"Temblores"
La web oficial.
El argumento: Guatemala, en la actualidad. Pablo es un “buen hombre”: un cristiano evangélico practicante, de 40 años y casado y con dos hijos. Pero un día Pablo se enamoró de Francisco y decidió abandonar a su devota familia evangélica. Sus familiares, sin embargo, ponen su fe y la familia por encima de todo y se aferran aun a la idea de poder "curar" a Pablo.
Conviene ver: “Temblores” es una cinta que hiela la sangre por cómo retrata de manera sobria pero asfixiante una sociedad hipócrita que reprime y que deja a un hombre a merced de la apariencia y el dogma marcado por una comunidad como la evangélica que coarta sus verdaderos sentimientos. Una cinta que aprovecha una historia para universalizar la realidad de un país como Guatemala en el que la homosexualidad vive oculta por una visión tradicionalista del mundo y que lleva a que ni siquiera pertenecer a la clase alta sea un privilegio eximente para poder sobrellevar su condición y no ser considerado un paria. Todo con muchos matices, sutilidad y emoción con gran dominio de la puesta en escena y de los recursos estilísticos y sonoros. Una cinta que demuestra el poder de la religión como secta, con la moral convertida en ideología, para una sociedad en la que su influencia es máxima para el día a día siendo una cadena para un hombre que si se plantea vivir libremente lo hará perdiendo todo lo que ha conseguido hasta el momento espoleado como paria social que sólo podrá ser salvado si entra de lleno en una terapia de conversión sexual impulsada por la comunidad evangélica que lleva a este drama personal a ser puro cine de terror al concebir un amor a los suyos sólo si son como ésta marca que tienen que ser obligando, si es necesario, a renunciar a la identidad de uno. Los movimientos de cámara sobre una fotografía tenebrosa reflejan lo que siente ese hombre acorralado, estupendo el trabajo de Juan Pablo Olyslager, así como los que le rodean, no menos magnífica Diane Bathen dando vida su mujer, en una cinta sutil, honesta y sobria pero desoladora ante el papel de la familia tradicional y el peso de la religión como elemento arrollador y aniquilador de la personalidad y libertad del individuo suponiendo su paso adelante un movimiento sísmico en la concepción de la familia que se tiene desde la moral más arcaica. Un retrato tan violento y dramático como tierno e íntimo sobre un hombre prisionero por su fe y arremetido por ello de manera furibunda para ser redirigido hacia “la buena senda” mientras debate en seguir viviendo en la apariencia tranquila de la mentira o en abrazar la libertad pero siendo condenado por los demás por ello.
Conviene saber: Es el nuevo largometraje de Jayro Bustamante tras “Ixcanul” (2015) y “La Llorona” (2019).
La crítica le da un SEIS