"La vida secreta de Walter Mitty"

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El argumento: El tímido empleado de una editorial consigue evadirse de su gris existencia imaginando que es el protagonista de grandes aventuras; un día, su sueño se hace realidad cuando conoce a una misteriosa mujer que le implica en una peligrosa misión.

Conviene ver: "La vida secreta de Walter Mitty" es una película dirigida a un público soñador que esté dispuesto a introducirse en una propuesta que no acepta medias tintas. O entras a su fascinante juego surrealista y mágico con ecos, o te parecerá una cinta aburrida y sin gracia en la que Stiller ha agotado toda su chispa. La película cumple técnicamente pero el conjunto es algo enrevesado, forzado y torpe logrando un mejor y satisfactorio equilibrio en su trailer, que nos cautivó a todos este verano. Lamentablemente la cinta no llega a ese nivel y, en vez de ofrecer algo refrescante, se queda incidiendo en la premisa inicial y más obvia que no es otra que la de un hombre que se enfrenta a la realidad que le rodea refugiándose en las aventuras que vive imaginariamente, el típico ciudadano medio con una gran fuerza interior y un potencial por descubrir. Aunque la cinta desemboca en un buen final que toca la fibra sensible y redondea ese aire casi naif y melancólico que tiene el proyecto, que es lo que más conserva de la primera versión en ese caso encuadrada en la comedia musical, no hay que olvidar que los viajes y aventuras de Walter Mitty no terminan de interesar y muchos de ellos se hacen pesados y cuesta arriba a pesar de alguna escena recordable que si lo es sobre todo es por la aparición de alguna buena canción que aparece en el momento justo. En esta ocasión Stiller abandona su estilo de humor absurdo para, en definitiva, seguir los cánones de la comedia romántica de toda la vida y acercándose más a un toque de autor tipo Michel Gondry que la típica propuesta más transgresora del cómico a lo que ha contribuido Steve Conrad, guionista de “En busca de la felicidad”. Se valora el esfuerzo de Ben Stiller pero la idea no ha terminado de llegar a buen puerto, es verdad que actualiza una historia reivindicable, pero es una pena que lo haga de una manera más rutinaria que la que el fresco trailer nos ofrecía y que su soñador personaje no termine de despertar todas las simpatías que debiera. Aunque, eso sí, todo depende de que se conecte o no con la historia. El que tenía que haber sido el proyecto de consolidación de Ben Stiller como director, queriendo trascender a través de la emoción sacrificando la faceta más comediante de Stiller, se ha quedado a medio camino de muchas cosas, todo para enmascarar la convencional historia de amor para la que tampoco ha logrado conseguir la química necesaria entre él y una Kristen Wiig que, sabiendo lo comicaza que es, aquí está muy desaprovechada, siendo Adam Driver al final el auténtico robaescenas de la película como el típico trepa que asciende pisoteando a los demás a base de jeta en lugar de esfuerzo, trabajo y pasión. Por ahí anda también Sean Penn casi de cameo en plan líder espiritual. Una fábula naif y emocional para estas fiestas de buenos valores aunque con sabor a decepción.

Conviene saber: Remake de “La vida secreta de Walter Mitty” (1947), película dirigida por Norman Z. McLeod y protagonizada por Danny Kaye e inspirada en un relato de James Thurber. Es el quinto trabajo como director de Ben Stiller.

La crítica le da un SEIS