"Jacques Offenbach y el París de su tiempo"
El autor de este libro debe su popularidad a un par de obras sobre cine, producto de una larga trayectoria como crítico. El más conocido es "De Caligari a Hitler", publicado en 1947, pero hasta ahora no ha sido posible leer en español el que puede que sea su mejor obra, una "biografía" de la ciudad de París en el siglo XIX.
Título: "Jacques Offenbach y el París de su tiempo"
Autor: Siegfried Kracauer
Editorial: Capitán Swing
Kracauer escribió este libro en el peor momento de su vida. Estaba exiliado en París, donde había huido en 1933 para escapar de los acontecimientos en Alemania. Su reciente esposa pudo acompañarle, pero no logró sacar ni a su madre ni a su tía, que morirían en un campo de concentración. Emigrante sin fortuna, periodista sin periódico, colaborador mal pagado en diarios franceses o suizos, apenas tenía suficiente para sobrevivir.
Fracasó económicamente con una novela y decidió hacer algo que le garantizara algún dinero. Así decidió hacer en sus propias palabras: «Una biografía del tiempo del Segundo Imperio». Creía que el rodaje de "Los cuentos de Hoffmann" de Offenbach, en Hollywood, ayudaría en la venta, aunque la película no llegó a realizarse.
Así, gracias a esta joven editorial, que me sorprende a menudo con apuestas diferentes, me he visto sumergido insospechadamente en el mundo de la opereta. Hubiera lamentado perderme este viaje a un periodo histórico y una ciudad poco frecuentada por nuestros historiadores y novelistas.
El compositor Offenbach, el John Williams de aquel tiempo, representa a la Francia burguesa de los tiempos del Segundo Imperio de Luis Bonaparte. Las fiestas, el teatro, los diarios, los elegantes que pasan la vida en el bulevar, las cortesanas, los militares sin guerra, los republicanos revolucionarios, son los primeros europeos en experimentar el fenómeno de "la primera industria cultural" y que hoy conocemos como cultura de masas. Pero también conoceremos a muchos desclasados que forman la pre clase media, las extrañas clases de empleados (o de pequeñas dependientas) que no se reconocían en las luchas del proletariado y que, a falta de orientación educativa, se refugiaban en lo que Kracauer llama "asilos para desamparados", locales de diversión, salas de fiestas, incluso palacios del cine, en donde el sinsentido de la historia y de la existencia quedaba compensado en forma de vistosas y seductoras historietas.
El autor tiene la gran habilidad de conectar la música, los argumentos o las circunstancias de las operetas con el mundo de París, sus locales, sus costumbres, y resulta todo un regalo.
Dicen que un buen comienzo y un buen final consolidan la buena opinión que dejan los libros o las películas, creo que dar un vistazo a este comienzo, incitará a hojear este libro.
Carlos López-Tapia