Las mejores BSO del año 2013
Querido Teo:
Odio estas listas. Uno es incapaz de juzgar “lo mejor”. Lo que a mí me haya podido gustar más a otra persona le puede parecer irrelevante, y viceversa. Y como uno no tiene la verdad absoluta, y como es imposible ser justo, y como la subjetividad es la imperante… me he decantado por hacer un top 5 con lo mejor de las bandas sonoras de este año muy personal, donde injustamente se han quedado fuera el "Lincoln" de Williams (el maestro es siempre una garantía), el "Star Trek: En la oscuridad" de Giacchino (el único blockbuster del año con una música verdaderamente reseñable) o los "Efectos secundarios" de Thomas Newman (el eterno olvidado, pero aun así el compositor que mejor sabe utilizar y ubicar la música en una película). Así que, sin más preámbulos, aquí va. Cinco bandas sonoras indispensables del 2013. Podrán o no ser las mejores, pero, desde luego, son excelentes. Recuerda nuestras elecciones en 2010, 2011 y 2012.
TOP 5: "Posesión infernal"
Roque Baños se asentó en Hollywood con una fascinante partitura para “Posesión infernal”. Llena de guiños y referencias a clásicos del cine de terror, quizá sea el Jerry Goldsmith de “La profecía” el que en muchas ocasiones se nos hace presente al escuchar esa banda sonora. Y eso dice mucho del trabajo de Baños.
El compositor consigue otorgar una entidad propia a la saga, con un lenguaje muy reconocible, predominio de cuerdas y coros que, en muchas ocasiones, le acercan a grandes compositores contemporáneos como Krzysztof Penderecki. Hace gala de una potente masa orquestal para los momentos de mayor horror en cortes donde los efectos sonoros y las disonancias son los protagonistas. Efectos sonoros que no sólo los conseguirá con interpretaciones poco usuales de los instrumentos, sino que se servirá también del coro para susurros, gritos, ruidos y partes recitadas además de las cantadas.
Si bien la tónica general hace que los bloques sean muy homogéneos, y se hace difícil destacar alguno, sí que es justo reseñar el Evil tango (track 15), una impresionante pieza que basada en los ritmos sistematizados por grandes maestros del tango como Astor Piazzolla, y con el uso de los coros cantando en latín (más referencias a “La profecía”), resulta sensual y aterradora, nos atrae y repele con la misma intensidad. No es un disco para oídos sensibles, pero es un disco con una música excepcional.
TOP 4: "El atlas de las nubes"
La música, firmada a tres manos Tom Tykwer, Johnny Klimek y Reinhold Heil, tan apabullante como la propia película, es fascinante. También aquí podemos hablar de un “fresco”, ya que la música ayuda a situarnos cronológicamente en cada una de las historias y, como no podía ser de otra manera, juega un papel importante en el relato del compositor, donde escuchamos intercaladas citas de otros autores, como la Tocata y Fuga en Re menor de Bach en el track 3, Travel to Edinburgh. Una vez superadas las etapas del pasado, la música va tornándose más y más indescifrable, ganando protagonismo la electrónica y los sonidos abstractos y olvidándose de la melodía.
Sin embargo, son los momentos intimistas los que ganan la partida, donde la sensibilidad se destapa como el arma más potente de la banda sonora. Mención aparte merece el sexteto para orquesta compuesto para la película, una pieza de concierto que, si la programación de las orquestas prestase la atención que se merece a la música de cine, podría llegar a aparecer en las salas de conciertos, porque su calidad es incuestionable.
TOP 3: "Gravity"
Hay en la música de Steven Price para “Gravity” una fuerte vocación dramática, de ampliar con su quietud y su sentido minimalista la inmensidad del espacio. La banda sonora se sirve también de los sonidos electrónicos y ruidos artificiales para generar una permanente tensión que no da tregua al espectador. Escuchar la música de Price nos sitúa en otro nivel mucho más abstracto, donde los sonidos agudos, casi inaudibles, nos presentan la soledad de los protagonistas.
El compositor ha optado por crear desde cero la gran mayoría de los timbres utilizados, procurando que no tengamos ninguna referencia previa que nos condicione. Aunque, desde luego, al escuchar “Gravity” debemos recordar a Goldsmith. Desde “Alien, el octavo pasajero” nadie nos había inquietado tanto con la inmensidad del espacio. Uno de los mejores discos del año y, sin duda, una referencia desde ya dentro del género espacial. Una joya.
TOP 2: "La mejor oferta"
La noticia de que Morricone vuelve a colaborar con Tornatore siempre es una alegría para el aficionado a la música de cine, máxime después de la maravillosa“Cinema Paradiso”, cuya banda sonora quedó para siempre marcada a fuego en nuestros recuerdos. Mucho se ha hablado de la voluntad de reverdecer aquellos laureles, y esta nueva composición del maestro lo confirma.
No es una música diáfana, pese a lo que el bellísimo tema principal pueda sugerir. Es opresiva, oscura, el acompañamiento se mueve en el grave, por semitonos que siempre aportan un sonido de especial languidez, pero es una grandísima partitura. Hay quienes la colocan dentro de las mejores de Morricone, y eso es mucho decir. Desde luego, adelanta sin esfuerzo a la gran mayoría de compositores que hemos visto a lo largo del año en esta sección, porque el autor, como músico y compositor, está a años luz en lo que a capacidad y calidad musical se refiere. Morricone ha vuelto, disfrutemos, porque esto cada vez es menos habitual.
TOP 1: "The master"
Estamos ante uno de esos trabajos que podemos calificar de excepcionales, de extraordinarios. Y que probablemente quede relegado en cualquier entrega de premios, porque no es una música fácilmente vendible. Cada pista es una pequeña pieza de cámara. Los efectos sonoros y las armonías complejas que, en muchos momentos, se alejan de la tonalidad son habituales, y eso hace que el aficionado tenga una primera impresión negativa hacia esta partitura.
Greenwood plantea un trabajo muy arriesgado, muy intelectual (si se quiere llamar así), pero también presenta algo nuevo, algo fresco y una apuesta por ser diferente. Y eso, en el cine actual, donde la música cada vez es más obvia, más conservadora y más simple, es de agradecer. Es un disco absolutamente recomendable. Una auténtica obra maestra de las que no abundan. Y, sobre todo, una adquisición obligada para todo aficionado a la música de cine.
Alejandro G. Villalibre