"Más allá de la Luna", Glen Keane nos emociona devolviéndonos al cine animado de los 90
Querido Teo:
Un viernes más el reclamo en cuanto a contenidos de cine lo tienen más las plataformas que las alicaídas salas y es que este fin de semana llegan "On the rocks" de Sofia Coppola a Apple TV+ y la secuela de "Borat" a Amazon Prime. Eso sí, no podemos olvidarnos de "Más allá de la Luna", título con el que Glen Keane, veterano animador de Disney durante 37 años entre 1975 y 2012, ha debutado en la dirección tras tres cortos, uno de ellos el oscarizado "Dear Basketball" (2017). Una deliciosa historia llena de fantasía, magia y buenos sentimientos que nos devuelve al cine animado de los 90. Una cinta que desde hoy ya está disponible en Netflix y que ha producido junto a Pearl Studios.
“Más allá de la Luna” nos presenta a Fei Fei, una despierta y decidida niña fascinada por el espacio que vive con sus padres vendiendo pasteles. Ella no hace más que pensar en la historia que le contó su madre relacionada con la diosa Chang’e, que vive en la Luna separada de su amor, el arquero Houvi esperando que puedan encontrarse de nuevo algún día, así como la existencia de un perro volador que, desmontando cualquier teoría científica, es responsable de los ciclos lunares. Eso sí, la felicidad de esa familia no va a ser completa con la llegada de una tragedia que supondrá un golpe a la inocencia de la niña convirtiéndola en más solitaria y descreída. La irrupción de otras personas a su esfera familiar harán que Fei Fei decida emprender un viaje a la Luna, no sólo para cumplir su sueño aventurero, sino para demostrar a los demás que la leyenda contada por su madre es cierta.
Glen Keane recupera el espíritu del cine de los 90 en un momento que demuestra que desde que abandonó Disney no le ha podido ir mejor decidido a explorar nuevos mundos e, incluso, traspasar barreras que pudieran limitarle, en claro guiño a uno de los personajes secundarios de la cinta, el hiperactivo niño Chin que ayudará a Fei Fei en la aventura. Una cinta salpicada de canciones, a cargo de Steven Price, que nos recuerdan a clásicos modernos de los que Keane formó parte como “La sirenita” (1989), “La bella y la bestia” (1991), “Aladdin” (1992), “Pocahontas” (1995), “Tarzán” (1999) o “Enredados” (2010), enarbolando la bandera de la amistad, el amor y la unión frente a la soledad y defendiendo el hecho de que, ante una tragedia, tenemos también que aprender a saber cuándo pasar página para poder seguir viviendo.
“Más allá de la Luna” encierra la emoción de “Up” (2009), tratando en una elipsis algo tan duro como perder demasiado pronto a un ser querido a causa de la enfermedad, y también luce el exotismo de otra cinta de Pixar como “Coco” (2017), a la hora de reflejar el legado y el recuerdo de los que ya no están, con una minuciosidad que sirve para que se retrate la textura y el olor de esos barrios bulliciosos y artesanales de China.
Una cinta con encanto genuino a la hora de hablar del amor y de la familia, alcanzando ahí sus mejores momentos, pero que decae fruto de su concesión infantil y convencional en la parte desarrollada en el espacio en la que abundan los colores vanguardistas deudores de las pinturas de Salvador Dalí, así como algún personaje demasiado cansino y tontorrón, él típico compañero parlanchín de Disney que se agotó ya hace tiempo, y que no esconde que, en el fondo, en lo que estamos es ante una película para que los niños se queden con la vistosidad del conjunto y con la aventura aunque, de manera complementaria, también toque la fibra sensible a los adultos.
Una pieza fundamental en el éxito de la historia es el guión de la fallecida Audrey Wells, que concibió su último trabajo como un regalo para su propia hija con el fin de que nunca perdiera la sonrisa ni las ganas de vivir por muy sola o triste que se sintiera. Es ahí donde radica la fuerza emocional de una historia que también demuestra el que fue uno de los grandes logros de Keane con los personajes que supervisó animadamente en los 90 y que contribuyeron al éxito de sus respectivas cintas; el humanismo y la empatía con los que bañaba a unos seres eternos por siempre gracias al poder de identificación que despertaban hacia los niños y jóvenes de la época, contribuyendo a asentar el poder de Disney dentro de la cultura popular de las últimas décadas.
“Más allá de la Luna” brilla por tanto en un diseño vivo y lleno de esplendor técnico, tanto en forma, colores y definición de la expresividad de los personajes, pero falla en el aspecto central en el que no logra levantar el vuelo más allá de las sucesiones de situaciones más que evidentes. Lo que nos termina fascinando como espectadores es su honestidad a la hora de hablar de sentimientos como la pérdida, el desamor, el desamparo o la incomprensión, así como el consabido guiño redentor para que la oscuridad provocada por los celos, la insatisfacción o el rencor den paso a un regalo bañado de buenos sentimientos que lleven a esa águila herida por años de desconsuelo a convertirse en el cisne que fue en su día.
Esta explosión de magia y canciones pegadizas no es nada distinto a lo que ya hayamos visto pero "Más allá de la Luna" cumple, entretiene y, sobre todo, llega al alma ante una franqueza y una emoción humanista que arrebata gracias a unos sentimientos atemporales que evocan nuestra nostalgia.
Nacho Gonzalo
Es tremenda la copia de la canción con YENTL.A partir del ,im 1:27 es calcado e incluso se atreven a insertar en el min 1:47 "Baba i can prove it to you" emulando un" PAPA I can hear you" de Yentl. Me ha parecido del todo un despropósito que se tenga que calcar otros productos cinematográficos para alcanzar una pieza musical mas o menos razonable.