In Memoriam: Danny Aiello, el italoamericano entrañable
Querido Teo:
Qué olvidado teníamos a Danny Aiello y qué entrañable resulta recordar su presencia. Uno de esos secundarios robaescenas que siempre estaba perfecto. Es verdad que fue candidato al Oscar por “Haz lo que debas” de Spike Lee en 1990 pero también brilló en comedias románticas y familiares como la deliciosa "Querido intruso" (1991), una de esas joyas a reivindicar de la mejor época de Lasse Hallström en la que le veíamos como padre de familia cantando el Fly me to the moon de Frank Sinatra, o en esa joya llamada "Hechizo de luna" (1987), uno de los hitos de la comedia romántica de las últimas décadas donde se demostraba que la combinación de buenos trabajos actorales, un ingenioso y eficaz guión y una estupenda banda sonora podían hacer llegar al cielo cualquier película. Igual que una carrera en la que hay mucho que agradecerle por los buenos ratos vividos en el cine.
Sus orígenes italianos, era hijo de un obrero que abandonó a su familia y una costurera napolitana, y su rotunda figura curtida junto a sus cinco hermanos en su Manhattan natal y en el Bronx de su juventud, le hicieron perfecto para esos papeles de mafioso que por un lado imponía pero que por otro enternecía por cómo jugueteaba riéndose de sí mismo. Debutó con “Muerte de un jugador” en 1973 y en cierta manera Robert De Niro fue su talismán ya que enseguida repetiría con él como el Tony Rosato de “El padrino II” (1974) y más tarde en “Érase una vez en América” (1984) y “Gente de Sunset Boulevard” (1992).
Estuvo en “La tapadera” (1976) y “Melodía para un asesinato” (1978) pero la década de los 80 conformaron los años más prolíficos de su carrera formando parte del reparto de tres cintas de Woody Allen (“Broadway Danny Rose” en 1984, “La rosa púrpura de El Cairo” en 1985 y “Días de radio” en 1987) y siendo el pretendiente abnegado de Cher en “Hechizo de luna” (1987).
El cambio de década le reportaría una nominación al Oscar por “Haz lo que debas” (1989), dando vida al pizzero que desencadenaba todo y que renunciaba de los tópicos de la cultura italiana, y también estuvo en “Noches de Harlem” (1989) o “La escalera de Jacob” (1990). Interpretó a Jack Ruby, el dueño de un club nocturno que asesinó a Lee Harvey Oswald, en “La conspiración de Dallas” (1992) y a un poderoso político vinculado con la mafia en “City Hall: La sombra de la corrupción” (1996), protagonizada por Al Pacino.
Antes también se le había visto en “A vivir que son dos días” (1993), “El chico y yo” (1993), “El profesional (León)” (1994), travestido en “Pret-a-porter” (1994) y en dos películas españolas como “Two much” (1995) de Fernando Trueba y una fallida parodia del éxito de Los tres tenores, “Desafinado” (2001) de Manuel Gómez Pereira.
Además de cine se destaca la voz de Danny Aiello, y es que publicó varios discos con cierto éxito, e incluso hizo un cameo como el padre de Madonna en el videoclip de la cantante Papa don't preach en 1986. De profundas convicciones conservadoras, estuvo casado durante 64 años con Sandy Cohen teniendo cuatro hijos.
Nacho Gonzalo