"Macbeth"

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El argumento: La historia de un guerrero y líder, afectado por la guerra y con la voluntad de reconstruir la relación con su esposa, es una de las tragedias más importantes de la literatura. Adaptación de la obra de William Shakespeare.

Conviene ver: "Macbeth" es una cinta lúgubre, sórdida y pantanosa que no oculta su herencia teatral en esta espiral adictiva de ambición, poder y muerte casi de manera mesiánica hacia el trono de Escocia en el que estaría 17 años en la primera mitad del siglo XI inspirando la obra del dramaturgo británico. La cinta luce en lo técnico, siempre con un halo fantasmagórico de tonos marrones y rojizos gracias a la impecable fotografía de Adam Arkapaw, y explotando en las escenas de batalla comandadas por un Michael Fassbender que junto a su ejército se embadurna la cara al estilo “Braveheart” ofreciendo un personaje sediento de sangre inoculado por su maquiavélica mujer, ya se sabe todo un icono con el que se han comparado personajes audiovisuales contemporáneos como el de Laura Linney en “Mystic River” o el de Robin Wright en “House of cards”. A pesar de ser todo un icono de la mujer fuerte y manipuladora, Marion Cotillard no aprovecha el reto (para el que estaba prevista Natalie Portman) notándosele demasiado insegura y sin la garra necesaria para un papel tan emblemático, algo que sufre especialmente la actriz en los papeles rodados en inglés, idioma en el que se nota que todavía no se siente cómoda. Una pavisosa que al final más que mover los hilos deja que brote la locura que inunda a su marido. Todo lo contrario que un Michael Fassbender que sabe que la película es un vehículo de lucimiento para él, aunque el papel no le permita ofrecer grandes matices en su interpretación. Es de alabar la atmósfera que logra un director que tiene en “Macbeth” sólo su segunda película tras la desasosegante “Los crímenes de Snowtown” y que parece haber hecho buenas migas con Fassbender ya que también se encargará de dirigirle en la adaptación del videojuego “Assassin´s creed”. En la cinta encontramos en papeles secundarios a Sean Harris y David Thewlis y, aunque no se puede decir que sea una mala película, sí que no ha estado a la altura de lo esperado a pesar de sus referencias estilísticas tan comunes con las de la popular “Juego de tronos” pero quizás le falta nervio, no estar tan calculada y personalidad, algo que quizás podría haber aportado un Kenneth Branagh que ha mostrado el interés reciente de llevar el texto al cine. Vera en versión original también es un handicap ante la aridez del inglés antiguo con acento escocés  pero, indudablemente, algo falla en un proyecto concebido para ser algo más redondo y perdurable y que queda como la versión sucia y gore por debajo de las adaptaciones de Orson Welles, Akira Kurosawa o Roman Polanski.

Conviene saber: A competición en el Festival de Cannes 2015.

La crítica le da un SEIS