Las mejores BSO del año 2014
Querido Teo:
Un Diciembre más toca hacer un repaso a las mejores bandas sonoras del año. Tan injusta como subjetiva, la presente lista no pretende ser una coronación de los más grandes, sino un recuerdo a grandes trabajos que nos ha dejado un 2014 que, por otra parte, ha sido un poco pobre en cuanto a la calidad de la música de cine. Recordando que hay películas que al no estrenarse en España dentro del año natural no podemos considerarlas aquí (en 2015 llegará la maravillosa partitura para “The imitation game” de Desplat, por ejemplo), y que el orden no es necesariamente de peor a mejor, nos metemos ya al lío. También puedes recuperar los listados de 2010, 2011, 2012 y 2013.
TOP 5: "El amanecer del planeta de los simios"
Michael Giacchino entra en la saga ofreciendo una gran partitura, que diferencia los dos mundos, el de los simios y el de los humanos. Como mandan los cánones, en una banda sonora “primitiva”, los elementos principales son los sonidos extraídos de la percusión, que aportan espectacularidad en los momentos de mayor acción, pero que son omnipresentes a lo largo de la película, revelando un mundo extraño para los humanos. Este efecto de extrañeza, de elementos inexplorados, lo consigue el compositor a través de la creación de nuevos instrumentos de percusión, que en su golpeo generan sonidos nuevos, que el espectador recibe sin referencias previas, y que crean finalmente un nuevo ambiente, aterrador, pero atractivo.
Todo este mundo sonoro novedoso es el que retrata a los simios, una sociedad fuerte, peligrosa y violenta dejando para los humanos los convencionalismos; las cuerdas, algunos metales… mucho más cercano a nosotros.
TOP 4: "Noé"
Una nueva joya de Clint Mansell, colaborador indispensable de Aronofsky, que para esta historia bíblica apuesta más por una electrónica cuidada hasta el más mínimo detalle, y un trabajo de producción apabullante, donde hasta los micrófonos son utilizados como un instrumento más, buscando generar innumerables efectos que requieren de sucesivas escuchas para poderlos captar al completo.
“Noé” se mueve entre el intimismo que otorga el trabajo con el Kronos Quartet (formación indispensable en la carrera del compositor) y la gran épica. Sea como sea, Mansell apuesta por una creación irreal, implacable, en ocasiones deshumanizada. Es un trabajo duro, pero fascinante, de los que su escucha aislada absorbe por completo
TOP 3: "El hobbit: La batalla de los cinco ejércitos"
Esta distinción no pretende ser un reconocimiento de una película, sino de una trilogía más gastada en lo argumental que en lo musical. Howard Shore consigue cerrar su particular ciclo del anillo insertando coherentemente la trilogía de "El hobbit" dentro del universo de la Tierra Media.
Con una coherencia musical que llega hasta el más mínimo detalle, y con un nivel de creación temático para personajes, situaciones y localizaciones, el ímprobo trabajo de este compositor puede que no sea reconocido en entregas de premios, pero es sin duda un cierre maravilloso para más de una década dedicada a un mundo creado desde cero y que ha cobrado vida propia.
TOP 2: "El Gran Hotel Budapest"
Tan inclasificable como la película, tan fascinante como su director, e hipnótica como las imágenes a las que acompaña, estamos ante un trabajo donde Desplat se muestra libre y desbordante en su creatividad. Con muy pocos recursos, Alexandre Desplat basa su banda sonora para la película de Wes Anderson en dos pilares fundamentales. Por un lado el folklore eslavo y por otro los instrumentos de cuerda pulsada o pellizcada. La balalaika es el origen, pero encontramos una gran variedad de instrumentos de cuerda pulsada que, mediante púas y plectros, generan un ambiente muy particular con un punto de nostalgia.
El empleo de la percusión aporta el toque cómico a los bloques musicales, que se mueven siempre dentro de un concepto definido de números musicales independientes, con una estructura definida y siempre con una intencionalidad.
TOP 1: "Interstellar"
Zimmer el innovador, el que satura con sonido, el que busca experimentar y superarse en cada película… Ese compositor que a menudo se asocia con electrónica y grandilocuencia aparece en esta lista por lo intimista de su trabajo para Nolan. Por una partitura que, sin renunciar a esa artificialidad tímbrica que últimamente parece imprescindible en su biografía, destaca por saber callarse, bajar el volumen y supeditarse a la historia en los momentos clave. Zimmer se controla cuando es necesario, y eso es toda una novedad, además de basar su trabajo en la intensificación de los sentimientos más que de las imágenes. Con obvias reminiscencias musicales del Así habló Zaratustra utilizado por Kubrick en “2001: Una odisea del espacio”, la utilización del órgano se revela como el gran acierto de una banda sonora que, pese a apostar por lo íntimo, cuando se desata es imparable y no decepciona a los fans del sonido del compositor alemán.
Puede gustar más o menos, pero Zimmer no deja indiferente. Se arriesga, a veces tropieza, pero cuando acierta es inconmensurable. Inmenso como la película, la banda sonora de “Interstellar” es imprescindible.
Alejandro G. Villalibre