¿Qué fue de... Sharon Stone?
Querido primo Teo:
Hace un cuarto de siglo Sharon Stone se convirtió en un sex symbol y en un icono del Hollywood de los noventa gracias a “Instinto básico” de Paul Verhoeven. Si Julia Roberts representaba a la novia de América, esa a la que se quería llevar al altar, “Charito Piedra” (apelativo que se ganó cuando rodó en España una versión de “Sangre y arena”) era la viva imagen de la sexualidad. Más de un adolescente que se coló en la proyección de "Instinto básico", y que luego se cargaría el vídeo regalado por la abuela, soñó con perder la virginidad entre las piernas de la Stone. Pero a pesar de que pudo demostrar su gran capacidad como actriz dramática, y nada menos que de la mano de Martin Scorsese, le ha sido imposible librarse de la sombra de Catherine Tramell y no ha podido desarrollar una gran carrera.
Con 17 años la Stone (Pennsylvania, 1958) abandonó su Meadville natal y sus estudios para trasladarse a Nueva York y convertirse en modelo después de haber ganado un certamen de belleza local. En la Gran Manzana fichó por la prestigiosa agencia Ford. Al cabo de unos años se hartó de estar siempre posando y decidió que lo suyo era la interpretación y su primer papel lo logró haciendo de extra en “Recuerdos” de Woody Allen. Se pasó una buena temporada trabajando en televisión, participando en series como “Remington Steele”, “Magnum” y “Bay city blues” y a nivel cinematográfico la vimos en “Allan Quatermain y la ciudad perdida del oro”, “Por encima de la ley” y “Loca academia de policías 4: Los ciudadanos se defienden”. En 1990 se convirtió en la mujer de Arnold Schwarzenegger en “Desafío total”, por la que conseguiría cierta proyección llegando incluso a posar para la revista Playboy. Dos años después se convertiría en una superestrella por interpretar a Catherine Tramell en “Instinto básico”, un personaje que había sido rechazado por algunas actrices de renombre (Michelle Pfeiffer, Meg Ryan, Geena Davis e incluso Julia Roberts) por sus connotaciones negativas y porque había que rodar escenas de altísimo voltaje. “Instinto básico” probablemente es la obra cumbre del “sexy thriller”, fue un clásico instantáneo que no ha envejecido un ápice y el trabajo de la actriz fue fundamental para lograr dicho éxito, a nivel interpretativo no tenía nada que envidiarle a las grandes “mujeres fatales” que nos ha dado el cine; era magnética, descarada, disfrutaba manteniendo el control frente a los hombres de la película y actuaba como una apisonadora.
Hollywood quiso seguir explotando su condición de sex symbol (en esa época sabías que en una de Sharon Stone había folleteo seguro), y protagonizó títulos tan mediocres como “Acosada” o “El especialista” junto a Sylvester Stallone. La actriz reclamaba a gritos un cambio de registro para ganarse el respeto y llegó Sam Raimi con el western “Rápida y mortal”, que fue recibido con bastante frialdad por parte de la crítica. Su salvación fue Martin Scorsese que le brindó el regalo de interpretar a la buscavidas Ginger McKenna en “Casino”. Stone recibió magníficas críticas, un Globo de Oro y fue nominada al Oscar pero no pudo hacer nada frente a Susan Sarandon que se lo llevó con “Pena de muerte”. Al demostrar su calidad como intérprete dramática se había ganado el respaldo de los críticos pero sus decisiones posteriores fueron erróneas, hizo uno de esos proyectos considerados “¡dadme esa maldita estatuilla!” coo “Condenada”, que funcionó muy mal, y “La musa” o los remakes de “Gloria” y “Las diabólicas” no despertaron mayores simpatías. En menos de una década Sharon Stone pasó de ser considerada una de las mayores estrellas de todos los tiempos (era el equivalente de finales del siglo XX de una Joan Crawford y creo que no estoy exagerando) a una viverrentas que participaba en títulos que bordeaban el cine que va directo al videoclub.
El éxito de “Instinto básico” aseguró una continuación y el proyecto tuvo una larga gestación. Con la llegada del siglo parecía que iba a salir adelante pero ni Verhoeven, ni Douglas, estaban por la labor de repetir que terminó cancelándose. Pero Sharon Stone decidió demandar a los productores por incumplimiento de contrato y debido a eso no se pudo evitar que la secuela llegase a las pantallas en el año 2006. Fue un desastre. Si en 1992 “Instinto básico” recaudó más de 350 millones en todo el mundo (sin contar lo acumulado cuando salió a la venta en vídeo), la segunda entrega de las andanzas de Catherine Tramell no hizo ni 40 millones a nivel mundial (algo más de la mitad de su presupuesto) y de hecho en Estados Unidos Sony la retiró de los cines después de estar 17 días en cartel. A Sharon Stone le ha ido mejor en la televisión, se llevó un Emmy por participar en la serie “El abogado” y también ha intervenido en varios episodios de “Ley y orden: Unidad de víctimas especiales”, en uno de ellos coincidió con Isabelle Huppert en la que fue toda una experiencia “verhoveniana”. A nivel cinematográfico uno de sus trabajos más destacados de los últimos años ha sido su interpretación de madre opresora de Linda Lovelace en el biopic sobre la mítica actriz porno que fue protagonizado por Amanda Seyfried y que apenas tuvo repercusión.
A sus recién cumplidos 59 años sigue siendo incombustible pero si hace casi dos décadas estaba bordeando esa zona tan oscura del videoclub en el 2017 está completamente metida en ella. Ya lo vimos en “Feud: Bette and Joan”; Hollywood tiene demasiados trastos en su desván, lamentablemente.
Mary Carmen Rodríguez
Coño, tendrá un coeficiente intelectual brutal, pero su carrera ha dado pena y dolor... Pobre Sharon!
Si hubiera sido francesa, como la Huppert o la Ardant, habría podido hacer una carrera variadísima, como ellas, que han hecho incluso películas sin morbo alguno.