Sesión de cine-cebolla: “Esplendor en la hierba”
Querido primo Teo:
Después del especial cine-cebolla, nuestra sección vuelve a su formato habitual, aunque no lo hace de forma convencional. En esta ocasión, no seré yo el que comente la escena, sino que contaré con la colaboración de un invitado especial: Juan Carlos Fresnadillo, uno de nuestros directores más internacionales, será el encargado de describir la escena que escogió para el especial, el final de "Esplendor en la hierba" (1961). Sin duda, uno de los trabajos más destacados de uno de los mejores directores de la Historia del cine: Elia Kazan. La película catapultó a la fama a Warren Beatty y relanzó la carrera de Natalie Wood, que fue nominada al Oscar por su desgarradora interpretación (ese mismo año estrenó "West Side Story").
"Esplendor en la hierba" narra la historia de amor imposible de Bud y Deanie, dos jóvenes que viven en un pueblo de Kansas a finales de los años 20. La pareja está locamente enamorada, pero sus familias tratan de dinamitar la relación. Por un lado está Ace Stamper, el padre de Bud, un exitoso petrolero obesionado con que su hijo se marche a estudiar a Yale. Por el otro lado, la mayor preocupación de la madre de Deanie es que su hija mantenga su virginidad intacta. Presionado por su padre, Bud pone fin a la relación y comienza a flirtear con otra chica. Deanie es incapaz de soportar el dolor de la ruptura y su salud mental comienza a deteriorarse. Tras sufrir una grave crisis nerviosa en la fiesta de graduación, Deanie es ingresada en un centro psiquiátrico en el que permanecerá dos años. Por su parte, Bud se marchará a estudiar a Yale y conocerá a Angelina, una chica italiana que acabará convirtiéndose en su esposa. Cuando Deanie sale del centro, completamente recuperada, decide ir a visitar a Bud. A continuación, Juan Carlos Fresnadillo nos relata esa escena final:
"Al final de la película, Deanie va a visitar al que fue su amor de toda la vida, Bud. Hace mucho tiempo que no sabe nada de él. El final de la relación que tuvieron la enloqueció literalmente pero con los años ha decidido enfrentarse a volverle a ver. Así que va a visitarlo y descubre a un hombre que poco tiene que ver con lo que ella recordaba o amó. Es un granjero, rodeado de niños y con una mujer que no es para nada el prototipo de lo que se esperaba de él. Pero parece feliz. Se saludan tímidamente y él la invita a pasar a su casa. Ella se ha convertido en un señorita muy elegante, tampoco nada de lo que se esperaba de ella. Es curioso como la vida los ha cambiado de forma radical. Es un reencuentro muy bello donde Deanie lo perdona por todo lo que pasó. Y así ella puede seguir adelante. El momento donde es inevitable llorar es cuando se aleja en el coche que la ha traído y recuerda los versos de William Wordsworth que aprendió de joven en la escuela, cuando sentía que había encontrado al amor de su vida:
Aunque mis ojos ya no puedan ver ese puro destello, que me deslumbraba. Aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor en la hierba de la gloria en las flores, no hay que afligirse. Porque la belleza siempre subsiste en el recuerdo...
He vuelto a llorar recordándolo. Funciona. Es una gran escena de una gran película”.
Tu primo.
Janaji