Conexión Oscar 2021: Película
Querido Teo:
Objetivamente hay pocos datos para avalar una derrota de "Nomadland". Tiene 6 nominaciones al Oscar, estando presente en todas las categorías que tenía que estar, y su arrase ha sido tal que ha dominado la carrera de cabo a rabo comenzando por los festivales de Venecia y Toronto, continuando con las principales Asociaciones de Críticos y certificando su posición en Globos de Oro, Critics’Choice, Gremio de Productores (PGA), Gremio de Directores (DGA) y Bafta. Además ha creado la narrativa a su favor de ser una película intimista y profunda sobre la desorientación del tiempo que vivimos contando con una Chloé Zhao a punto de convertirse en la segunda directora en ganar el Oscar. Todo esto sería suficiente sino fuera porque la Academia nos ha malacostumbrado los últimos años rompiendo quinielas en la categoría reina, algo que no siempre tiene que suceder, aunque el sorpasso sigue siendo posible con "El juicio de los 7 de Chicago" como la mejor colocada para ello todavía manteniendo un hilo de esperanza especialmente promovido por ser una opción más de industria (no sabemos hasta qué punto puede pesar que “Nomadland” casi sea un documental sin actores profesionales) y con el aval del Gremio de Actores (SAG).
"Nomadland" (6 nominaciones) pase lo que pase en los Oscar es una de las películas de esta temporada naciendo del impulso de tres mujeres como son la periodista Jessica Bruder, la directora Chloé Zhao y la actriz Frances McDormand. "Nomadland" sustenta una historia conmovedora y que garantiza más la reflexión interna que el debate a la hora de comprobar como el tan publicitado estado de bienestar, si en algún momento existió, se ha venido abajo como un azucarillo poco consistente entre promesas vacías y muchos impulsos de sálvese quien pueda teniendo siempre ventaja a favor para ello los que tienen una situación más desahogada. Vivir al margen de los consumos fijos considerados básicos por todos, parecía hace pocos años una excentricidad absurda, pero la situación en Usamerica está derivando hacia una nueva clase social, empobrecida, expulsada de la decreciente clase media, que se desplaza miles de kilómetros persiguiendo trabajos temporales, con la "casa" a cuestas, nómadas, que nunca podrán aspirar a envejecer en una convencional. Simplemente no pueden ni podrán pagarla.
Una película llena de sensibilidad y fuerza interior en la que todo fluye a su ritmo y que demuestra el dominio tras la cámara de Chloé Zhao, perfeccionado en la que es su tercera película, y la capacidad de hacer poesía de sus imágenes dejando patente su propio sello, con un impecable trabajo de fotografía y una música a piano que envuelve, aunque aquellas provengan de la desesperación e incertidumbre fruto de una crisis que ha dejado un mundo sin oportunidades, con una Frances McDormand que transmite todo en un personaje con dobleces pero tan profundo que, a través de su rostro y su empeño de dejar atrás a una sociedad que no ha estado a la altura de los que confiaron en ella, logra una enorme empatía y naturalidad viendo al personaje y no a una actriz con tics de método rodeada de intérpretes no profesionales, algo que tiene mucho mérito y habla muy bien de la generosidad y talento de McDormand. El escenario más lógico para la película es que termine alzándose como triunfadora en su última parada tras un recorrido exitoso haciéndose con el Oscar a mejor película, dirección, guión adaptado y fotografía.
“El juicio de los 7 de Chicago” (6 nominaciones) se apoya en su triunfo en el Gremio de Actores (SAG), donde “Nomadland” no estaba presente en mejor reparto, para erigirse como la posible alternativa en el caso de que la hubiera. Argumentos a favor tiene y de sobra. Una película pertinente, entretenida y con un gran ritmo que muestra lo mejor del Sorkin guionista y va consolidando las hechuras del Sorkin director en el que es su segundo trabajo detrás de las cámaras, una reivindicación de ese cine ambientado en los 70 pero con la épica judicial y comprometida de los 90 en el que se enarbola el triunfo de las instituciones y la épica humana a golpe de dignidad. “El juicio de los 7 de Chicago” presenta posicionamientos y bandos pero, en esta ocasión, Aaron Sorkin ni sienta cátedra ni impone dogma sino que deja fluir los hechos de una manera natural, orgánica y nada confusa, sabiendo resaltar la personalidad de cada uno de los personajes, e incluso profundizando en los más tendentes a la caricatura, llegando incluso a grandes momentos desde el punto de vista emocional, más allá de un desenlace propicio para ello.
“El juicio de los 7 de Chicago” bebe del mejor clasicismo de Hollywood y es cine pertinente que sin cargar tintas abre el debate sobre qué papel tiene la ciudadanía, más allá de elegir a sus políticos cada cuatro años, frente a un sistema que parece impenetrable, codicioso e inmoral. Todo en un momento en el que el valor de las protestas en la calles ha quedado diezmado ante esa situación de cansancio general que nos lleva a seguir tomando las cucharadas de la misma medicina sabiendo de antemano que es imposible solucionar las cosas si ante los mismos problemas actuamos siempre de la misma manera. Un drama judicial intenso y necesario para comprender de dónde venimos pero también a dónde vamos fomentando el espíritu crítico en un mundo de grises en el que más que llamar a la revolución lo que se propone es construir una sociedad más unida, empática y reflexiva en la que de verdad quepan todos quedando las personas por encima de las ideas y desembocando en un final emocional, patriótico y muy humano. Ser una apuesta de Netflix sigue pareciendo un hándicap en el seno de la Academia siendo el montaje su opción más viable para el triunfo, más si no quiere irse de vacío y quiere mantener la emoción hasta el último momento de la noche.
"Minari. Historia de mi familia" (6 nominaciones) se ha erigido como la “tercera vía” durante toda la carrera. Siempre presente aunque nunca sin terminar de dar el paso decisivo. “Minari. Historia de mi familia” es una cinta que atesora todo sensibilidad a la hora de narrar como una familia de emigrantes coreanos intentan amoldarse a la vida usamericana probando suerte en una granja de Arkansas. De manera nada impostada vemos los sueños y preocupaciones de una familia a través de un padre abnegado que sólo quiere lo mejor para los suyos y que éstos estén orgullos de él, una madre siempre sacrificada por todos y dos hijos, una niña y un niño que a sus 7 años se abre al mundo entre la inocencia de la edad y el estar “entre algodones” no sólo por el futuro que quieren darle sus padres sino por tener un “soplo” en el corazón. Una familia de errantes buenas personas que lo han intentado todo para labrarse un buen destino y que deciden iniciar una nueva vida aprovechándose de que cada vez hay más coreanos en Estados Unidos (30.000 cada año durante la década de los 80) por lo que deciden aprovechar las raíces de su cultura para tener una granja dedicada a cultivar productos coreanos para los que añoran su tierra. Una cinta que se vio en el Festival de Sundance 2020, dónde fue triunfadora, justo cuando el fervor surcoreano se plasmó en los Oscar del año pasado con “Parásitos”.
“Minari. Historia de mi familia” es una película pura, auténtica y luminosa que irradia cariño por sus personajes, el que tiene una serie de personas que saben que mientras estén juntos y unidos podrán salir adelante hacia la búsqueda del destino que merecen. Todo un regalo a la hora de mostrar que el tener bien a los nuestros bien vale el mayor de nuestros esfuerzos así como el hecho de que, aunque vengan mal dadas, siempre hay que quedarse con lo que se aprende porque al día siguiente siempre sale el sol y la oportunidad de un día más para intentarlo con la fuerza de sentirse unido y respaldado por los tuyos. La cinta producida por Plan B, con Brad Pitt a la cabeza, sigue demostrando su bien tino en los Oscar siendo esta la novena cinta nominada al Oscar en casi dos décadas de existencia de la compañía habiendo ganado por “Infiltrados” (2007), “12 años de esclavitud” (2014) y “Moonlight” (2017). Este año sus opciones se centran en la categoría de actriz de reparto con Youn Yuh-jung.
"Una joven prometedora" (5 nominaciones) se ha convertido en la película más comentada en las redes sociales y en la favorita para muchos por todo lo que tiene de deconstrucción y reivindicación de una voz de denuncia activa frente a la cultura del abuso aunque la cinta no dude en derivar en una mezcla de géneros no apta para todos los gustos. Una comedia negra con mucha mala baba en su matiz romántico y con apuesta por un thriller que te mantiene en vilo y que lleva a qué nunca sepas por dónde va a virar la historia y quién es el que termina dando la última carcajada, algo que provoca que supere cualquier atisbo de previsibilidad llevándonos por donde quiere. Retorcida, feminista e inteligente es junto a series como “Podría destruirte” o películas como “The assistant” un perfecto retrato de cómo la sociedad ha tardado pero finalmente ha salido del letargo en el que se ha mirado a otro lado siendo muchos cómplices de todo ello a través de la cultura del silencio y sin decidirse a tomar una conducta activa, incluso etiquetando a base de prejuicios (tanto consciente como involuntariamente) y rumores pensando que si a alguien le pasa algo malo en lo referente al sexo es porque se lo ha buscado. Una propuesta imposible de entender en el cine de hace unos años y que ahora se erige como retrato de un tiempo al que muchos todavía intentan adaptarse y entender. Un subgénero de venganzas en femenino cada vez más amplio con ejemplos como "Carrie" (1976), "Kill Bill" (2003), "Jennifer's body" (2009) o "Revenge" (2017).
Un personaje con aristas en el guión al que Carey Mulligan matiza de manera sobresaliente en su interpretación logrando que la violencia y el dolor sea más un vehículo para la reflexión que algo que quede plasmado de manera subrayada. La directora pretende desde su alabado prólogo la participación y la conciencia de un espectador que asiste atónito ante lo que se nos presenta como un juego macabro pero que encierra una desolación de un mundo con muchos grises en el que no sólo estamos perdidos sino que la experiencia y los golpes de la vida impiden construir relaciones sanas y de plena confianza con los demás, temerosos como estamos de recibir un golpe que nos deje tocados por siempre, algo que se ve en esa relación entre ella y el personaje de un antiguo compañero de universidad. Para el recuerdo algunas de sus escenas y ese “modus operandi” que lleva a cabo Cassie en su particular letanía de dolor, rabia y redención frente a un hecho del pasado que ha condicionado lo que ella es hoy. “Una joven prometedora” sigue teniendo en el mejor guión original su mejor opción con el fin de reconocer así al alma de un proyecto que es una Emerald Fennell que ha demostrado con su ópera prima que tiene muchas cosas que decir.
"El padre" (6 nominaciones) es la ópera prima de Florian Zeller llevando al cine su exitosa obra de teatro, una pieza que no ha hecho más que recibir parabienes desde su estreno en París en 2012 y posteriormente en Londres en 2015 y en Estados Unidos en 2016 ganando el Olivier para Kenneth Cranham y el Tony para Frank Langella. Incluso en España hubo un reciente montaje, también en 2016, protagonizado por Héctor Alterio y Ana Labordeta. Ahora es Anthony Hopkins el que lleva a cabo un portentoso recital en una cinta en la que todos pueden sentirse identificados ya que, quién más quién menos, ha tenido a su lado familiares y allegados que han ido consumiéndose por la enfermedad, como es el caso del Alzheimer que va nublando la mente del protagonista haciéndole perder su identidad frente a la sensación de impotencia de su abnegada hija, la cual ya no sabe que más hacer. Un padre y una hija que, para intentar paliar lo que está pasando, primero tendrán que asumirlo y no pretender cerrarse en la postura de que no está pasando nada y que son sólo despistes propios de la edad. Un tema universal que tantas personas han vivido muy cerca y que conecta con las experiencias y vivencias de cada uno.
El gran acierto de Zeller como director es que no lleva a cabo una traslación a la pantalla de manera rutinaria y acartonada, con la excusa del origen teatral, sino que nos introduce en la mente de ese anciano transmitiendo al espectador esa confusión que tiene en la cabeza, entre lo que es realidad y ficción, las caras que ya no recuerda, o las puras ensoñaciones y los miedos más intrínsecos, todo sin salir de su apartamento y favoreciendo la intriga dentro del drama. “El padre” sabe transmitir ese dolor en su fascinante juego de espejos y, por tanto, es toda una muestra con gran solvencia y realismo de lo que es la vida en su lado más oscuro y lo que padecen (o han padecido ya) tantas y tantas familias. Una puesta en escena sobria pero nada conformista, y unos actores en estado de gracia, elevan todavía más el texto y lo que cuenta la obra hasta convertirla en una de las mejores cintas de la temporada y en ya una referencia tanto en lección actoral, en la forma de adaptar una obra de teatro aprovechando lo que puede aportar el recurso cinematográfico, y en cómo mostrar la degeneración progresiva de un ser humano que se evapora en su esencia perdiendo una luz ya imposible de recuperar. Los 2 premios Bafta y el estar presente en las principales categorías ha dado fuerza a “El padre” en este momento de la carrera pudiendo Anthony Hopkins ganar el Oscar al mejor actor, el segundo de su carrera, y disputar en dura pugna el de guión adaptado frente a “Nomadland”.
"Mank" (10 nominaciones) llega como la más nominada pero nunca ha tenido opciones de nada en una carrera en la que pesa más generar una corriente de simpatía a favor y, sobre todo, ser una opción de consenso. El último trabajo de David Fincher ha sido de todo menos eso, siendo más que nada un tributo del director a su padre, rescatando un guión escrito por él que se convierte en el principal hándicap de una cinta que se queda en la pose dentro de su, por otro lado exquisito, retrato de un Hollywood que vivía en su particular burbuja de entretenimiento sabiendo cuál era su función frente a los espectadores sin estar exento de falsas lealtades, choques de egos y la amenaza de unos aires de guerra procedentes de Europa que muchos querían obviar más preocupados como estaban de que no se colara el comunismo en el seno de la industria.
“Mank” tiene momentos álgidos e inspirados como esa reunión de guionistas, en la que participa el propio Mank, intentando venderle un proyecto a David O. Selznick y a Josef Von Sternberg a pesar de que no tienen nada preparado, el hecho de apuntar que las películas de terror de Universal no tienen argumento o que, mientras se pide que la gente se apriete el cinturón, los Estudios hacen dispendios como que Warner compre más terrenos o que la MGM tenga más estrellas en nómina que nunca, pretendiendo que California siga siendo vista como un espejismo de prosperidad. Un sistema de Estudios que no sabía cómo vender esa narrativa cuando el propio Mank les echa en cara que en cambio sí que han sido capaces de hacer creer que King Kong puede escalar el Empire State de Nueva York o que Mary Pickford sigue siendo virgen a los 40 años. Todo era un engranaje en el que se iba fundamentando las bases de un capitalismo que todavía sigue extendido a todos los niveles a día de hoy. Una de esas películas con muchas, capas y lecturas con piezas dispuestas a ser encajadas exigiendo al espectador un conocimiento que ni todo el mundo tiene ni está dispuesto a buscar lo que lleva a que “Mank” sea por naturaleza esquiva y sólo realmente disfrutable para los muy cinéfilos y conocedores de las entretelas del Hollywood de aquellos años. El impecable diseño de producción será el Oscar para evitar que el ambicioso proyecto de David Fincher se vaya de vacío.
"Sound of metal" (6 nominaciones) se ha convertido en una de las revelaciones de esta temporada de premios. Proyectada en el Festival de Toronto 2019 Amazon Studios decidió guardarse el as en la manga un año y estrenarla en su plataforma a finales del 2020. El resultado no pudo ser mejor con un boca-oreja muy positivo y una campaña continua pero nada forzada y agotadora en la que Darius Marder, Riz Ahmed y Paul Raci han estado muy presentes en un gran número de medios hablando del proceso de una película que es elevada tanto por su humanidad y honestidad como por el mayúsculo trabajo de un Riz Ahmed que ya se ha confirmado como uno de los mejores actores del momento y uno de los tipos más inteligentes a la hora de desarrollar su carrera.
Un trabajo de miradas y gestos que lleva al espectador a empatizar con el protagonista, sobre todo por su juventud y por el hecho de saber que vuelve a caer después de que parece que por fin había resurgido de sus problemas anteriores. Una cinta que habla por gestos y silencios a la hora de encontrar una paz que nos reconforte y nos haga estar en bien con nosotros mismos, logrando como en la escena del tobogán que no sólo sea importante escuchar sino sentir lo que tenemos alrededor. Más cuando hay que tener en cuenta que en ese centro en el que recala Ruben no se busca trabajar con el odio sino con la mente para abrirse a un nuevo mundo por vivir, tanto con sus dificultades como con sus alicientes. La cinta podría terminar dando el campanazo en algún apartado pero lo más probable es que se quede con la categoría de mejor sonido, un personaje más dentro de la cinta, disputándose el premio al mejor montaje junto a “El juicio de los 7 de Chicago”.
"Judas y el mesías negro" (6 nominaciones) nos lleva al convulso Chicago de 1968. La raza negra se ha alzado en armas en contra del racismo congénito de una sociedad que sigue inmersa en la discriminación, la violencia y la falta de oportunidades. Altercados continuos en las calles, manifestaciones y peleas de bandas y la pérdida de dos referentes como Martin Luther King y Malcolm X, ambos asesinados. Todo ese descontento es capitalizado a través del movimiento de los Panteras Negras de vocación nacionalista negra y revolucionaria que nació como mecanismo de autodefensa debido a la brutalidad policial de aquellos años manteniéndose en activo en Estados Unidos entre 1966 y 1982. La cinta logra ser un intenso thriller que equilibra el protagonismo de las dos vertientes de la historia. Por un lado los mítines y la personalidad de Fred Hampton, un estudioso de la oratoria y la filosofía convertido en líder con sólo 21 años que abraza el socialismo y sabe que de la unión vendrá la fuerza siendo la política la manera de hacer guerra sin sangre. Por el otro los dilemas de un William O’Neal que acaba inmerso en una encrucijada moral viendo con cierto descreimiento los valores del movimiento para después terminar inmerso en la dinámica del mismo. Una misión que empieza con el fin de le sean quitados los cargos policiales pero que también le llevará a un dilema sobre su identidad y de hasta qué punto comulga con las actividades de Hampton y si, en realidad, habrá encontrado un lugar en el mundo en el que se siente más auténtico y útil que siendo un delincuente callejero sin fortuna.
“Judas y el mesías negro” se ha hecho con toda la cuota racial de este año en la categoría de mejor película con una apuesta de aire setentero y rabia indignada heredada en el tiempo demostrando que hay muchas cosas que todavía no han cambiado en lo referente a los derechos civiles de la raza negra. Una de las sorpresas de las nominaciones fue la doble nominación para sus actores compitiendo tanto Daniel Kaluuya como Lakeith Stanfield en la misma categoría, algo que parece que no impedirá que el primero termine siendo el único Oscar para la película por su encarnación de Fred Hampton que le ha hecho ser el único actor este año que se ha hecho con el póker de premios (Globo de Oro, Critics’Choice, SAG y Bafta).
El dictamen
Ganará: Nomadland
Alternativa: El juicio de los 7 de Chicago
Quiero que gane: El juicio de los 7 de Chicago
Echo de menos: El diablo a todas horas
Nacho Gonzalo