"El hombre perfecto"

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El argumento: A sus 25 años, Mathieu, sigue soñando con ser un escritor de prestigio, pero a pesar de todos sus esfuerzos, no consigue publicar nada. Mientras tanto, se gana la vida en la empresa de mudanzas de su tío. Su destino dará un vuelco el día en que, por casualidad, se tope con el manuscrito de un anciano solitario que acaba de morir. Al principio tendrá escrúpulos, pero acabará por publicarlo a su nombre. Una vez convertido en la nueva promesa de la literatura francesa, se espera con impaciencia que escriba su segunda novela. La vida de Mathieu se convertirá entonces en una maraña de mentiras cuyo único fin es preservar a toda costa su secreto.

Conviene ver: “El hombre perfecto” es una efectiva historia de intriga en la que un joven escritor consigue su sueño arribista de éxito, fama y mujeres con la publicación de un manuscrito perteneciente a un escritor fallecido que acaba llegando a sus manos. El típico aspirante a escritor que sufre la hoja en blanco, el rechazo de las editoriales y que ve la oportunidad cuando descubre por casualidad una obra sin publicar desarrollada en la Guerra de Argel en la década de los 50 escrita por un ex soldado fallecido. El mito del impostor y de la ambición seductora que convierte al personaje de Pierre Niney en una réplica del Tom Ripley de Patricia Highsmight con claros ecos al Alain Delon de “A pleno sol” acompañado por la estupenda Anna Girardot. Una apuesta previsible en su inicio pero que acaba entreteniendo mucho al espectador ante la espiral en la que se introduce el protagonista para proteger su mentira, siendo considerado con sólo una novela el mejor autor de su generación y que no quiere renunciar a su nuevo tren de vida y a la mujer que ama, mientras recibe las presiones de su editor para que le de más material y surge un chantaje que parece amenazarlo todo y que le llevará a situaciones y decisiones extremas con tal de que no se revele el engaño. Entretenida pero con un guión algo inverosímil en una historia sobre los caprichos de la fama literaria, y la ansiedad que genera, que se plantea de manera efectiva pero que ya se ha visto más de una vez en el cine dando la impresión de que Chabrol lo hubiera contado mejor. Aun así, cumple en un visionado fascinante y con toque elegante y juguetón cerrando el círculo de la historia de manera notable en el escaparate de una librería bajo la lluvia como reflejo de la soledad, la desolación y el desarraigo del personaje consecuencia de sus actos.

Conviene saber: Segundo trabajo de Yann Gozlan en la dirección.

La crítica le da un SEIS