Conexión Oscar: Los 30 mejores actores de reparto ganadores del Oscar (Del 1 al 10)

Conexión Oscar: Los 30 mejores actores de reparto ganadores del Oscar (Del 1 al 10)

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Querido Teo:

Es el momento de conocer las interpretaciones ganadoras del Oscar al mejor actor de reparto que ocupan los 10 primeros puestos de nuestro arriesgado (por lo subjetivo) listado de trabajos ganadores de la estatuilla. Personajes inolvidables que se merecen un hueco de honor como los que conformaban este top en los puestos del 11 al 20 y del 21 al 30.

10º Jared Leto por “Dallas Buyers Club” (2014)

Jared Leto emergió del olvido con el papel de Rayon tras cuatro años sin asomar por el cine y centrado en su faceta musical y publicitaria, todo un reto físico y psicológico para un papel que tenía desde su concepción la etiqueta de premio. Un travestido enfermo de sida que acaba siendo el alma y el motor emocional de la cinta. Y es que Leto nunca se ha caracterizado por ser un mal actor. Sí una "rara avis" de irregular carrera y ambigua presencia, al que hemos podido ver en “El club de la lucha”, “American psycho”, “Réquiem por un sueño”, “La habitación del pánico”, “Alejandro Magno”, “Corazones solitarios”, “Chapter 27” o “Las vidas posibles de Mr. Nobody”, pero no se puede negar que ha seguido la senda de un compañero de generación como Christian Bale que no es otra cosa que el darlo todo por un papel. Perdió unos 15 kilos (teniendo incluso unas taquicardias que le impedían conciliar el sueño) y convivió durante un mes con un enfermo de sida con el fin de alejarse del cliché y ver la evolución de la enfermedad a través de los ojos de alguien que lo vivía día a día. Eso le sirvió para llenar de gran humanidad su personaje de Rayon en “Dallas Buyers Club”, a la vez que servía para quitarle la coraza de prejuicios al también oscarizado trabajo de Matthew McConaughey.

Jared Leto no tardó en convertirse en el favorito de la categoría en el año en el que “Dallas Buyers Club” salió muy bien parada de las candidaturas, mejor de lo que se pensaba. Y es que por delante tenía dos rivales de peso como el esclavista Michael Fassbender (“12 años de esclavitud”) y el pirata somalí (“Barkhad Abdi”). También Jonah Hill (“El lobo de Wall Street”) y Bradley Cooper (“La gran estafa americana”).

9º Louis Gossett Jr. por “Oficial y caballero” (1983)

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Hay trabajos que marcan toda una carrera y eso es lo que le pasó a Louis Gossett Jr. con su sargento Foley de “Oficial y caballero”. Una cinta que combinaba la superación personal con el drama romántico en el momento de mayor esplendor físico de Richard Gere y Debra Winger. La cinta se convirtió en una de las sorpresas de la temporada (y de toda la década) aspirando a 6 nominaciones y triunfando en actor de reparto y canción. Gossett ya venía de ganar un Emmy por la serie “Raíces” y el Oscar era el colofón (el segundo actor negro en conseguirlo después de Sidney Poitier) como ese militar que saca sangre, sudor y lágrimas a aquellos que tiene como cadetes aunque, como suele pasar en estas películas, en el fondo no es más que una técnica para que se preparen ante la dureza que de por sí tiene ya la vida ayudándole a crecer profesionalmente y en ir a la búsqueda de la chica de la que el chico se ha enamorado.

Gossett Jr. se impuso en el quinteto final de ese año a Charles Durning (“La casa más divertida de Texas”), John Lithgow (“El mundo según Garp”), James Mason (“Veredicto final”) y Robert Preston (“¿Víctor o Victoria?”).

8º Michael Caine por “Las normas de la casa de la sidra” (2000)

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Muchos habrían puesto aquí al Michael Caine de “Hannah y sus hermanas” pero la verdad es que la preferencia emocional que tiene este personaje y esta interpretación para el que escribe hace que ocupe este puesto de honor. No sólo por el calado que tiene la historia en ese despertar a la vida del personaje de Tobey Maguire, y esa tierna protección que le ofrece el Dr. Larch que interpreta Caine, sino porque siempre conviene recordar que Sir Michael llevó a cabo posiblemente el mejor discurso que se haya pronunciado nunca en una gala de premios, emotivo, equilibrado, honesto y sincero. Un repaso al resto de sus compañeros nominados (posiblemente el mejor quinteto de la categoría que se haya visto nunca) y un Oscar que fue recibido por emoción de sus compañeros de reparto (Tobey Maguire y Charlize Theron) y del propio escritor (John Irving) debido a que el personaje estaba inspirado en su propio abuelo.

Justo el año después de haberse merecido una nominación por “Little voice”, Michael Caine imprimió veteranía y clase británica en un personaje del que no necesita ni efectismos ni grandes esfuerzos. Es lo destinado a los maestros que, sin darte cuenta, construyen un personaje que te crees y del que imaginas toda su dedicación a lo largo de las décadas a la hora de servir en ese orfanato de niños dickensiano a los que trata como a sus propios hijos. Su “Buenas noches príncipes de Maine, reyes de Nueva Inglaterra” ya es una frase icónica y fue una de las muestras del potencial de campaña de los Weinstein con su antigua Miramax que, tras ganar el Oscar con “Shakespeare enamorado”, casi acaban haciendo descarrilar a “American beauty”, la película triunfadora de ese año. La película de Lasse Hallström (nunca más ha estado al nivel de esta cinta) equilibraba emoción y drama sin caer ni en el sentimentalismo barato ni en la simple nadería, algo que el sueco no ha vuelto a repetir. Ganó el maestro pero menudos rivales tuvo con un Tom Cruise (“Magnolia”) que se reivindicaba más como actor que como estrella, la revelación magnética de Jude Law (“El talento de Mr. Ripley”), el tierno gigantón Michael Clarke Duncan (“La milla verde”) y un Oscar infantil que hubiera estado justificado como el de Haley Joel Osment (“El sexto sentido”).

7º Joel Grey por “Cabaret” (1973)

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Joel Grey siempre será el maestro de ceremonias de “Cabaret” y no le ha hecho falta más para que su legado en el teatro musical y en el cine permanezca. Uno de los pocos actores que ha ganado el Tony y el Oscar por el mismo papel. El premio teatral vino en 1967 y seis años después la estatuilla en la versión cinematográfica de Bob Fosse. Un hombre de teatro y televisión más que de cine que con su singular personaje va irremediablemente ligado a todo lo que desprende esta película. Y es que fue el principal damnificado de que su aparición en el cine fuera justamente en una época en la que el género encaraba su declive. Y más en un año en el que, a pesar de ganar 8 Oscar, “Cabaret” no fue la mejor película lo que habla de la brutal competencia de esa edición y también de que las claves del género ya no eran infalibles. Y es que sólo “Chicago” logró romper la maldición del género musical en los Oscar que se arrastraba desde finales de los 60.

Para el papel de Emcee tiró de manierismo y también de ese toque clown y mímico del cine mudo. Una interpretación legendaria en un personaje clave para la película y de profunda raigambre a la hora de recordar interpretaciones y personajes del género. Muchas veces se ha hablado de que en su victoria se benefició de la división de votos de que hasta tres actores de “El padrino” fueran candidatos (Al Pacino, Robert Duvall y James Caan) pero a su triunfo no se pueden poner peros. El otro nominado fue Eddie Albert por “El rompecorazones”.

6º Cristopher Walken por “El cazador” (1979)

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Aunque no tenga el nombre de otros compañeros suyos de generación, Christopher Walken es uno de los grandes del cine USA y, sobre todo, a pesar de esos rasgos tan inquietantes uno de los más versátiles aunque se haya perdido en algunas decisiones artísticas cuestionables últimamente. Tras ser el hermano rarito de “Annie Hall” y participar en las pruebas para ser Han Solo, Michael Cimino le brindó el papel de su vida en “El cazador”, ese alegato antibelicista en el que es una víctima física y psicológica de la Guerra de Vietnam. Una película muy de su tiempo que habla de la frustración y destrozo de toda una generación de jóvenes, dando vida de una manera tenebrosa y áspera a un trabajador siderúrgico de Pensilvania aniquilado a todos los niveles, alimentándose en el rodaje Walken únicamente de plátanos, agua y arroz para darle más veracidad al personaje.

Más especializado en papeles de villano, sobre todo en los 80 y 90, el cine le ha ido redimiendo con personajes más humanos y, en alguna ocasión, tan tiernos que se pasaban de bobalicones como en el caso de “Atrápame si puedes” (segunda nominación al Oscar) y “Hairspray”. Lamentablemente otros muchos papeles no han estado a su altura, aunque Cimino volvió a contar con él para la desastrosa en su tiempo “La puerta del cielo”. La competencia de ese año fue la de Bruce Dern (“El regreso”), Richard Farnsworth (“Llega un jinete libre y salvaje”), John Hurt (“El expreso de medianoche”) y Jack Warden (“El cielo puede esperar”).

5º Heath Ledger por “El caballero oscuro” (2009)

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Heath Ledger fue el quinto actor que consiguió la candidatura después de haber dejado a sus espectadores huérfanos y pasar a la inmortalidad del cine. James Dean lo logró en dos ocasiones por “Rebelde sin causa” y “Gigante”, Spencer Tracy por “Adivina quién viene a cenar esta noche”, Peter Finch por “Network, un mundo implacable” y Massimo Troisi por “El cartero y Pablo Neruda”. No había discusión. A pesar de que “El caballero oscuro” naciera como apuesta comercial (y se marcara un verano de record), eclipsando la irrupción de la gran etapa de Marvel en el cine con el primer “Iron Man”, la desazón por la muerte de Ledger (uno de los mejores actores de su generación) y la sorprendente y eléctrica encarnación de su Joker (dejando en una parodia de tics a Jack Nicholson) provocó que no hubieran más opciones a su nivel en la categoría de ese año. Un ejemplo del trabajo esforzado y mimético con una preparación de personaje que le llevó a los abismos que terminarían abocándole a su muerte.

Una inmersión interpretativa pocas veces vista y que convierte a este trabajo en uno de los más merecedores del Oscar de los últimos tiempos, quitándose el prejuicio de premiar a un personaje de cómic en una película rompetaquillas. Y es que, a pesar de que la película quedó fuera de la categoría principal y la de mejor director, a pesar de las entusiastas críticas que la colocaron en su momento como una de las mejores cintas del cine mainstream, nadie podía negar el Oscar para el australiano (que ya lo rozó con “Brokeback Mountain”) y que en esta ocasión se enfrentaba a otros actores destacados Robert Downey Jr. (“Tropic Thunder”), Josh Brolin (“Milk”), Michael Shannon (“Revolutionary Road”) y Philip Seymour Hoffman (“La duda”), otro que por avatares del destino terminaría teniendo un desenlace similar e igual de doloroso.

4º James Coburn por “Aflicción” (1999)

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Aunque en su momento su triunfo fue una relativa sorpresa (el factor veteranía hay que tenerlo en cuenta), la verdad es que la luciferina y atormentada interpretación de James Coburn por “Aflicción” era merecedora de todos los elogios. Un actor habitual del western que interpretaba al torturador y tiránico padre de Nick Nolte, un ser roído por los fangos más enfermos de la mente humana en una película pequeña dirigida y escrita por Paul Schrader que llegó a los Oscar gracias a las interpretaciones de alto voltaje que brindaron Nick Nolte y James Coburn.

Un ajuste de cuentas psíquico que lleva a cabo Nolte con un padre que le privó de toda posibilidad futura de amar o sentir afecto al ser castrado emocionalmente por un progenitor maltratador. James Coburn brilla en ese malsano personaje que ha sido la carga con la que ha vivido toda la vida un Nick Nolte que nunca ha estado mejor y que merecía haber acompañado a Coburn como ganador. Ed Harris llegó como favorito por “El show de Truman” y confirmó su mala fortuna en los Oscar aunque nosotros tenemos debilidad por el humorístico y timorato Geoffrey Rush de “Shakespeare enamorado”. Los otros nominados fueron Robert Duvall por el thriller “Acción civil” y Billy Bob Thornton por la comedia negra “Un plan sencillo”.

3º George Kennedy por “La leyenda del indomable” (1968)

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Hace unos meses nos dejaba George Kennedy, uno de esos actores de reparto paradigmáticos que, aunque basó su popularidad con sus intervenciones en las sagas de “Agárralo como puedas” y “Aeropuerto”, antes venía de ganar el Oscar por “La leyenda del indomable”, seguramente esa ambivalencia interpretativa venía por una evidente robustez física acompañada de un rostro entre lo rudo y lo ingenuo. En “La leyenda del indomable” disfrutó como el líder de los convictos que le daba a comer a Paul Newman 50 huevos en la escena más recordada de la película.

Kennedy ganó el Oscar frente a dos actores de “Bonnie y Clyde” (Gene Hackman y Michael J. Pollard), así como Cecil Kellaway (“Adivina quién viene a esta noche”) y John Cassavetes (“Doce del patíbulo”).

2º Harold Russell por “Los mejores años de nuestra vida” (1947)

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Un Oscar tan merecido como simbólico el que recibió Harold Russell por “Los mejores años de nuestra vida”, la obra maestra de William Wyler. Manejando un fusible en una práctica de entrenamiento en su alistamiento al ejército americano, tras los ataques de Pearl Harbor, Russell perdió ambas manos. A Russell le pondrían dos prótesis con forma de gancho. William Wyler estaba inmerso en la preparación de “Los mejores años de nuestra vida”, un proyecto en el que quería plasmar todo ese horror que fue la Segunda Guerra Mundial y honrar a los veteranos de guerra, descubriendo al joven en una película realizada por el ejército llamada “Diary of a sergeant”.

La cinta ganó 7 de los 8 Oscar a los que optaba, entre ellos los de mejor película, dirección, actor principal (Fredric March), guión adaptado y actor de reparto para Harold Russell. Poco después de darse a conocer las candidaturas a los Oscar la junta directiva de la Academia tomó una decisión excepcional, otorgarle un Oscar especial a Russell por ser un ejemplo de superación para los veteranos de guerra y porque pensaban que no ganaría la estatuilla ante actores profesionales. Se equivocaban. Y es que, aunque se interpretaba en el fondo a sí mismo, la verdad es que su humanidad y ganas de vivir (a pesar de todo) inunda la película así como su complicada reintegración en la vida civil, afectado más por las miradas compasivas de los demás que por su propio talante. A pesar de tener como contendientes a Charles Coburn (“Los verdes años”), William Demarest (“The Jolson story”), Claude Rains (“Encadenados”) y Clifton Webb (“El filo de la navaja”) se llevó el Oscar, premio que vendería en 1992 ante la enfermedad de su mujer, algo que no permite la Academia aunque esta regla entró en vigor en 1950 no teniendo efecto retroactivo.

1º Karl Malden por "Un tranvía llamado Deseo" (1952)

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Karl Malden es uno de esos secundarios que siempre se recuerdan. En este caso no era sólo por su indudable talento y su poderosa presencia en pantalla, sino también por una característica narizota grande y rota con la que todavía podía dar más carácter y fuerza a sus personajes y que era debida a un accidente jugando al fútbol americano en sus años de educación secundaria. Hijo de inmigrantes yugoslavos, tuvo bastante clara su vocación actoral matriculándose en la escuela de Arte Dramático de Chicago, a pesar de unas buenas condiciones físicas que casi hicieron que se inclinara por el deporte. A finales de la década de los 30 se produjo su debut teatral representando obras del nivel de “Un tranvía llamado Deseo”. Y es que Malden no podía pasar por un personaje de relleno y “quemó” sin probar la fase de extra. Su presencia y su adecuada y potente voz le ayudaban a dar el salto a buenos papeles. En 1940 participó en su primera película pero su alistamiento en la II Guerra Mundial hizo que su carrera tuviera que quedar paralizada sin saber muy bien si lograría hacer camino en ello o no. Terminada la contienda destacó en algunos papeles como “El justiciero” de Elia Kazan o “El beso de la muerte” de Henry Hathaway.

Pero fue la década de los 50 la que le reportó la fama. Se convirtió en fetiche de Kazan que ya se había quedado muy satisfecho la primera vez que lo encontró: “Karl es el vivo reflejo de cómo un tipo con aspecto de portero de discoteca puede ser un gran actor”. Y Kazan no hablaba por hablar ya que le dio a Malden papeles de esos que todo actor de carácter sueña algún día con interpretar. El actor se lo agradecería más tarde siendo uno de los pocos que impulsó la entrega del Oscar honorífico a Kazan en 1999, controvertida ante la participación del director en la Caza de Brujas en los 50 y que hizo que la comunidad de Hollywood intentara boicotear la decisión de la Academia (que Malden llegó a presidir de 1988 a 1993). Y es que para Karl el arte era el arte: “Siempre he valorado su trabajo, no su ideología política”.

“Un tranvía llamado Deseo”, "La ley del silencio" y “Baby Doll” le convirtieron en estrella. Por la primera (interpretando a Mitch, el mejor amigo de Stanley Kowalski) consiguió el Oscar al mejor actor de reparto en 1952 casi haciendo pleno interpretativo para la película ya que Vivien Leigh y Kim Hunter también se llevaron el Oscar a la mejor actriz y a la mejor actriz de reparto respectivamente. Sólo Marlon Brando se quedó sin premio, que sí que se lo llevaría por “La ley del silencio” tres años más tarde y en la que Malden volvería a ser candidato al Oscar siendo el predicador que apelaba a Terry Malloy a luchar contra la mafia. Otras películas de la década fueron “Al borde del peligro” de Otto Preminger, “El pistolero” de Henry King o “Yo confieso” de Alfred Hitchcock. Incluso se permitió debutar en la dirección en “Labios sellados” en 1957, quedando como su única experiencia detrás de las cámaras. “Las calles de San Francisco” también le hizo triunfar en la televisión al igual que hizo en el año del Oscar con el que se impuso con esa rotundidad suya a dos actores de “Quo Vadis” (Peter Ustinov y Leo Genn), Kevin McCarthy (“La muerte de un viajante”) y Gig Young (“Veneno implacable”).

Nacho Gonzalo

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Mary Carmen Rodríguez
Mary Carmen Rodríguez
8 años atrás

Qué selección más maravillosa, señor Gonzalo. Enhorabuena.

Nicolas17
Nicolas17
8 años atrás

Muy buena selección pero hecho de menos a papeles como el de Kevin Kline en un pez llamado Wanda y John Mill de La hija de Ryan.

Pero en este selecto grupo tubo que haber un hueco para, Robert De Niro en El Padrino II, Christian Bale en The Fighter yJavier Bardem en No Country for Old Men.

Pero es normal de que en una selección queden grandes nombres por fuera.

Pero Heath Ledger merece un puesto mas adelante por The Dark Knight un tercero o cuarto, es una de las grandes interpretaciones no solo en la categoría si no en general de las premiada por el Oscar.

Pero que gran selección ya espero esa selección de Mejor Actriz

William Harford
William Harford
8 años atrás

Enhorabuena Nacho por estos tres magníficos artículos. Esto es un oasis muy delicioso ante la espera del inicio de la próxima carrera de los Oscars. Me hizo especial ilusión ver a James Coburn en el puesto 4 por Aflicción, una de mis películas preferidas.

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