"Dos madres perfectas"

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El argumento: Una historia que mezcla amor, lujuria y amistad. Narra la apasionada relación de Lil y Roz, dos amigas de la infancia que se enamoran cada una del hijo de la otra.

No conviene ver: "Dos madres perfectas" llega por fin a las salas tras varios cambios de título en USA para una película plana que no llega a despertar la excitación de explorar territorios pasionales prohibidos. Un melodrama de manual y con costuras al que le sobra pretenciosidad de autor y le falta algo de punch emocional e, incluso, cómico para no alcanzar ese halo de intrascendencia en el que se mueve, a pesar del empeño de dos actrices como Naomi Watts y Robin Wright, aunque ésta última no parece estar muy cómoda. Temas como la crisis de los 40 y que los sentimientos no entienden de edad o condición están presentes en este retrato de la psicología femenina en su madurez y ante la insatisfacción, pero todo es previsible y visto extendiendo la gran amistad de ellas a sus hijos construyendo un cuarteto pasional que se queda en la superficie de unos personajes que parece que la única aspiración en su vida es desnudarse y bañarse en la playa ya que todos parecen muy perdidos a la hora de decidir como encarar su futuro. Ni escandaliza ni excita, siendo demasiado pudorosa y eso es lo peor que se puede decir de una película que explora tentaciones sexuales de este tipo y pretende ir de provocadora y que además se antoja poco creíble teniendo en cuenta que el cuarteto parece sacado de un publirreportaje de moda y que la premisa es un poco de laboratorio. Fallida.

Conviene saber: Anne Fontaine vuelve a estar centrada en la mujer tras “Nathalie X” (2003) y “Coco, de la rebeldía a la leyenda de Chanel” (2009) adaptando la novela “The grandmothers” de Doris Lessing.

La crítica le da un CUATRO