In Memoriam: Eli Wallach, del spaghetti western al veterano entrañable
Querido Teo:
Eli Wallach no ha podido llegar a centenario y uno de los rostros más reconocibles del spaghetti western nos deja a los 98 años de edad. Eli se ha chupado todo el siglo XX desde que nació en Brooklyn el 7 de Diciembre de 1915 e incluso pudo volver a recuperar popularidad en la primera década del siglo XXI culminando con un Oscar honorífico en 2011. Cuando volvió de la II Guerra Mundial, ya tenía 29 años e hizo varios trabajos, pero le tiró enseguida el mundo de la interpretación y entró en el Actor’s Studio para empezar a trabajar luego en el teatro. Debutó en el cine con 40 años, cuando ya tenía nombre en Broadway, y le llamó para “Baby Doll” (1956) su profesor de interpretación que era Elia Kazan. El papel de comerciante basto que pretende a la protagonista virginal bordeando el histrionismo en este particular triángulo amoroso le permitió demostrar que podía coger un papel secundario y darle un montón de matices hasta hacerlo importante, consiguiendo su única nominación al Globo de Oro.
Eli sabía que su físico no era imponente, con esa nariz abombada y un estilo entre lo natural y lo ensayado, pero que era perfecto para meterse en la piel de supervivientes y pobres diablos. Luego demostró que también era muy bueno haciendo personajes autoritarios o mafiosos de origen latino, como su trabajo en la tercera parte de “El padrino” en 1990. Entre sus creaciones más conocidas, tienes a los dos peligrosos bandidos mexicanos de los sesenta, en “Los siete magníficos” (1960) de John Sturges, como Calvera amenazando a la población campesina, y en “El bueno, el feo y el malo” (1966) de Sergio Leone, donde creó un Tuco "el feo" que se convirtió en el papel más reconocible de su carrera comiéndose a sus compañeros de reparto.
Otros papeles recordados de esos años son "The lineup" (1958) de Don Siegel, "Vidas rebeldes” (1961) de John Huston (superando el hecho de la maldición de que el resto de protagonistas muriera en esa década), la coral “La conquista del Oeste” (1962) de John Ford, Henry Hathaway, George Marshall y Richard Thorpe, el general de “Lord Jim” (1965) de Richard Brooks, "Cómo robar un millón y..." (1965) de William Wyler, "Los cuatro truhanes" (1968) de Giuseppe Colizzi, “El oro de MacKenna” (1969) de J. Lee Thompson, "Permiso para amar hasta medianoche" (1973) de Mark Rydell, "De presidio a primera página" (1977) de Stanley Kramer, "Movie movie" (1978) de Stanley Donen, "Cazador a sueldo" (1980) de Buzz Kulik, "Otra ciudad, otra ley" (1987) de Jeff Kanew, o "Loca" (1987) de Martin Ritt.
Ya como anciano el cine le recuperó en los 90 y 2000 con papeles breves pero intensos jalonando una carrera de más de 150 títulos; como el padre de Antonio Banderas en “Two much” (1995) de Fernando Trueba, un rabino en "Mas que amigos" (2000) de Edward Norton, en un cameo en “Mystic river” (2003) de Clint Eastwood, “La gran estafa” (2006) de Lasse Hallström, “New York, I love you” (2008) en el segmento de Joshua Marston, “El escritor” (2010) de Roman Polanski, o “Wall Street: El dinero nunca duerme” (2010) de Oliver Stone. Pero fue en “The holiday (Vacaciones)” (2006) de Nancy Meyers donde recibía todo un homenaje metacinematográfico como el guionista Arthur Abbott, al que Kate Winslet acompañaba a recibir de manera emocionada el premio honorífico del sindicato, algo que se repetiría en cierta manera en 2011 cuando le fue concedido el Oscar honorífico que, como no, le fue entregado por Clint Eastwood.
Aunque el teatro le dio prestigio (ganó el Tony en 1951 por "La rosa tatuada" de Tennessee Williams junto a Maureen Stapleton) y el cine popularidad (gracias a sus trabajos en la década de los 60), también consiguió 5 nominaciones a los Emmy por sus incursiones televisivas ganando por “Las flores del diablo” en 1967 y siendo candidato, entre otras, como actor invitado en 2007 por “Studio 60” y en 2010 por “Nurse Jackie”. Desde 1948 estaba casado con la también actriz Anne Jackson.
Nacho Gonzalo
Curioso verle de (relativamente) joven y ya de muy mayor... en ambos casos muy solvente, pero hasta este artículo tuyo yo había interiorizado que eran la misma persona, el mismo intérprete.
Sin duda, alguien que aquí denominaríamos actor de reparto. Pero de los muy buenos.