San Sebastián 2018: Claire Denis e Isaki Lacuesta avivan la recta final
Querido Teo:
El Festival de San Sebastián va dando sus últimos coletazos y parece que la Concha de Oro ya ha desfilado aunque, en verdad, hay mucha incertidumbre por ver si el Jurado optará por destacar al cine español (claramente lo más reseñable de esta edición) u optará por alguna otra opción como la de Peter Strickland (“In fabric” ha fascinado por su juego fetichista y perverso) o incluso el más que notable thriller argentino “Rojo”. Eso será el sábado pero hoy se han visto tres películas más a concurso además de "El ángel", otra de las cintas que jalonan la sección de Perlas, o la serie “Gigantes” de Enrique Urbizu y Jorge Dorado de Movistar + en sección oficial fuera de concurso.
“High life” es un alambicado proyecto con el que Claire Denis, la veterana realizadora francesa, sorprende viajando al espacio en una cinta que por su temática, crudeza y escenas sin ningún tapujo parece impropio de una directora acostumbrada a propuestas más amables, con personajes moviéndose en una filosofía más cotidiana, dejando ahora un mal cuerpo que deja al espectador flasheado por una distopía desesperanzadora y una ambición temática tan inabarcable que por definición hace que el proyecto se quede a medias y sobresalga sobre todo como una experiencia perturbadora más que como algo realmente valorable. En este caso nos lleva a una recóndita nave espacial por algún lugar más allá de nuestro sistema solar en el que viven Monte (Robert Pattinson) y su hija Willow, un bebé que irá creciendo con el tiempo y que fue concebida contra su voluntad ya que su esperma (de una manera bastante carnal) fue extraído con fines científicos para inseminar a una mujer joven (Mia Goth) en un grupo experimental de presos condenados al corredor de la muerte que son confinados en una espiral de violencia, deseos desatados y fluidos de los que Monte intenta evadirse encontrando en esa castidad su fuerza. La cinta termina siendo una patochada con ínfulas de culto audiovisual, reflexiones filosóficas y especiales con sementales desatados en Sodoma y Gomorra y Juliette Binoche de abeja reina pirada como científica tan sinuosa como castradora en una cinta cuya única moraleja interesante es que es la civilización y la sociedad humana la que convierte al individuo en persona y no en animal, encauzando unos instintos primarios que desatados llevan a su perdición condenándose a la aniquilación entre unos y otros.
“Entre dos aguas” de Isaki Lacuesta es la cuarta película española a concurso siendo ya el director receptor de la Concha de Oro por “Los pasos dobles” en 2011. Lacuesta rescata el universo de “La leyenda del tiempo” (2006) en el que Isra, un niño gitano, era privado de poder cantar tras la muerte de su padre. Utilizando imágenes de esa película, Lacuesta salta en el tiempo 12 años para llevarnos al mismo personaje, interpretado por un Israel Gómez Romero que se luce como animal escénico en una interpretación que va más de eso siendo una comunión con su propia vida, experiencias y dramas. La historia de un gitano bala perdida sin rumbo y sin esperanzas intentando darle sentido a su vida tras salir de la cárcel a pesar de su poco halagüeño entorno. Ahora Isra, salido de la cárcel, regresa a San Fernando para recuperar a su mujer y a sus tres hijas, reencontrándose con su hermano Cheíto, que vuelve de la Marina tras una misión que le ha llevado a Somalia. Los dos hermanos en un momento de inflexión en sus vidas y en los que, recordando la muerte violenta de su padre y como les ha afectado, reprochándose la actitud de cada uno de ellos en el tiempo en el que Isra se ha sentido abandonado por su familia entre rejas, se encuentran en un punto de incertidumbre que mascará sus caminos futuros y orden de prioridades. Un retrato íntimo y doloroso que, a pesar de ser un poco reiterativa, apabulla su veracidad abrazando el documental y conectando con el recorrido vital (muy Truffaut o Linklater) de un joven con el baqueteo que la perra vida le ha dado.
“Babo bei er (Baby)” de Liu Jie es una cinta china sobre una joven desesperada hasta la extenuación por salvar la vida de un bebé que ha nacido con atresia anal frente a la oposición del padre resignado que, a pesar de los ruegos de la joven, que arrastra desde que nació los mismos problemas, está empecinado en no operarla ni darle tratamiento. Con pocas hechuras y algo esquizofrénica es la típica que contra pronóstico rasca mejor actriz en el palmarés para una Yang Mi que termina emocionado por su quijotesca bandera del humanismo en pro de la vida humana mientras, por otro lado, vemos las dificultades que pasa en su vida sin trabajo, con una madre adoptiva a la que va a dejar de ver y sólo con la ayuda de un abnegado joven sordomudo al que interpreta con brillantez Lee Hong-chi.
Nacho Gonzalo