Mundo futuro: “Interstellar” (2014), impacto espacial de Christopher Nolan
Querido Teo:
En un futuro no muy lejano, la Tierra ya no es capaz de sostener la vida humana. Se ha vuelto inhóspita y agresiva para el hombre que, suponemos, de tantos excesos (léase contaminación, vertidos tóxicos, cambio climático, etc…) ha acabado con su propio ecosistema que ahora le devuelve las consecuencias en forma de continuas tormentas de polvo. En este entorno decadente, las personas se centran en ser agricultores, en exprimir los últimos frutos de una Tierra cada vez más yerma. Se han olvidado de invertir en cosas tan “extravagantes” como la investigación aeroespacial. Incluso los nuevos libros de texto han cambiado la Historia para contar que, en realidad, nunca se llegó a la Luna, que aquello fue un órdago para ganar la Guerra Fría a los soviéticos. Sin embargo, la NASA sigue funcionando a escondidas pergeñando un plan para conquistar otros mundos que puedan ser el hogar futuro de la humanidad.
Aquí empieza una auténtica aventura espacial, una película que ofrece un derroche de fantasía que atrapa al espectador en su butaca durante las casi tres horas de proyección. Christopher Nolan vuelve a demostrar, dejada ya la saga de Batman, que es un narrador ambicioso e innovador, sí, pero que no parece tener límites cuando desarrolla ideas propias. Ya lo vimos en “Memento” o en “Origen”. Y con "Interstellar" crea nada menos que una de las grandes obras del género de la ciencia ficción. Para ello se ha asesorado sobre todo por Kip S. Thorne, astrofísico que también colaboró en “Contact”, la película de Robert Zemeckis sobre encuentros con extraterrestres. De hecho, son muchas las influencias de Nolan en este filme que acaba siendo como si “2001: Una odisea del espacio” hubiese sido dirigida por el mejor Spielberg. Es decir, una hábil mezcla entre corrección científica con ansias de trascendencia y entretenimiento de calidad para todos los públicos. Incluso el director británico se permite hacer girar la historia en torno a las relaciones emocionales de los protagonistas, algo de lo que muchas veces ha carecido el cine de Nolan y por lo que ha sido criticado. Aquí, en cambio, logra encajar muy bien los sentimientos de los personajes sin parecer tan ñoño como el peor Spielberg.
Aunque hay buenas actuaciones de todo el reparto en general, lo importante de “Interstellar” es la epopeya del conjunto, la grandiosidad de los paisajes espaciales, la extrema dificultad de la misión, la lucha por la supervivencia del ser humano, en fin. Todo es una gran metáfora, a su vez, sustentada en relaciones personales muy creíbles y cercanas. Vale, Matthew McConaughey está un pelín sobreactuado y Anne Hathaway se diluye un poco. Sin embargo, son un descubrimiento los robots TARS y CASE y sus distintos niveles de humor y honestidad. Y el personaje de Matt Damon ejemplifica bien el lado ruin de la aventura. En cualquier caso, y por encima de todo, tal es la fuerza y originalidad de la historia que el impacto está asegurado.
Paco Mota