnny Depp es el maestro chocolatero Willy Wonka en la adaptación de un cuento de Roald Dahl que ya había tenido en los 60 una versión cinematográfica con un Gene Wilder que dista mucho de la interpretación de Depp. Aquí el actor se mete de lleno en un andrógeno y extraño personaje con más de una similitud con Michael Jackson por su aspecto, contacto con los niños y por su reclusión en un lugar fantasioso similar al rancho Neverland. Burton supo darle a la película un tono muy dickensiano y fue un auténtico boom para la carrera de director con más de 200 millones recaudados sólo en territorio USA.

La novia cadáver (2005)

Convertido en muñeco animado, Johnny Depp es un joven llamado Victor que, mientras practica sus votos matrimoniales en el bosque antes de pedirle matrimonio a su prometida, se compromete accidentalmente con el cadáver de una novia llamada Emily, quien esperaba a su verdadero amor en tiempos anteriores y por tanto, se lleva a Victor al país de los muertos. Basado en un cuento tradicional ruso, se le dio un tono humorístico y familiar con el fin de seguir el éxito de “Pesadilla antes de Navidad” (película siempre atribuida a Burton pero que él únicamente produjo y escribió). Con esta cinta en stop-motion que volvía al estilo de sus primeros trabajos y a las motivaciones que le convirtieron en cineasta, consiguió la que sigue siendo su única nominación al Oscar como responsable de la misma en la categoría a la mejor película de animación.

Sweeney Todd (2007)

Después de que Alan Parker y Sam Mendes se mostraran interesados en el proyecto, Tim Burton acometió la adaptación del musical de Broadway escrito por Stephen Sondheim. Johnny Depp y Helena Bonham Carter (pareja actual de Burton y habitual de su filmografía desde “El planeta de los simios”) fueron los protagonistas en este musical oscuro y poco favorecedor vocalmente en el que Burton superó un difícil reto. Muchos han tendido a ver muestras de agotamiento, pero lo cierto es que cumplió con nota con un Johnny Depp convertido en barbero asesino que busca venganza tras el asesinato de su mujer y el secuestro de su hija.

Nacho Gonzalo (Coronado)