San Sebastián 2019: El top 10 de lo visto en el Festival
Querido Teo:
Siempre es complicado hacer un top de películas tan pegado al cúmulo de sensaciones que es un festival. En una edición en la que se ha cuestionado el valor de la sección oficial, frente al resto de películas de los otros apartados que ya cuentan con la baza de venir avalados de otros certámenes, nosotros no incluiremos en este listado las películas que ya comentamos tanto en Cannes como en Toronto por lo que sí que la sección oficial va a estar muy representada en el siguiente listado y es que, como siempre, hay buenos títulos que se han degustado en esta burbuja materializada en avalancha de fotogramas por segundo.
10º “Zeroville” // Sección oficial (fuera de concurso)
“Zeroville” es James Franco intentando encontrar su lugar en el sol en un delirio casi alucinógeno sobre todo lo que evoca Hollywood adaptando la novela de Steve Erickson. Muchas referencias, que van desde rodajes de “Love story” o “Apocalypse Now”, a cintas como “El crepúsculo de los dioses” o “Casablanca”, hasta cameos con sorna (el impagable ladrón cinéfilo de Craig Robinson) y un retrato del juguete roto escupido por la industria a su interés pero que se disfruta por la manera de Franco de meterse de lleno en la historia arriesgando con todo para bien y para mal con personajes que son entre una burda parodia y un regalo para sus actores como es el caso de la actriz de deseo en busca de su oportunidad (Megan Fox), el productor esperpéntico y cantando en un entierro el tema The track of my tears (Will Ferrell), la montadora rata de biblioteca que enseña a Vikar todo lo que tiene que saber en el oficio (Jacki Weaver) o el director de segunda unidad de vuelta de todo pero con muchos contactos (Seth Rogen). Un delirio lleno de mala leche, austeridad y ningún sentido del ridículo en el que Franco pule un estilo gamberro y desmedido, moldeado como arcilla dejando lugar a una figura no muy agraciada, pero sí personal y con la viveza del que ama su profesión y el legado del que bebe.
9º “Rocks” // Sección oficial
“Rocks” es el nuevo trabajo de la directora Sarah Gavron y que con la camaradería desbordante de “Girlhood” y sin el dramatismo oscuro de “Precious”, apuesta por la solidaridad en un retrato fresco y auténtico con una protagonista (y su hermano) que son todo carisma en la pantalla. Un buen cierre para la competición con un reparto que aporta verdad y que parte de la idea de la directora de mostrar a una juventud en las aulas cada vez más universal propia del mestizaje y la emigración. Una cinta vibrante que nos muestra a un Londres multirracial alejado de las divagaciones del Brexit y con la realidad del día a día aportando frescura, una playlist con aire hip-hop y el reflejo de una adolescencia con mucho que aportar pero rabiosa por no tener las condiciones y el entorno para demostrarlo.
8º “La hija de un ladrón” // Sección oficial
“La hija de un ladrón” de Belén Funes es el surgimiento de una nueva realizadora de la escuela catalana que con inteligencia y sutilidad se adentra en el drama social de una joven madre soltera entre centros de acogida, trabajos precarios y la sombra de un padre ausente. Greta Fernández está magnífica como un animal herido con miedo a quedarse solo y que en su declaración final, un primer plano tan rotundo como rompedor, expresa lo que durante toda la películas hemos visto en su mirada. Y es que Greta Fernández se revela después de haberla visto en otros trabajos menos agradecidos que éste, echándose la película a sus espaldas ante esa ambivalencia en la que no sabe si soltar amarras definitivas de su padre (Eduard Fernández) y volar por sí sola o seguir aferrándose a él, al igual que ese hermano que es el nexo de unión entre ambos y que se antoja como carne de reformatorio al primer volantazo que lleven a cabo sus referentes. Una cinta que respira mucha verdad y que nos lleva a una Barcelona alejada de ideologías y de conflictos secesionistas sobresaliendo la verdad de esas familias disfuncionales que se mueven entre las circunstancias y los afectos de solidaridad fortuitos sobre una periferia que acaba comiéndose las banderas ante sus propios problemas, los reales y que implica llegar a fin de mes y trabajar sin descanso para ello.
7º “Diecisiete” // Sección oficial (fuera de concurso)
“Diecisiete” es una de las apuestas de Netflix para su catálogo en español esta temporada siendo el salto a la plataforma de Daniel Sánchez Arévalo, un realizador que no entiende el cine sin valorarlo como una terapia y como un conjunto de personajes con un marcado carácter entre la camaradería del afecto, el valor de la familia y el respeto a nuestros mayores. La cinta se erige como la “feel good movie” del cine español este año con una naturalidad que desarma, el humor como ironía y unión y una emoción desbordante. Merece ser un nuevo fenómeno en la carrera de Sánchez Arévalo y es que, aunque los más cínicos reprocharán su humor blanco y descarada intención de conmover forzando algunos aspectos del cine social más común, es necesario que haya apuestas así desde un punto de vista tolerante, reparador y humanista reencontrándose con nosotros mismos y valorando lo que tenemos, lo importante y lo que no se puede perder. El talento, naturalidad y química de Biel Montoro y Nacho Sánchez, que van desde la réplica ingeniosa, lo que realmente sienten pero no se atreven a decir, o hasta el humor más facilón (y noventero) por momentos, es el arma de una de las cintas más regulares y redondeadas del cine de un director que, tras muchos cortos durante este tiempo, no ofrecía un largometraje desde “La gran familia española” (2013).
6º “Proxima” // Sección oficial
En “Proxima” Eva Green es una madre separada de su marido que está a punto de estar recluida en Rusia durante tres semanas con el equipo con el que va a emprender una expedición espacial a Marte y entre chascarrillos de sus compañeros, por el hecho de que ella sea mujer y francesa, la cinta se adentra en cómo una niña se tiene que preparar a la situación que va a afrontar lejos de su madre durante un año. Un interesante alegato defendiendo el calor necesario de la familia, el afecto y el contacto de una madre y una hija, tan necesario como el respirar, y que precisamente supera con sencillez y emotividad algún derrotero en ese aspecto que amenaza con cargarse no sólo la operación espacial sino también la credibilidad de la película. Un acierto el retrato feminista que hace de la película con sus aristas y complejidades en un mundo de hombres y la química que transmiten Eva Green y Zélie Boulant.
5º “El tiempo contigo” // Perlas
“El tiempo contigo” de Makoto Shinkai llega a la sección de Perlas después de que el director se encumbrara con “Your name” en 2016. Con algunos mimbres que la entroncan con ella tanto en espíritu, tono y definición de personajes uno sale extasiado por la rotundidad técnica sobre ese romance adolescente de cambios climáticos con imágenes llenas de magia y una playlist exquisita a cargo del grupo Radwimps. Lirismo a través de una poesía que no cala de manera rotunda en su guión, todo parte por el hecho que hay que comprar de que el chico y la chica montan una agencia para hacer lucir el sol ante la facilidad que tiene ella para esto en época de lluvias torrenciales, pero a la que se agradece su grado inspirador y con ausencia de cinismo, el mal de nuestros tiempos. Una aventura urbana primorosamente resuelta a nivel plástico que supera con belleza y encanto algún derrotero propio del anime y tener que asumir algunos de los giros y personajes que se ven en la misma, más allá del hecho de que en estas películas los personajes a la hora de hablar de sentimientos se pongan a chillar de manera un poco forzada. Cosas de la contraposición cultural subrayada no obstante en el cine anime.
4º “Amazing Grace” // Perlas
“Amazing Grace” es un una rotunda, inspiradora y fascinante propuesta entre sudor, alabanzas, fe y pasión con la voz de Aretha Franklin en primer plano en el documental (o más bien concierto) de la grabación inédita sobre sus dos conciertos en 1972 volviendo a sus raíces. La cultura negra y el góspel reivindicado en un ejercicio cinematográfico que nunca había hecho justicia al género. Aretha Franklin como musa del mismo llegando al éxtasis en temas como Amazing Grace y Never grow old en la que asistimos al fervor de los asistentes, la sensación generalizada de todos sus artífices de que se está viviendo un hito de la música. El poso emocional en la aparición del reverendo Franklin, padre y referente de la artista, así como de la leyenda del género Clara Ward, o la devoción y energía del reverendo James Cleveland, mientras vemos a Sydney Pollack hacer pruebas de cámara y tomar fotos la convierte en una experiencia que nos retrotrae a ese gozo de efervescencia música que se vivió en esa mítica fecha. Toda una joya para melómanos y el tributo definitivo a través de su arte y su voz de una de las grandes.
3º “Monos” // Horizontes Latinos
“Monos” muestra la realidad de un grupo de adolescentes que forman una guerrilla en la selva colombiana y que tienen secuestrada a una doctora americana recibiendo también el encargo de proteger a una vaca lechera llamada Shakira y creando su particular ecosistema de poder y valores. Dura y auténtica para esta revisión de “El señor de las moscas” creando tensión, desgarro y una gran fuerza visual a pesar de la crudeza de algunos momentos impidiendo que el espectador despegue la vista de la pantalla en una tensión casi alucinógena que nos lleva a una selva como la de “Apocalypse Now” en la que el peligro está presente en todo momento dando valor al grupo, aunque destacando a la doctora que encarna Julianne Nicholson como rehén que ve caer sobre ella la sed violenta de unos críos que no tienen otro lenguaje a la hora de cimentar la responsabilidad que les ha sido encomendada. El mérito no es sólo el suspense que genera, o su retrato de la juventud alineada, sino en ser capaz de mantener un ritmo adrenalítico y sacar belleza y épica frente al horror.
2º “Y llovieron pájaros” // Sección oficial
Una propuesta de cine canadiense que tiene la habilidad para tratar temas importantes con cierto tono de bonhomía humor y ternura centrándose en la vejez, la muerte, el amor, la soledad y las segundas oportunidades. La directora de “Familia” (2005) o “Gabrielle” (2013), Louise Archambault, tiñe de aire country y testamentario, a través de las canciones (impagable el Bird on a wire de Leonard Cohen) que interpreta uno de los personajes, encarnado por el imprescindible en el cine de Denys Arcand, Rémy Girard, una deliciosa historia de soledades compartidas y de agarrarse a la vida que sobrevuela sin caerse en tópicos del cine gerontófilo apostando por suma delicadeza, honestidad y verdad en un melodrama gozoso, tierno y accesible que, por otro lado, como personajes rémora de su pasado y alejados del afecto que rebrota en la estación final de sus vidas, es valiente cuando tiene que serlo a la hora de hablar (y exponer) el sexo en la tercera edad o el suicidio asistido. Sin pasar mucho la cinta trata temas intensos emocionalmente haciendo destacar el valor de las pequeñas cosas como la importancia de una caricia o la libertad de elegir como vivir. “Y llovieron pájaros” es cine mayúsculo, rodado con exquisitez, y enarbolando el papel del arte, en reflexión, sencillez y lirismo y, sobre todo, es un canto a la hora de conocerse y de tener claro que mientras haya vida hay capacidad para amar y ser amado.
1º “La trinchera infinita” // Sección oficial
“La trinchera infinita” rodada con gran inteligencia y da la impresión de que este equipo de directores y guionistas siempre toman la decisión correcta, en un fino equilibrio para que esos 30 años (dentro de su cotidianidad) y marcados por la reclusión y el miedo hagan mantener siempre el interés y la sensación de que continuamente están pasando cosas, lo que muestra la gran planificación en la puesta en escena y en la dosificación de la historia que no tira de obviedades y que se aprovecha de simbolismos como la evolución resignada en la mirada de él (obligado a ser un ermitaño de sí mismo que ya ni siente ni padece) o la evolución física y psicológica de ella, representante de una generación de mujeres fuertes y que vivieron en sangre, dolor, violencia y violaciones las barbaridades de un régimen que de provisional se antojó como perenne ante ese armisticio que nunca llegaba. A pesar de un arranque tan potente como reiterativo, la cinta no hace más que crecer mientras pasan los años y los personajes van acumulando dolor, sentimiento de oportunidades perdidas (como un viaje de novios siempre retrasado) o el criar a un hijo con semejante panorama en el que el padre no existe a ojos de los demás, en uno de esos pueblos de la Andalucía profunda en el que los chismes y chivatazos abundan. Un retrato del miedo en la España del franquismo con un magnífico Antonio de la Torre y una Belén Cuesta que demuestra que puede con todo lo que le echen, brillando tanto en drama como en comedia, y que construye una Rosa bandera de muchos mujeres y que sufre en cuerpo y mente los desmanes del régimen en un descenso a la locura que supone como desgaste para cualquier matrimonio en esta situación. Un trabajo cinematográfico tan complejo como mayúsculo, aunque sin renunciar a un tono sencillo e íntimo que en cierta manera hace justicia a todas esas vidas truncadas (física o metafóricamente) que dejó un conflicto como la Guerra Civil reivindicando su valentía y el hecho de que el amor mutuo, y el cultivarlo aunque sea en las peores circunstancias, es capaz de todo.
Nacho Gonzalo