San Sebastián 2013: El futbolín de Campanella, narco cultura, el genio Miyazaki y una de dobles con Annette Bening y Ed Harris

Querido primo Teo:

Primera jornada del Festival de San Sebastián acabada y con buen sabor de boca en general.

Futbolín

Como sabes no he ido al pase de la película, pero he puesto el oído en cuanta conversación trataba sobre ella y, por lo que parece, es una película infantil de principio a fin. No debe entenderse esto como algo negativo, sino como una definición. Es una película con pedagogía y sin ironías.

El Festival de San Sebastián acoge la Muestra de Cortos sin Cortes

También se ha presentado esta mañana la Muestra de Cortos sin Cortes, y los encargados de hacerlo han sido Bárbara Goenaga y Jose Coronado. En la Muestra se presentan trabajos de no menos de un minuto de duración, caseros en el sentido estricto de la palabra y sin cortes (plano secuencia), y es una iniciativa para incentivar la creatividad y premiar a esos directores anónimos.

Una vez superado el disgusto de dejar “Futbolín” para su estreno comercial, he dedicado las primeras horas al tres Perlas: “Narco cultura”, “The wind rises” y “The face of love”.

Narco cultura

El documental de Shaul Shwarz era una elección bastante arriesgada para comenzar el festival, 09:30h de la mañana y una durísima historia sobre la profundidad del calado de la cultura del narcotráfico en México. Durante la hora y media que dura el documental el espectador se asoma a una abismo en el que los narcotraficantes y sus sicarios han convertido Ciudad Juárez. La violencia como fin y como medio, la violencia que va calando y se convierte en culto. Una sociedad estrangulada por la corrupción, el miedo y la impotencia que, sin embargo, asiste a los narco-conciertos y venera a los traficantes como los nuevos Robin Hood. La película, va más allá y muestra la otra cara, la del narco que contrata al músico para que le componga un narcocorrido, los conciertos, etc.., en contraposición a la vida amenazada de los policías y forenses. Al final nos damos cuenta que no solo es un problema de drogas, sino que con ese calado cultural y social, la herida en lugar de sanar se hace cada vez más profunda.

Si al entrar en la sala una no sabe que Shaul Shwarz es fotógrafo profesional, a los primeros planos ya te has dado cuenta. Visualmente prodigiosa y con un cuidado por el detalle que en ocasiones clava en la silla al espectador. Se pueden extraer muchas conclusiones, que requieren dejar reposar la película, pero por desgracia cada una es más desalentadora que la anterior.

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The wind rises

Cuando ha terminado la proyección, entre aplausos, he soltado el pañuelo, inservible desde hacía media hora, para aplaudir aún con más ganas. Es muy posible que Miyazaki se haya desligado de su cine para crear esta obra, pero también es posible que el ejercicio de introspección que parece haber realizado en este caso sea el más intenso e importante de su carrera. El autor ha cedido a la emoción del creador. La melancolía impregna esta película en la que la mirada clara de sus personajes destacan entre el horror que les rodea. Al acabar, no dejas de preguntarte que hay del director en ese ingeniero con gafitas. Si es cierto que acaba aquí la filmografía del nipón, el broche es redondo y casi perfecto.

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The face of love

Interesante propuesta en la que destacan sus grandísimos actores pero que, por desgracia, arrastra la inverosimilitud de muchas situaciones y reacciones. Los personajes se van desdibujando y la película llega al final con ciertas prisas. Eso sí, en el pase de la tarde ha habido muchos aplausos y en la votación del público iba por detrás de la película de Miyazaki por muy poquito.

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P.D.: De “La vida de Adèle” hablamos después de la siesta.

Tu prima.
Rodasons