“Sala del Juzgado 3H”
La web oficial.
El argumento: El Tribunal de Familia Unificado de Tallahasee (Florida) es un Juzgado especializado en casos en los que hay menores implicados. Es una corte única en EEUU que se ocupa de asuntos relativos a padres e hijos. Las familias entran en esta corte cuando han sido acusadas de abuso, abandono o negligencia con los menores. El objetivo de este Juzgado declarado por la Ley es reunificar a las familias lo antes posible y del modo más seguro. La cinta se inspira en las palabras de James Baldwin: "Si uno realmente desea saber cómo se administra la justicia en un país se acerca al desprotegido y escucha su testimonio".
Conviene ver: Antonio Méndez Esparza, que con su primer largometraje “Aquí y allá” se llevó uno de los premios de la Semana de la Crítica en el Festival de Cannes 2012, se ha especializado en observar a la realidad en los Estados Unidos. Por primera vez se adentra en el género documental para llevarnos al Tribunal de Familia Unificado de Tallahassee en el estado de Florida. Puede resultar un trabajo muy para cafeteros en el mundo del Derecho de Familia porque no salimos de esa sala en donde se exponen los diferentes casos: separaciones con sus respectivas disputas en torno a las custodias de sus hijos, padres que quieren recuperar a sus hijos y otros que entregan a los suyos en acogida, pero el director consigue que nos metamos de lleno en esas historias de familias destrozadas en donde se busca la mejor solución posible a sus conflictos y empaticemos con ellos y también con quiénes se implican en la administración de eso tan difícil que es la justicia y más cuando son los más pequeños los principales afectados. Un trabajo riguroso y auténtico en el que Méndez Esparza se aprovecha de la Primera Enmienda por la que, al rodarse en un lugar público, el derecho a la información está por encima del derecho de la privacidad por lo que se mete de lleno en unas historias tan desoladoras como reales en las que este organismo tiene que decidir sobre la patria potestad de unos menores que, en muchas ocasiones y a veces vistos como mera mercancía, quedan marcados ante la decisión que implica que su inocencia y futuro quede a merced de la discreción de una justicia sobrepasada fruto de un sistema fallido que no protege a los desfavorecidos, teniendo los ciudadanos que bracear en las aguas para no quedar ahogados por la crueldad y las imperfecciones en las que recae y con la única ayuda de los abogados y la interpretación más o menos acertada del juez. Interesante a la hora de mostrar las deficiencias del sistema y con la inteligencia necesaria para denunciar a través de mostrar pero evitando posicionamientos o adoctrinamientos.
Conviene saber: Tercer largometraje de Antonio Méndez Esparza que ha competido en la sección oficial del Festival de San Sebastián 2020.
La crítica le da un SEIS