Sitges 2020: Pintor cinematográfico, pantalones asesinos, demencia claustrofóbica, implantes cerebrales y terror en alta mar
Querido primo Teo:
Aquí sigo con la espalda rota de tanto sofá, quien me iba a decir a mí, que pensaba que este año no me iba a cansar tanto, pues sí, me canso, parece mentira.
Hoy me he dado una vuelta por la sección Sitges Documenta y he visto una joyita que espero que pueda ver el público general más pronto que tarde: “El último hombre que pintó el cine”, un repaso a la carrera del ilustrador cinematográfico Renato Casaro. Con declaraciones suyas, así como de gente que trabajó con él como Terence Hill o Aurelio De Laurentiis, el documental muestra infinidad de carteles y explica cómo se gestaron la mayoría de ellos. “La biblia”, “Le llamaban Trinidad”, “Terminator” “Misery”, “Bailando con lobos”, etc… son algunas de las películas cuyo cartel es obra de este artista italiano ya retirado pero que aún sigue haciendo algún encargo si la ocasión lo merece. Durante el metraje se ve la evolución de sus obras, como a partir de los 80 pasa de un realismo a un hiperrealismo gracias a las diferentes técnicas pictóricas que van surgiendo, y así hasta el último que pintó, en 1999, de “Astérix y Obélix”. Sin duda, un documento imperdible.
Y en cuestión de películas… ahí van unas cuantas.
“Slaxx”, una crítica a la explotación infantil en el comercio actual que podría ahondar más sobre el problema pero se queda corta. Es un divertimento de la sección Midnight X-Treme con unos pantalones asesinos como protagonistas, que no dejan títere con cabeza. Un guión con algunos momentos bastante divertidos y con un guiño a una de las escenas más recordadas de “Seven” y sangre, mucha sangre (este año estoy acumulando sangre para unas cuantas ediciones).
“Relic”, el debut en el largo de Natalie Erika James y que cuenta entre sus productores con Jake Gyllenhaal, llega a Sitges tras haber pasado por el Festival de Sundance. Kay y Sam van a la casa de la abuela cuando ésta desaparece. Una vez regresa se dan cuenta que no es la misma. Ya no sólo por la demencia que sufre y que se acrecienta día a día sino porque sienten unas presencias extrañas que se reflejan sobre todo en el comportamiento de la abuela. Un terrorífico film donde la familia es la base del mismo, lo que nos puede hacer recordar en más de una ocasión la estupenda "The Babadook". Es una historia de amor fraternal hasta las últimas consecuencias. La demencia es una de las enfermedades más terroríficas que existen para aquellos que la viven de cerca y de eso se aprovecha el director para convertir esta película en un relato escalofriante, claustrofóbico y psicológicamente desgarrador. Un claro ejemplo de que las buenas interpretaciones y los movimientos de cámara en el momento exacto son mucho más efectivos para causar miedo que un golpe de sonido.
En “Possessor” Tasya es una agente de una organización que usa implantes cerebrales para controlar los movimientos de terceras personas obligándolas a cometer asesinatos de unos objetivos concretos. Lo que hasta ahora siempre había salido bien se vuelve complicado cuando Tasya tiene que controlar la mente de un hombre que descubre que tiene más ansias de violencia que la propia controladora. Brandon Cronenberg vuelve a Sitges con una película que ha tenido su premiere en el Festival de Sundance. Un thriller que mezcla la ciencia ficción con la violencia y el gore y que, en algunos momentos, hará las delicias de aquel espectador que se engancha a los films que hacen pensar. Pensar en quién controla a quién en cada momento, si el controlador está siendo controlado o es todo lo contrario y el director logra que creamos que es así. Las interpretaciones son notables y eso ayuda a dar la credibilidad necesaria para ponernos en la piel de cada uno y de las decisiones que toma, por más sangrientas que sean.
En “Contagio en alta mar” la tripulación de un barco se ve amenazada por una presencia extraña que no les deja avanzar en su travesía y empieza a infectarlos a todos. Con referentes como “La cosa” o “Alien”, el guión no acaba de arrancar del todo pese a tener los elementos para provocar la agonía en el espectador, sobre todo teniendo en cuenta la atmósfera claustrofóbica que se genera al estar en medio del océano encerrados en un barco de unas dimensiones no muy grandes y que poco a poco se va viendo sitiado por el parásito. Están todos los elementos necesarios para crear situaciones de terror pero no se logra y es una pena porque la premisa tenia todos los ingredientes para convertir la película en un relato espeluznante.
Tu prima.
Imogen