La luz de los fotogramas: Néstor Almendros, el único fotógrafo español ganador del Oscar
Querido Teo:
En esta ocasión vamos a recordar a Néstor Almendros, el primer, y por ahora único, director de fotografía español que ganador de un Oscar. «Néstor Almendros es consciente de ejercer un arte al tiempo que practica un oficio» dijo François Truffaut. Nació en Barcelona en el año 1930, hijo de maestros, sufrió en carne propia la persecución del aparato franquista. En 1948, Néstor se fue a Cuba para evitar su incorporación al ejército español. Desde muy joven, demostró interés por las artes, principalmente por el cine. Ya en Cuba por 1955 obtuvo la licenciatura en Filosofía y Letras y comenzó su carrera como director de fotografía y realizador de películas amateurs.
Influido por el trabajo de fotografía "realista" del neorrealismo italiano y los cambios que fueron retomados por la Nouvelle Vague francesa, con los que tenía muchos puntos en común, decide trasladarse a Francia, dónde realiza se encarga de la fotografía en algunos cortos de Rohmer y Eustache. Serán el propio Rohmer y François Truffaut los directores con los que más colaborará en esta etapa francesa. Durante las décadas de los sesenta y setenta trabaja con Rohmer en “La coleccionista” (1966), “Mis noches con Maud” (1969), “La rodilla de Clara” (1970), “El amor después del mediodía” (1972), “La marquesa de O” (1975), “Perceval le Gallois” (1977). Fotografió quizás las mejores películas de Truffaut con el que rueda ocho películas; “El pequeño salvaje” (1969), “Domicilio conyugal” (1970), “Las dos inglesas y el amor” (1971), “La historia de Adéle H.” (1975), “El amante del amor” (1977), “La habitación verde” (1977), “L´amour en fuite” (1978) y “El último metro” (1980) con la que ganó el César de la Academia del cine francés.
Es reseñable su trabajo en la película de Marguerite Duras, “Des journées entiéres dans les arbres” de 1976, ese mismo año rueda con Terrence Malick, “Días del cielo”, por la que consigue el Oscar a la mejor fotografía. En ella propuso, con el visto bueno de Terrence Malick, algunas novedosas técnicas para rodar las numerosas escenas de noche, como, por ejemplo, utilizar fuego real para iluminar los rostros de los actores en las secuencias donde están cerca de una fogata y siempre con la intención de conseguir el mayor realismo posible. Fotografía también preciosas imágenes tanto del atardecer como del amanecer, durante la llamada "hora mágica", que crean ese especial lirismo tan del gusto del realizador norteamericano.
Una excepcional carrera detrás de la cámara en la que además de casi cincuenta largometrajes y multitud de cortometrajes, destacará su trabajo en el mundo de la publicidad, como las campañas para el diseñador italiano Giorgio Armani, realizada por Scorsese y trabaja, entre otros, con el gran fotógrafo Richard Avedon para una publicidad de Calvin Klein. Almendros es sin duda alguna uno de los profesionales que más ha influido en el cine moderno. Si, por casi todo el mundo, es reconocida la figura del director, y más en el cine actual en el que muchos aficionados van en masa a ver tal o cual película de directores actuales, muy pocas veces se conoce y aprecia al profesional que está junto a él en las sombras, el que enmarca e ilumina el rostro hermoso de una actriz o es capaz de crear una imagen de tal fuerza visual que permanece imborrable para siempre en nuestra memoria. Almendros buscó siempre el acercamiento más fiel a la realidad, ese naturalismo, esa verdad que proyectaba desde su mirada, la fidelidad a lo que le rodeaba, son quizás los valores más destacables de su oficio.
David Santamaría
Es una pena que no reediten su libro "Dias de una cámara", no es el único que escribió, pero me parece el mas interesante.