El vestido más famoso del cine

Querido diario:

Pude parar la especulación que se organizó alrededor del nicho vacío sobre el de Marilyn haciéndome pasar por un japonés (algo tienen los japoneses que les da más credibilidad en Internet que a ninguna otra nacionalidad), y al final pasó lo que tenía que pasar. Los objetos de Marilyn siguen estando entre los más cotizados, y hasta se han subastado a favor de Amnistia Internacional, como ocurrió cuando compré su agenda con teléfonos y direcciones de sus conocidos, como Frank Sinatra, Elizabeth Arden o George Cukor, vendida en el Casino Aladino de Las Vegas hace ya meses. Esta vez era nada menos que el vestido de seda rosa de "Los caballeros las prefieren rubias", lo que al parecer es cierto, porque después de clasificar más de quinientos cuestionarios, un diario norteamericano publicó hace algunos años el resultado de una encuesta sobre el tipo de mujer preferida por allí, y el 53% de los caballeros las prefieren rubias. Al 40% les gustan las morenas de ojos azules, y sólo el 7% declaró que le gustaría quedarse en una isla desierta con una pelirroja.

Verás diario, no estamos hablando de un vestido cualquiera, sino el que usó para el fragmento que ha permanecido como el mostrado con más frecuencia de toda la carrera de la Monroe, porque interpretó "Los diamantes son el mejor amigo de las chicas" como una sátira de alto nivel. Ese vestido, palabra de honor y con guantes a juego, me ha costado 310.000 en una subasta organizada por la casa californiana Profiles in History, especializada en artículos de Hollywood, y que puso precio de salida de un cuarto de millón de dólares. Se subastaron más de 1.500 artículos relacionados con Hollywood y más de 300 relacionados con la serie "Star Trek". También me he quedado por 200.000 con el sombrero que lucía la bruja mala del Oeste en "El mago de Oz", pero la joya era ese pedazo de seda fucsia.

Marilyn se preparó para esta secuencia con ferocidad maniaca. El principal profesor de música de la Fox, Hal Schaefer, responsable de desarrollar y arreglar la partitura de la película y de preparar a Marilyn con clases, comentó a uno de sus biógrafos que… “Le encantaba cantar, cantaba bien, y adoraba a su ídolo, Ella Fitzgerald. La influencia más importante en el arte vocal de Marilyn fue en realidad un disco que yo le regalé, titulado Ella Sings Gershwin”. Marilyn está deslumbrante con el vestido sin tirantes diseñado por Travilla, contra un fondo de color rojo, haciendo la parodia de la codicia más sexy del cine. Interpreta Diamonds are a girl's best friend como una sátira. Es una codicia irreal, como confirman sus guiños, sus sonrisas, sin bailar, sino saltando, corriendo, dando vueltas y brincos, señalando, lanzando los brazos al aire y siendo transportada de un lado a otro por un grupo de hombres mientras acaricia ristras de diamantes y se queda embobada ante el erótico atractivo de Tiffany o Cartier. Trabajó incansablemente, igual que si supiera que la secuencia perduraría como una especie de símbolo nacional.

El director musical Lionel Newman recordó las sesiones de grabación, para las que Marilyn insistió en cantar con la orquesta, una práctica poco ha­bitual en el cine, donde en general se dobla la voz con la música grabada con anterioridad. Ella también pidió que se hicieran once tomas, y se esforzó para que la canción quedara perfecta. Y así fue como quedó…

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