Conexión Oscar 2021: Las opciones de Anthony Hopkins para hacerse con la estatuilla

Querido Teo:

Los Bafta tan revolucionarios y diversos en sus nominaciones se quedaron en nada cuando les tocó elegir a sus ganadores, siendo igual de cortesanos que las últimas décadas basando su notoriedad en intentar predecir lo que pasará en los Oscar dentro de dos semanas. Sólo dejan algo interesante. Saber si los 2 premios recibidos por "El padre" marcan tendencia o se quedan en concesión británica. Vamos a detenernos en el apartado de mejor actor donde Anthony Hopkins, dentro de una Academia de Hollywood global y diversificada, podría terminar alzándose (con todo merecimiento por otra parte) con el Oscar a mejor actor en una categoría que todavía está lejos de quedar cerrada.

Durante todo el año se ha creado la narrativa en favor de Chadwick Boseman, aupado por la emoción que deja su deceso quedando truncada una carrera que iba a dar grandes alegrías en Hollywood no sólo a nivel interpretativo sino como simbolismo racial a la hora de convertirse en referente para una población negra que siempre tiene más difícil hacerse con la oportunidad en un mundo todavía impregnado por la sombra del racismo. En "La madre del blues" hay mucho de eso y también del trabajo de un actor que pone toda la carne en el asador tirando de energías y entrañas a pesar de sufrir la enfermedad que le llevó a la muerte. Su Levee pícaro, anárquico y rabioso representa a todos esos negros que, a pesar de que no quieren supeditarse, saben que tienen que sonreír para poder permitirse tanto sobrevivir como seguir adelante. El Globo de Oro, el Critics’Choice y el SAG han estado del lado de esta corriente posicionando a Chadwick Boseman como favorito al Oscar.

Los Bafta de esta pasada noche han abierto una variante interesante que parecía dormida ante el frenesí de la carrera pero que puede resurgir con fuerza justo en el momento en el que se está votando de cara a los Oscar. A sus 83 años Anthony Hopkins es el actor más veterano en conseguir la nominación como protagonista y, en el caso de ganar, sería el intérprete más mayor en ganar nunca la estatuilla. Toda una leyenda interpretativa de las últimas décadas que ganó su tercer Bafta tras “El silencio de los corderos” en 1992 y “Lo que queda del día” en 1994, además del premio honorífico de 2008. Su expediente en los Oscar le ha hecho conseguir su sexta candidatura pero sigue teniendo únicamente la estatuilla conseguida hace tres décadas por su característico Hannibal Lecter.

Lo que hace Anthony Hopkins en “El padre” es digno de todo un maestro consiguiendo lo que parecía imposible, llevar a cabo la mejor interpretación de su carrera al nivel de la que le dio el Oscar. Su trabajo en “El padre” emociona y duele por todo lo que tiene de universal a la hora de ver los estragos que provoca en la mente y la identidad de uno una enfermedad como el Alzheimer y cómo eso afecta a los que le rodean, especialmente el caso de una hija que ve cómo su padre octogenario se ha convertido en un chiquillo imprevisible que echa de menos a su madre.

Una cinta que impacta sobremanera al espectador por todo lo que tiene de universal ya que, quién más quién menos, ha vivido en su familia una situación parecida provocada por la vejez y por el hecho de que aparezca una enfermedad que convierte a la persona querida en un desconocido desorientado. El impecable trabajo en la adaptación de Florian Zeller, jugando con la casa en la que vive el protagonista casi como si lo representara a la propia mente del mismo, lleva todavía a calar más hondo en una de esas películas que se quedan dentro de uno por mucho tiempo.

Anthony Hopkins es un actor que por carrera y estatus merece ese segundo Oscar, el cual ganaría por merecimiento y con la Academia rompiendo esa tendencia en forma de elegía a favor del trabajo de Chadwick Boseman. El trabajo de Hopkins es cumbre en su carrera y una de las interpretaciones más rotundas de lo que llevamos de siglo. En un apartado tan igualado cualquier detalle cuenta y uno que se antoja decisivo es que “El padre” ha gustado entre los miembros de la Academia, al menos más que “La madre del blues”, constando la película de Zeller como una de las mejores cintas del año consiguiendo candidaturas en todos los apartados importantes.

Teniendo en cuenta que el alma de la película es el trabajo de Anthony Hopkins da que pensar que eso es una señal para pensar que cuenta con ventaja ya que la última vez que ganó el Oscar un actor en este apartado cuando el resto de rivales sí que tenían a su película nominada (y él no) fue William Holden por "Traidor en el infierno" en 1954.

Por otro lado si de verdad estamos ante una Academia tan global es lógico pensar que el voto internacional puede favorecer a Anthony Hopkins, no sólo porque sea uno de esos actores de toda la vida, sino porque su interpretación, una vez vista, impacta y tiene visos de perdurabilidad en el tiempo, al contrario que la de un Chadwick Boseman que sufre en estar en una película que no deja el mismo poso. Además de la impresión de que el fenómeno que ha aupado las opciones del actor de “La madre del blues” está muy focalizado en el votante afroamericano que encuentran en esta interpretación y en esta figura una conexión y una sensibilidad distinta a la que le provoque a un surcoreano.

En todo caso lo que ha ocurrido en los Bafta deja esta categoría todavía abierta y con emoción hasta el final pudiendo ser definitivo para Anthony Hopkins el hecho de que estemos ante una Academia tan representada y diversa y, por otro lado, el hecho de que “El padre” sea una de las nominadas a mejor película. Veremos si la Academia da ese giro en favor de toda una leyenda actoral o sigue la inercia de estos meses con el fin de rendir el último tributo en forma de lágrimas para un actor que se fue demasiado pronto. Pese la razón que pese, e independientemente de filias y fobias, poco se podrá cuestionar al que salga ganador y eso no ocurre siempre.

Nacho Gonzalo