In Memoriam: Mike Nichols, pasión por el teatro, el cine y sus actores
Querido Teo:
A los 83 años ha fallecido de un paro cardiaco Mike Nichols, uno de los artistas más completos del mundo del espectáculo si tenemos en cuenta que es uno de los 12 poseedores en toda la Historia del EGOT (Emmy, Grammy, Oscar, Tony), siglas que engloban los cuatro premios más importantes a nivel de televisión, música, cine y teatro. Mike Nichols fue uno de esos artesanos del oficio, siempre comprometidos y que no trataban en su cine temas banales construyendo una filmografía valiente, sólida y con mucho subtexto. Y es que, a pesar de tener una carrera en cine no muy extensa, la gran parte de sus títulos valen mucho la pena y se encuentran entre los favoritos de un gran número de espectadores siendo, junto a Orson Welles, Charles Laughton, Sidney Lumet o Sam Mendes, uno de esos directores que demostró su maestría desde su primera película.
Nacido en Berlín, de padres judíos de orígenes rusos, se trasladó a Estados Unidos con seis años donde terminaría poco después adquiriendo la nacionalidad americana. Abandonó sus estudios de medicina ante el gusanillo del teatro, estudiando en el Actor´s Studio y formando un dúo cómico y musical con Elaine May, con la que ganaría un Grammy en 1962 tras tres años de colaboración (1958-1961).
Nichols fue siempre un apasionado del teatro y del trabajo de los actores (17 de ellos consiguieron gracias a él la candidatura al Oscar), considerado uno de los mejores directores teatrales en USA como atestiguan sus 9 premios Tony, y ello también se refleja en la estética de sus películas en la que encierra a personajes en un microcosmos (sea físico o metafórico) en el que salen a la luz pasiones, reproches y frustraciones. Así lo muestra “¿Quién teme a Virginia Woolf?” (1966) en una particular autoradiografía de la relación entre Elizabeth Taylor y Richard Burton. Al año siguiente llegaría "El graduado", una película icónica y muy adelantada a su tiempo, en el que bajo la apariencia de las optimistas canciones de Simon & Garfunkel conocíamos a toda una “cougar” como Mrs. Robinson siendo la fantasía de un principiante Dustin Hoffman mientras cumplía el mito del joven seducido por la mujer madura, atractiva y experimentada. “El graduado” sólo ganó 1 Oscar en su edición, de los 7 a los que optaba, pero curiosamente Nichols fue el único galardonado por la dirección de una película a la que, a pesar de todo, el paso del tiempo no ha tratado muy bien. Nichols ya había sido candidato por “¿Quién teme a Virginia Woolf?” y también lo sería posteriormente por la combativa “Silkwood” en 1984, por la icónica y feminista “Armas de mujer” en 1989 y como productor de la elegante “Lo que queda del día” en 1994.
"Conocimiento carnal" (1971), “Dos pillos y una herencia” (1975) y “Se acabó el pastel” (1986), auspiciada gracias al guión y experiencia personal de Nora Ephron, son títulos a reivindicar mientras que la bélica "Trampa 22" (1970), la singular “El día del delfín” (1973) o la comedia para el lucimiento de Matthew Broderick “Desventuras de un recluta inocente” (1988) eran un cambio de estilo evidente. “Postales desde el filo” (1990), con Shirley MacLaine y Meryl Streep como madre e hija en una dramedia sobre los problemas de la fama en Hollywood y las consecuencias que deja en los demás, y “A propósito de Henry” (1991), un clásico de la sobremesa con Harrison Ford, servirían para que continuara la popularidad conseguida por “Armas de mujer” en los que fueron, sin duda, sus años más prolíficos. La fallida “Lobo” (1994), con Jack Nicholson y Michelle Pfeiffer, la comedia de culto “Una jaula de grillos” (1996), perfeccionado el referente francés que adaptaba gracias a un reparto en estado de gracia encabezado por Robin Williams, Nathan Lane y Gene Hackman, “Primary colors” (1998), mostrando una USA desencantada con la moral política tras el escándalo Clinton, y la inefable “¿De qué planeta vienes?” (2000), eran muestra de la actividad de Nichols que, a partir de ahí, fue espaciando sus trabajos.
Sus dos últimas películas fueron "Closer" (2004), con un cuarteto de personajes que definía perfectamente su estilo a la hora de retratar personalidades y darles a sus actores grandes papeles en bandeja de plata en este retrato de la fragilidad de las relaciones sentimentales en nuestra era ante nuestro egocentrismo vital, y “La guerra de Charlie Wilson” (2007), reuniendo a Tom Hanks y Julia Roberts. Antes había triunfado en el medio televisivo con el telefilm “Amar la vida”, con Emma Thompson como enferma de cáncer, y la miniserie “Ángeles en America”, sobre el estallido del sida en el ambiente cultural e intelectual de los años 80 en USA, revisitada como una de las mejores producciones televisivas del siglo XXI ganando 5 Globos de Oro y 11 premios Emmy con Al Pacino, Meryl Streep, Jeffrey Wright, Mary-Louise Parker y Emma Thompson en los principales papeles. Entre las obras que representó con éxito en las tablas, y por las que ganó el Tony, destacan “Descalzos en el parque”, "La extraña pareja", "Luv", "Plaza Suite", “El prisionero de la segunda avenida”, "Annie", "Realidad", “Spamalot” o “Muerte de un viajante”. Una perdida importante en el mundo del espectáculo del que da la impresión que hizo de todo y con nota gracias a su talento innegable y la pasión en el oficio.
Nacho Gonzalo