"Spider-Man: Lejos de casa"

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El argumento: Peter Parker decide irse junto a MJ, Ned y el resto de sus amigos a pasar unas vacaciones a Europa. Sin embargo, el plan de Parker por dejar de lado sus superpoderes durante unas semanas se ven truncados cuando Nick Fury contacta con él para solicitarle ayuda para frenar el ataque de unas criaturas elementales que están causando el caos en el continente. En ese momento, Parker vuelve a ponerse el traje de Spider-Man para cumplir con su labor.

Conviene ver: "Spider-Man: Lejos de casa" es la cinta en la que después de los acontecimientos y el fin de era de “Los vengadores: Endgame” vemos cómo ha afectado todo ello al joven Peter Parker (atención al memorable comienzo In Memorian que tiene la película) que por un lado combina su hedonista espíritu juvenil (embarcando un viaje por Europa con sus amigos) mientras, por otro lado, no puede dejar de lado la responsabilidad que ha recaído en él tras haber sido el pupilo, y en cierta manera, heredero de Tony Stark. Él sólo quiere irse de vacaciones con sus amigos y conquistar a su chica por lo que salvar el mundo es demasiado para su espalda aunque vaya abocado a ello. A Marvel le viene bien que se gane frescura en vez de tanta solemnidad y drama trascendental pero, en cierta manera, eso resta a la película valor y le da un aire menor tanto por la ausencia de un villano como por el hecho de que Jon Favreau y Samuel L. Jackson no pueden (ni siquiera juntos) sustituir a Iron Man. Y es que la cinta sobre todo destaca por su vistosa acción y por las diatribas propias de la comedia adolescente y es que en ambas vertientes destaca un Tom Holland que demuestra que ha nacido para el papel y que, al margen de preferencias, ha hecho olvidar muy rápido a sus predecesores (Tobey Maguire y Andrew Garfield). Y es que, tras Robert Downey Jr., sin duda es la mejor decisión de casting y es ese carisma lo que levanta la película ya que por lo demás se mueve en terrenos discretos, siendo algo caótica y sin la brillantez incontestable de algunos de los mejores títulos de la casa y perdiendo la originalidad que supuso la anterior entrega a pesar de haber sido el enésimo reinicio del personaje. Eso sí, el fichaje de Jake Gyllenhaal como Quentin Beck/Mysterio también beneficia a la cinta y en la química que tiene con Holland en esta cinta que combina comedia romántica, enredo juvenil “coming of age” y acción ligera (estupenda la escena en los canales de una Venecia que como casi todos los escenarios se recrearon en un estudio de Londres) sin perder la esencia continuadora del universo Marvel. Un entretenimiento veraniego sin más pretensiones en un tour turístico demasiado acelerado, tópico y, como siempre, con una imperdible (y larga) escena postcréditos de ocho minutos.

Conviene saber: Jon Watts vuelve a estar al mando de las aventuras del personaje.

La crítica le da un SEIS