La situación del cine tras la subida del IVA
Querido Teo:
La Federación de Cines de España, representante del 80% de las salas de cine, ha hablado formalmente para valorar la subida del IVA al 21% en las entradas de cine. Al margen de la retórica convencional en los comunicados de prensa, su opinión es la que se extiende cada vez más: un desastre recaudatorio y pérdida de puestos de trabajo. Los empresarios de salas de cine son contrarios a una huelga de salas y proponen hablar con el gobierno para explicarles el impacto que supondrá la subida del IVA. El sector se pondrá a la cola, por tanto, junto a muchos otros que explicarán al Gobierno lo que ya sabe, y que está seguro de que no debe importarle.
Puede haber argumentos para considerar al cine como un mero producto de consumo, al que aplicarle el mismo IVA que al resto, pero no cabe duda de que es más. A veces transmite valores dignos, combate prejuicios o estimula las neuronas. Aunque no sea así en todos los casos, debería bastar con que fuera alguno de vez en cuando, para aplicarle un IVA cultural.
Con respecto al cine, que es lo que interesa entre nosotros, estamos ante otra medida desesperada, mucho más fácil y rápida que calibrar consecuencias. Las salas forman parte de la liturgia y el rito del cine; los que disfrutamos y nos relacionamos en las salas, deberíamos esforzarnos en no dejar de hacerlo. Dado que las salas empiezan a ser más extrañas que los templos, tal vez pensemos que podrían recibir el mismo trato fiscal. Sería apelar a una imagen respetada por cualquier corazón conservador. Inútil. Ahora solo están pendientes del cepillo. Si se prefiere, se nos están cepillando.
Carlos López-Tapia