San Sebastián 2014: John Malkovich reinventa a Casanova, el drama de la guerra y la estimulante mezcla de géneros de “Haemoo”
Querido primo Teo:
Un John Malkovich como Casanova avejentado (o como actor que le da vida en un ejercicio metacinematográfico y metateatral), el drama de la guerra con una Nina Hoss jugando con la teoría del doble y la inclasificable “Haemoo” han continuado dando lustre a la sección oficial.
“Casanova variations”, John Malkovich se arriesga con Mozart
Las reacciones (en caliente) tras el primer pase de “Casanova variations” parecían augurar que nos encontrábamos ante un inicio de jornada un tanto suicida. Sin embargo, comenzar el día con esta arriesgada propuesta, escrita y dirigida por Michael Sturminger se convirtió en una agradable sorpresa. Planteada como un relato de los últimos días de Casanova, la trama se nos explica a través de piezas cuidadosamente seleccionadas de W. A. Mozart.
¿Qué se necesita para poder disfrutar de la película? Quizás el único requisito a cumplir sería saber quién era Giacomo Casanova. Algo realmente fácil, ya que se trata de una figura conocida, cuya fama le precede y, en ningún caso, necesitamos conocer el detalle de sus proezas amatorias. También podría ser necesaria cierta imaginación para poder situar a Casanova en el ocaso de su vida, cuando los estragos de la enfermedad y las consecuencias de sus excesos le dificultaban, y mucho, el ampliar la larga lista de sus conquistas.
¿Qué, sin ser necesario, puede venir bien para disfrutar de la cinta? En primer lugar, no es obligatorio ser seguidores acérrimos de John Malkovich. Su presencia resulta tan magnética y atractiva que es más que suficiente para cautivar. En segundo lugar, no es necesario ser un experto conocedor de las óperas de Mozart. Las piezas seleccionadas funcionan muy bien como hilo conductor de la historia, al margen de qué pertenezcan a una ópera en concreto.
Con todo ello, estamos ante una cinta que funciona a pesar que algunas escenas parecen haberse alargado demasiado. Esto no resta eficacia al montaje, con buenas transiciones entre las partes teatrales y las escenas de película tradicional. Pero todo queda en un segundo plano cuando se tiene en pantalla a un John Malkovich que es dueño y señor de la función.
“Phoenix”, en el amor y en la guerra
Christian Petzold vuelve a reabrir heridas en su nueva película tras la estupenda “Bárbara”. Y lo hace contando de nuevo con Nina Hoss y Ronald Zehrfeld. Película que va de menos a más, y con un final tan maravilloso (desde el punto de vista audiovisual), que ha resultado ser una de las escenas más emocionantes de cuanto se ha visto en la sección oficial.
Se trata de una historia sencilla, en la que el amor y la traición se convierten en dos caras de una misma moneda. Con una sutil, pero excelente, interpretación de Nina Hoss (otra candidata seria a ser incluida en el palmarés del Festival), y con esa ambientación tan cuidada del cine de Petzold, hay más en “Phoenix” de lo que parecía inicialmente; el valor del amor o la justificación de una traición en una época difícil; la búsqueda de la propia personalidad entre los jirones que sobreviven a una guerra. Cine de calidad, aunque pueda pecar de ser un tanto convencional.
“Haemoo”, el cine poliédrico de Shim Sung-bo
“Haemoo” es una película difícil de encuadrar en un género; aventuras, misterio, drama social, comedia (negra, muy negra), todo tiene cabida en el barco y en el filme. Desde una primera parte más comedida, más común en su concepción, en la que se nos presentan todos los personajes y su situación, de una forma ágil y sin rodeos, pasamos a un segundo acto en el que explota toda la tensión contenida desde el principio.
Cine directo, sin concesiones, estupendamente rodado y con escenas y personajes memorables. Y aunque cada acto podría funcionar como una película diferente, el conjunto es cuando menos sorprendente. El epílogo cierra con un tono más pausado que devuelve las aguas al cauce con el que se iniciaba la cinta.
Tu prima.
Rodasons