In Memoriam: Paul Naschy, el hombre lobo español
Querido diario:
El actor Paul Naschy, famoso por sus interpretaciones en películas de terror de los años 60 y 70, como "La marca del hombre lobo" o "La noche de Valpurgis", ha fallecido esta pasada noche en Madrid como consecuencia de un cáncer, según ha confirmado su hijo Sergio Molina. La capilla ardiente con sus restos mortales está expuesta en el tanatorio madrileño de la M-30 y será enterrado mañana después del mediodía en Burgos, localidad natal de su esposa.
Jacinto Álvarez Molina, conocido por su nombre artístico Paul Naschy y apodado el "Boris Karloff" español, era actor, guionista y director de cine de terror con un centenar de películas rodadas a lo largo de su carrera. Jacinto se cria durante la Guerra Civil Española, en la que su padre se salvó de ser fusilado, después de que su propio hermanastro le denunciase. Durante el resto de la guerra, la familia permaneció en Burgos, volviendo a Madrid años después. Allí el joven comienza a aficionarse al cine. Una película le agradaría especialmente: "Frankenstein y el hombre lobo". Mientras estudia arquitectura en Madrid, Jacinto se entrena como levantador de pesos, llegando a ser campeón de España en 1958, tras sustituir a uno de los participantes. Fué su impresionante físico el que le permite trabajar como extra en films como "Rey de reyes", filmada en España.
Pero Jacinto quería realmente llevar a la pantalla sus propios guiones. No obstante, el género de terror que el pretendía trabajar no tenía tradición ninguna en España. Finalmente, Jacinto se decide a interpretar él mismo el papel de hombre lobo en su película, cambiando su nombre por otro más comercial, de cara a la venta de los films a otros paises. De esta manera, Paul Naschy interpreta al licántropo Waldemar Daninsky (Waldemar es el nombre de un famoso levantador de peso húngaro) en "La marca del hombre lobo" (1967).
Comienza así una extensa filmografía (buena parte de la cual corresponde a las aventuras de Daninsky) principalmente centrada en el género de terror, si bien su fama le llevó a participar en decenas de películas de todo tipo durante los años 70, tanto actuando como dirigiendo o escribiendo. La película más destacada de su carrera, sin duda, es "La noche de Walpurgis" (1970). Films como éste convierten a Naschy en un actor de culto para bastantes aficionados al terror no sólo en España, sino en el resto del mundo.
En una de sus últimas entrevistas, concedida a LoQueYoTeDiga en 2006, el actor recordaba como se aficionó al cine. "Sería por el año 43 o 44, y me colé en el cine para ver "Frankenstein y el hombre lobo", una película de Universal para mayores." Pasaron los años pero no la impresión de ver a Lon Chaney transformado. Jacinto Molina estaba estudiando arquitectura en la universidad cuando leyó en un periódico que se buscaban estudiantes para hacer de extras en "Rey de reyes", él tenía buen tipo, ya practicaba la halterofilia, y le escogieron para encarnar un egipcio si se dejaba rapar la cabeza. No lo dudó y poco a poco comenzó a interesarse por la técnica del cine y sus dificultades. Cuando llegó el momento de escribir su primer guión, recordó aquella impresión infantil y nació "La marca del hombre lobo". Sólo un sueño imposible para la producción española a mediados del siglo XX. Pero se interesó una productora alemana y el proyecto avanzó hasta que llegó el momento de buscar protagonista. Chaney no estaba en condiciones de salud y el proyecto quedó parado mientras Jacinto continuaba estudiando, levantando pesas y trabajando de meritorio aquí y allá. El productor español le había hecho unas pruebas al propio Jacinto, "con y sin maquillaje", y ante su sorpresa "La marca del hombre lobo" recibió luz verde. Los cines buscaban material popular para la primera experiencia en 3D que se hacía por entonces. Soltero, viviendo todavía con sus padres, recibió la llamada telefónica de los productores alemanes indicando que adelantaban el estreno. Molina viajó a Munich para asistir ya que se estrenaba en Alemania, Estados Unidos y Argentina. Jacinto no parecía muy adecuado para una distribución internacional y, urgido por las prisas del departamento de cartelería, vió un peródico sobre la mesa de su casa con la portada el papa Pablo VI, y como apellido eligió el de un campeón europeo de halterofília. Había nacido el hombre lobo español, más longevo que ningún otro.