La magia de Pixar comenzó con "Toy Story"
Querido Teo:
Llega esta semana a las pantallas "Toy Story 3" y los de Pixar cumplen 15 años de sueños y de magia desde que revolucionaran la industria con la primera entrega de la franquicia juguetera. Todo tiene su historia y que Pixar se haya convertido (casi) en el monopolio de la animación no es flor de un día. Estos son sus comienzos. Aunque muchos no lo saben el origen de Pixar está en George Lucas, el director más galáctico del cine. Todo fue a raiz del proceso de divorcio que George Lucas estaba llevando con su, por aquel entonces mujer y editora, Marcia. El proceso estaba siendo demasiado costoso y George necesitaba dinero, bastante dinero… y buscando que poder vender, Lucas vendió una pequeña división de Lucasfilm: Pixar. Esta pequeña filial nació con el fin de poder abaratar los costes de todos los accesorios y artilugios necesarios para la saga de “La guerra de las galaxias”. Qué mejor que internalizar todo ese trabajo a través de la creación por ordenador. Alvy Smith y Ed Catmull eran los encargados de llevar esta delegación y contratando más personal de apoyo formarían el primer núcleo del futuro Pixar. Una de las primeras animaciones digitales de la compañía fue, la explosión de un planeta en "Star Trek II".
No es hasta 1985 cuando Smith y Catmull conocen al que sería el auténtico impulsor de este incipiente proyecto: John Lasseter. Ya conocido por sus ganas de pasarlo bien en el trabajo, y por sus imposibles camisas hawaianas, Lasseter aterriza en Lucasfilm después de una etapa en Disney en la que no su talento y su intención de innovar dentro del sector no fue respaldado.
Steve Jobs, el ahora presidente de Apple, se hace con Pixar desembolsando 10 millones de dólares. Una operación redonda teniendo en cuenta que la empresa salió al mercado por un valor de 30. Jobs tenía una herramienta que le permitiría poder consolidar su imperio tecnológico. Su intención era convertir a la compañía en un hardware para ordenadores y venderlo como tal. Un corto para entretener al hijo de John Lasseter fue la chispa que dio origen a toda la maquinaria animada que ahora conocemos. “Luxo Jr.” fue un corto que demostraba la desbordante imaginación y sencillez con la que encaraba sus proyectos y las capacidades de un ordenador para crear animación. El corto fue nominado a un Oscar como mejor cortometraje de animación, pero la alegría se vio empañada por los graves problemas económicos que atravesaba Pixar lo que obligaba a que se tuviera que poner dinero por parte de los trabajadores para así poder sacar cualquier proyecto adelante.
Aunque John Lasseter tenía otra idea para un corto, logró convencer al resto de miembros de Pixar, de seguir por el camino de la animación. Fue “Tin Toy”, un esbozo de lo que luego sería Toy Story que sería recompensado con un Oscar. Pixar no podía encarar ningún proyecto a medio plazo y sacó beneficios gracias a la creación de anuncios publicitarios. 71 anuncios que le reportaron dinero a Pixar y, también, un campo de pruebas perfecto para experimentar con sus técnicas de rodaje.
Con los problemas resueltos, John Lasseter escribió el guión para el primer largometraje de la compañía: “Toy Story”. Muchos Estudios le dieron con la puerta en las narices pero fue precisamente Disney, la empresa en la que se cultivó Lasseter y que años después terminaría integrando dentro de ella a Pixar, quien le dio los 15 millones necesarios para producir la película ante la posibilidad de crear un hito para la animación. Así fue, “Toy Story” fue vendida como la primera película animada realizada integramente por ordenador. Pero había algo más, la fuerza de una buena historia llena de nostalgia, emoción y mucha aventura. También un exquisito cuidado técnico, guiños cinéfilos y populares y siempre la banda sonora como valor añadido. Ingredientes que no se han hecho más que repetir en una carrera con películas como “Bichos”, “Monstruos S.A”, “Buscando a Nemo”, “Los increíbles”, “Cars”, “Ratatouille”, “Wall.E” o “Up”. “Toy Story” fue la primera película nominada al mejor guión que, junto al premio especial recibido por Lasseter ese año, era el esperanzador comienzo de un círculo que ahora se cierra con la tercera entrega. El haber sido capaces de convertirse en la fábrica de sueños del siglo XXI.
Nacho Gonzalo (Coronado)