"Predator"
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El argumento: Desde los confines del espacio hasta las calles de los suburbios de las calles más pequeñas llega a la casa de la reinvención por Shane Black de la saga “Predator”. Ahora, los cazadores más letales del universo son más fuertes, más inteligentes y más mortales que nunca, y se han mejorado genéticamente con ADN de otras especies. Cuando un niño accidentalmente desencadena su regreso a la Tierra, sólo un grupo de ex soldados y una profesora de ciencias podrán evitar, quizás, el fin de la raza humana.
Conviene ver: El director Shane Black se ha encargado de llevar a su terreno al universo que vio por primera vez la luz en el año 1987 de la mano de John McTiernan y que se ha expandido con secuelas y crossovers que no han sabido estar a la altura del film original. Un niño (al que da vida Jacob Tremblay) envía por error una señal desde la Tierra al planeta de los depredadores guiándoles a un pequeño suburbio de los Estados Unidos y obligando a un grupo militar a proteger a la comunidad de los letales invasores. Shane Black no opta por la vía más fácil, que es repetir con la fórmula del original “Depredador”, sino que ofrece un punto de vista diferente. El terror da paso al humor macarra propio del responsable de “Kiss Kiss Bang Bang” cargado de muchísimo gore y también al cine de aventuras. La nueva “Predator” es a la vez una reinvención de la criatura como un homenaje a ese cine de entretenimiento ochentero y noventero con el que crecimos. Es una oda a la testosterona, con un equipo liderado por un carismático Boyd Holbrook, pero también hay hueco para dos personajes femeninos muy fuertes y que son interpretados por Olivia Munn e Yvonne Strahovski. Había en el film elementos para revitalizar a una saga que ya dábamos por muerta tras el fracaso de “Predators” en 2010 pero lamentablemente la locura de su tercer acto terminan arruinándolo.
Conviene saber: El director y guionista Shane Black (“Iron Man 3”) participó como actor en la original “Depredador” (1987) interpretando a una de las víctimas.
La crítica le da un SEIS