Shanghai en manos del comisario Chen Cao: El Bund
Querido diario:
En 1988, a los 35 años, el chino Qiu Xiaolong pidió asilo político en Estados Unidos. Cumple 57 años y con sus libros, se ha convertido en el denunciante más popular sobre la corrupción política y económica que acompaña la transformación de China al capitalismo. Para hacerlo se ha fundido biográficamente con el inspector Chen Cao hasta el punto de dotarle de sus propios datos biográficos sin complejo alguno. Autor y personaje son poetas y escritores, tienen una edad similar, son aficionados a la gastronomía y a la literatura inglesa, en particular a T. S. Elliot. Para saber como llegó un joven chino al inglés, basta con abrir “Visado para Shanghai”, ya que comienza la segunda aventura de Chen contándolo.
Xiaolong ofrece de nuevo la visión más personal y curiosa que puede encontrarse en la actualidad sobre la vida en la mayor ciudad de China. En este caso recibirá la visita de una colega norteamericana que alterará sus emociones, y que hace de “Visado para Shanghai” la mejor guía posible para un viajero con la compañía más exclusiva. La trama se mezcla con tradición y hasta con el mundo de las compras….
Buen billete para un viaje literario sin agobios de masas empujantes, maletas perdidas o monzones inesperados, que podríamos empezar paseando por el malecón de Shanghai, un murallón de 1 kilómetro y medio conocido como Bund, que es el nombre dado por los británicos a la calle Waitan, su denominación en chino. Nuestro inspector jefe se mueve por él en todos los libros, se lo menciona muchas veces como el “sector occidental” de la ciudad, y es visita tan deseable como inevitable.
Entre finales del siglo XIX y principios del XX, el malecón de Shanghai funcionó como uno de los principales centros financieros de todo el continente. Tenían sede los bancos de los países más poderosos y hoy es una imagen de identidad la línea de los 52 edificios que los albergaban. Entre los más impresionantes se encuentra el Banco de Desarrollo de Pudong, que antiguamente se conocía como el Banco de Hong Kong y Shanghai. El hermoso edificio fue erigido en 1921 y, entre 1950 y 1990, fue sede del Ayuntamiento. La Aduana de Shanghai es también muy identificable: su inmensa torre de más de 30 metros culmina en un gigantesco reloj que permite consultar la hora desde una distancia bastante considerable. Otro destacado habitante de este grupo es el Hotel Peace. Es fácilmente reconocible, gracias a su techo con forma de pirámide y un intenso color verde, que da un toque peculiar a la vista de la región. Por una puerta del Peace se accede al parque más visitado de Shanghai, nunca falta algún turista o algún anciano practicando tai chi. En “Visado para Shanghai” Xiaolong pone aquí a Chen para comenzar su historia.