"The monuments men"
George Clooney decide llevar este libro al cine y lo convierte en best seller mundial en un golpe. Hemos de agradecérselo porque aumentará la cantidad de personas que leerán una historia de valores humanos sin heroísmos teatrales. La experiencia es una lectura más que útil. Tras medio centenar de páginas se queda atrapado por un asunto que el cine solo había tocado en “El tren” con Burt Lancaster. Hay que estar de acuerdo con el autor cuando escribe: “Que el mundo ignore el legado de estos hombres tiene efectos catastróficos. Un ejemplo: hace años hablé con uno de los principales oficiales encargados de seguir el rastro de algunas de las quince mil obras de arte saqueadas del Museo Nacional de Irak en Bagdad durante y después de la invasión liderada por Estados Unidos en 2003. Admitió que nunca había oído hablar de ellos”.
Título: “The monuments men”
Autor: Robert M. Edsel y Bret Witter
Editorial: Ediciones Destino. Colección Imago Mundi
Nota de la Redacción: Ocho hombres, incorporados al ejército aliado en la II Guerra Mundial, y una mujer francesa, funcionaria de bajo nivel en un museo de París, formaron un equipo desconectado la mayor parte del tiempo, pero que lograron más de lo que la miopía militar profesional pudiera imaginar cuando les adjudicaron menos recursos que a ninguna otra unidad, incluidas las más absurdas que puedan pensarse. El autor dedica los primeros capítulos a presentarlos en forma variada. Recurre a cartas personales, datos técnicos, datos históricos, recreaciones ambientales y hasta diálogos probables entre los protagonistas. El resultado de la mezcla es eficaz, y más según se ahonda en el libro.
Tras medio centenar de páginas empezamos a comprender la magnitud del asunto y un poco más adelante ya andaremos tras la única escultura de Miguel Ángel que salió de Italia mientras vivió (LaMadonna.txt), en busca de Leonardo, Rafael, Rembrandt, Goya y hasta ¡cinco millones de objetos saqueados!.
El autor de este libro, con ayuda de un escritor profesional, es un millonario del petróleo embarcado en una causa moral. Su esfuerzo ha quedado muy bien reflejado gracias a la investigación en libros y diarios de los protagonistas. Tras estas páginas se ocultan detalles escandalosos y frecuentes en el poder absoluto como este: “Hermann Göring, el Reichsmarschall y mano derecha de Hitler, era un hombre lleno de codicia y vanagloria. Tenía docenas de uniformes cortados a medida, la mayoría con bordados de oro y seda trenzada, a cual con más charreteras, borlas y medallas. Solía llevar esmeraldas en los bolsillos y le gustaba hacerlas entrechocar con los dedos como quien remueve el cambio suelto. Sólo bebía del mejor champán. El día que le presentaron la colección de joyas de los Rothschild, en Marzo de 1941, tomó las dos piezas mejores y se las guardó en el bolsillo sin más, como quien roba caramelos de regaliz. Cuando de lo que se trataba era de robar obras de arte de grandes dimensiones, se limitaba a enganchar un vagón más a su tren privado, cual César llevándose el botín de guerra a remolque del carro imperial. Para estar más cómodo, durante el viaje a Berlín vestía un kimono de seda roja cargado de ribetes de oro. Todas las mañanas se permitía el lujo de bañarse en una bañera de mármol rojo hecha a medida para que cupiera su voluminoso cuerpo. Como no soportaba el balanceo del tren porque hacía que se le derramara el agua, cuando el Reichsmarschall Göring tomaba su baño el tren se detenía en medio de la vía, lo cual, a su vez, obligaba a detener el resto de trenes que circulaban por el mismo tramo. Hasta que el Reichsmarschall no terminaba su baño, los cargamentos de armas, equipo y soldados no podían proseguir la marcha hacia sus respectivos destinos”.
Dos de las personas que formaron la cúpula intelectual y activa de “The monuments men” cayeron en misión, ya que nunca combatieron. El resto ocuparon en los años de postguerra trabajos muy variados, desde reputados directores de grandes museos americanos hasta un ingeniero en tecnología militar. Este ensayo “novelado” y muy bien documentado no defraudará a nadie y se absorbe como un libro de acción.
Lo compré al comenzar la feria del libro y no he podido dejarlo hasta ayer, que lo terminé. Gracias por la recomendación. Es fantástico y apenas había leído sobre el tema del saqueo nazi.