"Las brujas de Zugarramurdi"

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El argumento: Dos parados cometen un atraco y huyen perseguidos por la policía y por la ex mujer de uno de ellos. Se adentran en los bosques impenetrables de la Navarra profunda cayendo en las garras de una horda de mujeres enloquecidas que se alimentan de carne humana.

Conviene ver: "Las brujas de Zugarramurdi" es todo un aquelarre desbarrado y frenético en el que Álex de la Iglesia puede dar rienda suelta sin ataduras a todo ese talento desbordante, gamberro y grotesco. Su primera media hora es excelente (todo lo que se desarrolla en la Plaza del Sol) pero la cinta termina cayendo con momentos irregulares y unos gags más afortunados que otros. Todo un torrente de locura que de tan desmadrada que es acaba dañando a la película. La fuerza como director de Álex de la Iglesia y como deudor de un estilo tan característico acaba apabullando en una película desconcertante, excesiva y aburrida en algunos tramos. Y es que el tema brujeril en la cueva de ese pueblo con crítica al matriarcado vasco no termina de estar todo lo afortunado que debiera. La salva algún momento más inspirado que la media y la interpretación de algunos actores como Carmen Maura, Mario Casas, Hugo Silva (como padre separado que tiene que conciliar su vida personal con la profesional), Terele Pávez y el cachondo dúo formado por Santiago Segura y Carlos Areces. Los títulos de crédito vuelven a ser muy potentes como lo fueron los de "Balada triste de trompeta". Se nota que el director se lo pasa pipa en este choque de géneros entre hombres y mujeres y se preocupa más por pasarlo bien y hacer lo que quiere hacer, sin preocuparse de si la historia está deslavazada o de querer ser políticamente correcto introduciendo alguna broma misógina de mal gusto. El poder de imaginación y el sello de autor del director bilbaíno siguen intactos pero le pesa la irregularidad, el exceso injustificado y volver a fallar en el clímax de la historia.

Conviene saber: 11º largometraje de Álex de la Iglesia que ha podido verse en el Festival de San Sebastián 2013.

La crítica le da un SEIS