San Sebastián 2016: Oliver Stone no saca partido a Snowden y Jonás Trueba reconquista hablando del primer amor

Querido Teo:

Día flojo el de la sexta jornada del Festival de San Sebastián marcado por la proyección de "Snowden" de Oliver Stone y también la posibilidad de Perlas que vienen de Cannes como “Yo, Daniel Blake” de Ken Loach, "Sieranevada" de Cristi Puiu, "After the storm" de Hirokazu Kore-eda o la ganadora en Berlín "Fuocoammare" de Gianfranco Rosi.

Lejos quedan los grandes años de Oliver Stone y nuestro viverentas preferido (junto a Ridley Scott) ha presentado en San Sebastián fuera de concurso su cinta “Snowden”, un recorrido lógico en la carrera del director teniendo en cuenta su fijación por determinadas figuras que han marcado nuestra Historia en la segunda mitad del siglo XX. Eso sí, aquí tenemos dos problemas. El primero es que Stone ha perdido la chispa, la fuerza y la brillantez de antaño (ahora todo se ve como algo rutinario y con cierto sabor desganado) y el otro es que la historia de Snowden, aunque aquí mucho más accesible y dirigida al gran público, ya se ha contado en los documentales de Alex Gibney y Laura Poitras de una manera mucho más certera, periodística y documentada. La película se ve bien pero se antoja deslavazada y pobre en resultado sustentada sobre todo en el buen trabajo de Joseph Gordon-Levit que, en algunas ocasiones, parece mimetizarse con el personaje como ese paladín de la verdad en contra de la intromisión por parte del gobierno USA en las diatribas políticas de otros países a través de escuchas ilegales. Un thriller efectivo, que se regodea demasiado en el aspecto romántico, pero sin la fuerza necesaria desaprovechando el potencial y el atractivo de un personaje (aquí demasiado ensalzado como suele ocurrir en sus reciente panegíricos como los centrados en Fidel Castro) siendo un conjunto poco vistoso con algún momento de parodia involuntaria (atención a esa llamada por videoconferencia) con personajes como el de Nicolas Cage o en escenas que recuerdan a las más vapuleadas de “World Trade Center”. El reparto lo completan una entregada Shailene Woodley, como pareja fiel de Snowden, junto a los convincentes Rhys Ifans, Melissa Leo, Zachary Quinto, Tom Wilkinson o Scott Eastwood.

“Jesús” es un nuevo drama sórdido que arroja una escena que también ha provocado desbandada en la sala por su violencia gratuita, algo demasiado habitual en esta sección oficial mostrando a una juventud perdida y marcada por un entorno peligroso que pone en jaque su futuro. En la cinta de Fernando Guzzoni se centra en un joven chileno que vive con su padre en un derruido apartamento en pleno descubrimiento vital tras perder a su madre y bailar en un grupo de pop coreano. Un día se verá envuelto en el ataque a un joven uniéndose padre a hijo con el fin de superar este trance. Una película que, además, encierra una escena de sexo homosexual de alto voltaje y que descoloca con un final inesperado. Una cinta "in crescendo"en interés pero rodeada de un tono depresivo y sórdido.

“El invierno” de Emiliano Torres se adentra en la inhóspita e invernal Patagonia en la que un veterano capataz es despedido de su trabajo siendo sustituido por un operario más joven que él. A su manera ambos tendrán que intentar superar la estación que marca su ritmo de trabajo de todo el año. Una película seca y cadenciosa que adopta la forma de western que demuestra al final los sinsabores de la ambición y por progresar en sectores de negocio condenados a la desaparición, simplemente no dentro de los cánones de la rentabilidad que se pide ahora; como es el caso de la ganadería ovejera. Hay momentos interesantes pero ese desarrollo soporífero no le beneficia en nada en esta cinta en el que el paisaje acaba engullendo a toda progresión vital de los personajes.

“La reconquista” de Jonás Trueba es una de las sorpresas más estimulantes de la sección oficial de este año confirmando la excelente cosecha que se ha elegido para competir en el festival. Acusado en otros trabajos de artificial, petulante y demasiado literario en sus diálogos, el director logra en su cuarta película su particular “Antes del amanecer” con la historia de dos treintañeros que se reencuentran 15 años después tras prometérselo a sí mismos en sus cartas y compartir su primer amor.  Sentida, libre y autentica sobre el peso del primer amor en ese discurrir de conversaciones, secretos y las brasas de la pasión del pasado en una noche de reencuentro y liberación inolvidable a través de un Madrid melancólico y con cierto aire bohemio y de fábula. A destacar la naturalidad de una historia y de sus actores (Itsaso Sarana, el habitual de Trueba Francesco Carril o una luminosa Aura Garrido) que se divide en tres actos; el primero el reencuentro en una cafetería, el segundo en el interior de la casa de él tras esa noche de redescubrimiento y el tercero rememorando el inicio de ese amor adolescente cuya carta les revoca a ese recuerdo (el segmento más cuestionable y alargado). Con un final abierto (eso también muy Linklater) la cinta es un gozoso viaje por los sentimientos del amor más puro y con una banda sonora (las canciones del padre músico de la protagonista interpretado por Rafa Debio) que encaja en la historia como un guante recordando incluso a las que sonaban en el documental “Searching for sugar man”. Se merecería ser acogida por el palmarés de este año siendo también la mejor carta de presentación para que poco a poco más público llegue al cine de este director. Y es que lo que muestra Trueba con esta cinta es que, a pesar de las vivencias que vayamos acumulando en la espalda, siempre seremos unos principiantes en lo referente a nuestros sentimientos.

Nacho Gonzalo