"Películas clave del cine erótico"
En la serie de "películas clave" que inició esta editorial hace tiempo le toca al erotismo. El encargado es un periodista joven y muy activo en el mundo de la cultura en Cataluña y Madrid, Pedro Calleja. Su selección es tan válida como pudieran ser otras, ya que no faltan esos clásicos habituales, aunque las rarezas u olvidadas en el tiempo, lo definen mejor. Al tratarse de cien películas, el recordatorio no puede ser muy extenso, pero lo suficiente para estimular una huella en los que las hemos visto, o despertar curiosidad por las no vistas. En este tipo de libros siempre suelo echar de menos una pista sobre la localización posible de las rarezas. Dejémoslo en manos de Internet.
Título: "Películas clave del cine erótico"
Autor: Pedro Calleja
Prólogo de Jesús Franco
Editorial: Robinbook
Nota de la Redacción: En la pasión no cabe la objetividad y Calleja es tan apasionado como tantos otros amantes del cine que consideran que el séptimo arte se convirtió en negocio alguna vez. Es decir, su amor les hace confundir el mármol con la estatua. El cine nació, creció y sobrevivirá como negocio, y el arte aparecerá de vez en cuando, con más dificultades que en las obras personales pictóricas, arquitectónicas o literarias, donde hay menos cocineros. Y dado que el cine es un negocio antes que ninguna otra cosa, ¿hay mayor negocio que el erotismo?. Bien, puede que las funerarias, de acuerdo, pero Eros sería el segundo. Jesús Franco prologa el texto sabiéndolo….
“El cine es la expresión artística de la concupiscencia. Desde sus más remotos orígenes, el espectador se encontraba a solas, en la oscuridad de una sala, y la presencia de otros espectadores no le molestaba, porque el impacto de las imágenes iba directamente a las mentes pobladas ya de sueños imposibles. El espectáculo era siempre íntimo y turbador, aunque tratara de la fabricación de esteras en Oriente o la cría caballar en tierras de Córdoba. Jaimito, ese gran icono de nuestra literatura popular, al ser preguntado por el profesor sobre el influjo de las imágenes en la mente del niño, se atrevió a responder con esa sinceridad de la infancia:
- ¿Jaimito, qué te sugieren estas dos líneas curvas?
- Me sugieren joder. El profesor, indignado:
- Eres un vicioso, muchacho.
- ¡Es que a mí TODO me sugiere joder!
Jaimito se ganó un coscorrón y el maestro se hizo daño en los nudillos. Pero ambos estaban ya contaminados. Creo que el ser humano no debe imponerse reglas ni prejuicios. Y yo, menos que nadie. Este libro que estoy a punto de prologar, no sé bien por qué, debería ser un canto a la libertad de expresión y al placer de la creación de imágenes y sonidos. Es decir, de todo lo que es turbador en esta vida. O cinematográfico, si queréis. Decía el maestro Berlanga que la diferencia entre el erotismo y la pornografía era sólo una cuestión de punto de vista. Esto lo decía hace muchos años. Hoy es más que evidente que no se equivocaba. Lo malo es que no había libertad para poder expresar lo que uno sentía. Ahora se supone que sí, y aún con sus limitaciones, nuestra libertad de hoy debería casi colmar nuestros deseos…”.
Nuestra comunidad LQYTDiga viene disfrutando desde hace meses de una relación propia y somos unos convencidos de que sólo la realidad supera a la ficción, aunque en el caso que nos ocupa no suela ser cierto, por desgracia, ya que raras veces protagonizamos esas secuencias que humedecen las mucosas. El libro se completa con algunas páginas dedicadas a figuras relevantes por su erotismo, ya sean directores o actores. Está escrito con fluidez, ironía y referencias históricas de todo tipo. Pero lo interesante son las películas y, con permiso del autor y sus editores… ¡quiero ver las imágenes!. Puesto que esto no está al alcance de este libro, sólo cabe deducir que, tanto autor como editores, practican con nosotros sus lectores, el arte del sadismo, que como forma de juego también puede ser erótico.
Aquí puedes ver la relación de películas….
Estasson.htm
Y para mostrarte el estilo hemos seleccionado tal vez la más erótica en nuestra opinión, y al mismo tiempo tocada por el arte de contar con imágenes. Se trata de “Cuentos inmorales”, que Pedro Calleja ve así….
Cuentosinmorales.htm