Desmontando a Sigmund: Los errores capitales de la psicología en el cine
Querido Teo:
Pues no soy el doctor Frasier Crane para la KACL ni esto es Seattle. Esto es una pequeña habitación en Tenerife y si esto fuera un programa de radio, ahora estaríamos escuchando un fabuloso riff de Django Reinhardt mientras yo te cuento que como psicólogo y fan del cine, tengo que decir que, por el momento, aún no he conseguido casar de forma satisfactoria estas dos pasiones. Me explico… Hasta ahora, cada una de las películas y/o series visionadas que tratan de tocar el tema de la psicología, lo hacen de manera irreal y comenten, a grandes rasgos, tres errores capitales.
1) Reducción de la psicología a la terapia clínica, normalmente freudiana
Seguro que has visto más de una vez alguna película donde aparece un señor con barba y gafas arreglándole los traumas infantiles a otro señor tumbado en un diván. Bueno, con respecto a Freud, puedes conseguir información casi en cualquier sitio. Sólo recordar que era un médico que alcanzó notoriedad en los años cincuenta, cuyas teorías especulativas y generalistas, tuvieron el mérito de constituir el inicio de la práctica psicológica clínica, además de subrayar el efecto aliviador de la charla, pero poco más. En la actualidad carece de excesiva dedicación académica debido a su escasa validez científica. Con respecto a la psicología clínica en general, añadir que es pobre pero honesta. En realidad existen pocas terapias, por no decir ninguna, que puedan aplicarse a modo de panacea universal de los trastornos mentales, mucho menos para cuestiones de andar por casa tipo rupturas sentimentales, desencuentros familiares o deseos de mejorar el rendimiento.
Por lo general los grandes trastornos psiquiátricos son tratados farmacológicamente, el psicólogo sólo es parte de la necesaria red social de apoyo para el enfermo, eso sí, su visión cuenta con la ventaja de ser más objetiva que la familiar o de amigos.
La primera película que se acerca de manera seria a la figura del vienés es “Pasión secreta” en 1962. El film está dirigido nada más y nada menos que por John Huston y cuenta en el reparto con una estrella de la categoría de Montgomery Clift. Siendo lógico, puesto que por aquel entonces la psicología aún estaba en fase de definición, la obra sienta todos los precedentes, junto con algunas producciones de Begman o Hitchcock para la construcción de la mayoría de clichés que han acompañado a los misterios de la mente humana en la gran pantalla.
2) Confusión de la psicología con peroratas especulativas de carácter filosófico, normalmente sentimentaloide. El psicologismo barato
Valoraciones sobre por qué cierta persona decide hacer esto o lo otro, sin mayor argumento demostrable, causal, falseable, es algo que podemos hacer todos en cualquier momento. Esto tampoco es psicología propiamente dicha. Esto forma parte de la psicología común de la calle que, como ya hemos sugerido, cada uno tiene la suya. Es verdad que a veces objetivamente todos podemos llegar a una conclusión común partiendo de nuestras propias opiniones personales al contrastarlas pero, por regla general, la psicología común implica demasiada subjetividad por definición. Un psicólogo científico no es la figura de un filósofo clásico que se dedique a regalar su retórica a sus discípulos. Un psicólogo clínico no se dirige a sus pacientes con ánimo aleccionante ni burlón, ni haciendo muestra de sus supuestas artes adivinatorias.
3) Confusión del rol del psicólogo con el de psiquiatra y con el de psicoterapeuta
Un psicólogo es el científico que estudia el funcionamiento de la mente sana. Un psiquiatra es un licenciado en medicina, doctorado en psiquiatría para tratar al enfermo mental de forma expresa a través de fármacos, principalmente. Un psicoterapeuta es un seguidor de las doctrinas de las psicoterapias freudianas o más modernas. Al señor Allen se lo vamos a perdonar porque al menos lo hace con bastante sentido crítico y sobre todo humor.
¿Cómo son las verdaderas competencias del psicólogo?. Lo seguiremos viendo en posteriores post, con ayuda de algunas otras películas que quizá, sin pretender sumergirse en la psicología de lleno solemnemente, contribuyan a retratarlas mejor.
Adrián Ramos Domínguez
Un trabajo muy interesante y que apetece seguir leyendo. Enhorabuena.