In Memoriam: Arthur Penn, un estilo social con oficio
Querido Teo:
Arthur Penn, el primero en reflejar en el cine de los 60 la violencia y el sexo con un tono realista, ha muerto a los 88 años dejando al menos dos películas cumbre de esa época como son "La jauría humana" y "Bonnie y Clyde". Atraído por el mundo de la interpretación desde muy joven, Penn se dedicó al teatro, actividad que continuó cuando estuvo sirviendo en el ejército durante la Segunda Guerra Mundial. En la década de 1950, realizó una serie de dramas para la televisión, debutando en la gran pantalla con el western “El zurdo” (1958). El film supone una interpretación libre y desmitificadora del director sobre la figura de Billy el Niño, convirtiéndolo en un excelente retrato psicológico de un joven criminal (interpretado por Paul Newman). Su siguiente film fue “El milagro de Ana Sullivan” (1962), una obra de teatro de William Gibson basada en hechos reales, que narra la vida de Ana Sullivan y su relación con la que fue su alumna ciega y sordomuda Helen Keller. La película aparte de ser favorablemente acogida por el público, ganó dos Oscars de la Academia. Estas dos estatuillas fueron para Anne Bancroft, como actriz principal, y Patty Duke como actriz de reparto, precisamente las dos actrices que interpretaron esta obra en Broadway. Penn también recibiría la primera nominación de las tres que recibiría en su carrera profesional a la mejor dirección.
En 1964, se embarcó en el proyecto de “El tren”, pero sus malas relaciones con el actor protagonista, Burt Lancaster, lo obligaron a abandonar el proyecto, que terminaría filmando John Frankenheimer. Al año siguiente, dirigiría “Acosado” con Warren Beatty, una parábola sobre el Macartismo disfrazada con humor negro, y en 1966, una de sus grandes obras maestras, "La jauría humana", con Marlon Brando, Jane Fonda y Robert Redford en los papeles protagonistas. Esta película se convirtió en otro extraordinario retrato social, en una época en la que la sociedad del sur estadounidense vivía en una espiral de violencia, racismo y corrupción que desembocarían en la Ley de Derechos Civiles. El filme fue, sin embargo, uno de sus mayores fracasos de taquilla, pese al magnífico guión escrito por Lillian Hellman.
Penn volvería a coincidir con Warren Beatty en 1967. El actor (y también productor) le propuso una reconstrucción de la vida de Bonnie Parker y Clyde Barrow. El resultado de ello fue una de las obras maestras del cine estadounidense. Con "Bonnie y Clyde", el director vuelve a mostrar (tal y como hizo en “El zurdo”) a unos atracadores de la década de 1930, que tan solo son el reflejo de la sociedad en la que viven: Bonnie (Faye Dunaway) y Clyde (Warren Beatty). El filme le dio a Penn una segunda opción a ganar la estatuilla de los Oscar, que tampoco logró.
Sus siguientes títulos fueron “El restaurante de Alicia” (1969), film basado en una de las satíricas canciones del folclorista estadounidense Arlo Guthrie, que permanece como una cinta de culto para algunos sectores de la crítica y que le reportó su tercera y última nominación al Oscar; y el western revisionista “Pequeño gran hombre” (1970), con Dustin Hoffman y Faye Dunaway. “Pequeño gran hombre” ha sido la película más cara que realizó Penn y uno de los mejores ejemplos de los westerns de calidad que se realizaron después de 1970, basados en gran parte en la desmitificación de temas y convenciones del género, a base de humor ácido e irónico. Subliminalmente, el filme criticaba la actuación del Ejército de los Estados Unidos y al 7º Regimiento de Caballería que entonces combatían en la Guerra de Vietnam.
En 1973, dirigió algunas escenas del film de los Juegos Olímpicos de Munich “Visions of eight” junto a John Schlesinger, Claude Lelouch, Kon Ichikawa y Miloš Forman. Sus siguientes proyectos fueron “La noche se mueve” (1975) con Gene Hackman y Melanie Griffith, interesante film negro de lecturas casi intelectuales, y “Missouri” (1976), nuevamente con Marlon Brando, y Jack Nicholson. Estas dos últimas películas levantaron algunas críticas entre los seguidores de Penn.
La década de 1980 supuso el último decenio en el que trabajó como director de cine. “Georgia” (1981) es un traumático viaje hacia la década de 1960, con los temas de la guerra de Vietnam, los Derechos civiles, escándalos políticos y el alucinógeno LSD. De todas maneras, este film supone un signo evidente que Penn estaba fuera de las nuevas tendencias cinematográficas de la década y del gusto del público. Sus títulos posteriores “Agente doble en Berlín” (1985) con Gene Hackman y Matt Dillon y “Muerte en invierno” (1987) ratificaron esa sensación. Así las cosas, Penn dirigió sus pasos desde finales de la década de 1980 a la televisión. Realizó trabajos como el telefilm “El retrato” (1993), con Gregory Peck y Lauren Bacall, y la producción de la serie “Ley y Orden”.
Además de su capacidad para conseguir destacadas interpretaciones, Penn destaca por ser uno de los directores americanos que más siguió el estilo de la nueva corriente que llegaba desde Francia en forma de Nouvelle Vague (sólo hay que destacar el guiño a Godard que tiene en “La noche se mueve” a través del personaje detective de Gene Hackman). Comentarios sociales muy duros, con un reflejo de la violencia pocas veces visto antes en el cine USA, a través de la psicología de unos personajes alejados del sistema. A destacar unas declaraciones suyas en las que quedaba patente su enorme compromiso político y social a la hora de hacer cine: “En mis años de juventud existían cineastas que, al haber vivido la Segunda Guerra Mundial, estaban comprometidos política y socialmente. A día de hoy me da mucha pena como en los tiempos actuales no hay ni compromiso político ni social”. Fuera del cine cabe destacar que también fue asesor de John Fitzgerald Kennedy a la hora de encarar sus debates televisivos con Richard Nixon.
Nacho Gonzalo (Coronado)