"The square"
La web oficial.
El argumento: Christian, mánager de un museo de arte contemporáneo, se encarga de una exhibición titulada "The square" en la que hay una instalación que fomenta valores humanos y altruistas. Cuando contrata a una agencia de relaciones públicas para difundir el evento, la publicidad produce malestar en el público.
Conviene ver: "The square" viene después del éxito crítico que tuvo la anterior cinta del director Ruben Östlund, “Fuerza mayor”, y envalentonado por ello el director ha pecado de ambicioso pretendiendo construir un drama de denuncia con toques de comedia surrealista grotesca sobre la banalidad de nuestro tiempo, el esnobismo de los que hacen negocio con el arte y la susceptibilidad que genera el mismo. Todo centrado en lo que le ocurre a un engreído director artístico de un museo de arte contemporáneo ante su nueva exposición que pretende fomentar valores humanos y altruistas; todo hasta que la campaña promocional se les va de las manos mientras el desorden general en la vida personal del protagonista también le acaba condicionando a través de situaciones cotidianas, casi como capítulos y segmentos que pretenden dar una uniformidad, que se le acaban escapando de las manos. Una película excesiva y compleja que pretende ser un tratado de filosofía de nuestro tiempo pero que se mueve en unos extremos tan grandes y con un humor tan poco orgánico dentro de lo que cuenta que acaba siendo una cinta que enerva (con escenas realmente molestas de ver como esa performance simiesca que casi acaba en tragedia) y cansa en sus dos horas y veinte más que fomentar la reflexión a través de sus múltiples capas. A destacar el trabajo del protagonista, el danés Claes Bang, en la fina línea entre un petulante burgués y un tipo superado por las circunstancias, acompañado de Elisabet Moss (con los mejores momentos cómicos en sus breves apariciones), Dominic West y Terry Notary (ya acostumbrado a participar como especialista en películas de Hollywood con monos de protagonistas) y que aquí es el autor de la performance, Oleg. Una apuesta tan irregular como sólida en su mensaje abstracto sobre el concepto del arte y sobre las hipocresías de nuestra sociedad que la hace compleja para el público medio buscando la complicidad de un espectador apasionado del cine de autor y permanentemente cínico con el mundo y nuestro sistema de valores.
Conviene saber: Palma de Oro del Festival de Cannes 2017, 5 nominaciones en los premios del cine europeo (EFA) y seleccionada por Suecia para competir en los Oscar 2018.
La crítica le da un SEIS