Conexión Oscar 2018: Allison Janney y Laurie Metcalf, del prestigio televisivo al foco de los premios de cine
Querido Teo:
Aunque estamos a escasos días de que empiece de verdad la carrera al Oscar, con el habitual e intenso recorrido por los distintos estados de USA para ver que dictamina cada Asociación de Críticos en el único momento del año en el que generan algo de interés, no existe una sola categoría en la que haya un claro favorito (si exceptuamos la de mejor actor) y aunque hay nombres que sobresalen todavía es ilusorio darles como virtuales ganadores por muy predecible que llegue a ser en algunos momentos la carrera al Oscar incluso antes de que comience. Eso sí, dos de los que más suenan en la categoría de actriz de reparto son el de un par de mujeres que tras ser reinas televisivas pueden por fin saborear las mieles de las grandes galas del cine en una carrera que puede dar muchas alegrías a Allison Janney y Laurie Metcalf tras años de esfuerzo y constatación de un talento no tan notorio como merecería.
En más de una ocasión se ha hablado de Allison Janney como la clásica actriz que tras triunfar en series de televisión no había encontrado en el cine un papel que estuviera a la altura de su talento y que, por otro lado, le permitiera perdurar en el tiempo. Y es que, hasta hace poco, sólo algunos elegidos encontraban en televisión (debido a los complejos que tenían algunos actores productos para la pequeña pantalla que valoraban por definición como algo propio de ligas menores) un papel que les permitiera ser recordados generación tras generación. A Allison Janney ya le hemos visto en algunas películas nominadas a los Oscar como “American beauty”, “Las horas”, “Juno” o “Criadas y señoras”, por sólo mencionar algunos títulos, pero siempre dentro de un reparto muy coral y con papeles anecdóticos en los que, a pesar de que Janney siempre emergía como robaescenas por muy pocos minutos con los que contara, quedaban demasiado subordinados a la trama de los protagonistas principales.
Aunque eso no quiere decir ni mucho menos que la presencia de Janney haya sido anecdótica en el cine como vemos, sí que ha pasado mucho más desapercibida de lo que debiera teniendo en cuenta que estamos ante una actriz querida, respetada y que ha podido exprimir sus dotes de actriz de soporte engrandeciendo repartos de series como “El ala oeste de la Casa Blanca” (4 Emmys de 6 nominaciones entre 2000 y 2006), “Masters of sex” (1 Emmy de 3 nominaciones entre 2014 y 2016) y “Mom” (2 Emmys de 4 nominaciones entre 2014 y 2017). Un recuento de 7 Emmys que le hace estar sólo por detrás de los registros de record de Julia Louis-Dreyfus y Cloris Leachman con 8 premios y empatando con dos iconos históricos de la TV como Mary Tyler Moore y Ed Asner, el mítico Lou Grant. Menos suerte ha tenido en los Globos de Oro donde no ha materializado ninguna de sus 5 nominaciones.
Desde el primer momento en que salió a la palestra "Yo, Tonya" en el Festival de Toronto, los focos se pusieron sobre el papel de LaVona Harding, la excesivamente excéntrica, fumadora y descastada madre de la patinadora que, sin duda, condicionó la personalidad de Tonya desde su infancia en un mundo de tratos despóticos, ambiciones desmedidas y ni una sola muestra de cariño. Con sus gafas, su respirador y su acosador loro, Janney inunda la pantalla con la personalidad de un personaje extremo que no necesita dar muestra ni de un ápice de humanidad para encandilar al espectador y, para incluso, protagonizar algún momento de humor negro que conforma uno de los ingredientes principales en los que se sustenta la película de Graig Gillespie para construir ese pequeño hito que ya está siendo incluso antes de llegar a salas.
Allison Janney ha encontrado ese papel de madre despótica y choni que tan buenos réditos ha dado a otras actrices como Mo´nique (“Precious”) o Melissa Leo (“The fighter”) en una categoría en los que estos personajes suman. Da la impresión de que el mundo del cine estaba deseoso de darle un papel que hiciera justicia a Janney, tanto para reconocer su talento como para darle un gran premio, y todo parece indicar que la actriz ha llegado con el papel justo en el momento adecuado. La incipiente distribuidora Neon, sabiendo que tiene su principal baza en esta categoría más allá de colocar a la película en categorías como las de película, director o actriz, a buen seguro pondrá todas las cartas que le posibilite su modesta estructura para abogar por el Oscar de una intérprete que ha llegado a ese momento de dulce madurez en su carrera en la que sólo su presencia ya aporta admiración y reverencia; todo sin haber llegado todavía a los 60 y con un prestigio trabajado con el paso de los años en una carrera muy sólida y persistente en la que no ha dado pasos en falso.
Aunque de una carrera más irregular, y menos conocida todavía por el público medio fuera de USA, ocupa también una página de oro televisiva Laurie Metcalf, sólo cuatro años mayor que Janney, aunque sólo sea por su trabajo en la mítica “Roseanne”, donde daba vida a la hermana de la protagonista y que le hizo conseguir 3 premios Emmys consecutivos entre 1992 y 1994 además de otra nominación más al año siguiente. También recibió mención en estos premios por “Cosas de marcianos” en 1999, “Monk” en 2006, “Mujeres desesperadas” en 2007 y una triple candidatura en 2016 por “Getting on” como actriz protagonista de comedia y como actriz invitada de drama por “Horace and Pete” y de comedia por “The Big Bang Theory”.
Curtida en el teatro en sus inicios, recorrido culminado este año ganando el Tony por “A doll´s house, part 2”, lo que todavía da muestra del nivel con el que ha vuelto a la actualidad en los tres campos de cine, televisión y teatro, tiene el dudoso honor de haber sido contratada para una temporada de “Saturday Night Live” a principios de los 80 participando sólo en un episodio debido al final anticipado ese año debido a la huelga de uno de los guionistas de la misma. También ha sido la voz de la madre de Andy en las películas de “Toy story” y ahora es otra madre, la del personaje de Saoirse Ronan en "Lady Bird". La película, que se va convirtiendo poco a poco en la mejor opción de A24 junto a “The Florida project” de cara a la carrera de premios, vive la incógnita de ver como es tratada por la crítica y si arrambla con un buen número de nominaciones o se queda en nominaciones anecdóticas.
Una de las más factibles para la cinta es la de Metcalf en ese “coming of age” que es la película de Greta Gerwig y que pondría en el mapa a una actriz que, tras sus recientes nominaciones en los Emmy, la confirmación del regreso de “Roseanne” y una presumible presencia en la carrera de premios harían justicia a una de esas artistas que nunca serán estrellas pero que reivindican algo de lo que el cine de Hollywood, afortunadamente, ha perdido el miedo y es el de presentar a mujeres reales, maduras y con sus imperfecciones que encaran el mundo como pueden y que cautivan con unas historias cercanas al día a día a cargo de actrices que podrían pasar por nuestra vecina de al lado o nuestra tía lejana aportando verdad y sin el aura (que no necesitan) de una actriz como Meryl Streep que, hasta ahora, era la única actriz que parecía que había en Hollywood a la hora de dar vida a mujeres entre los 50 y los 60.
Nacho Gonzalo
Me encanto el artículo. Tremenda reivindicación a dos grandes actrices. Espero que ambas consigan nominaciones. Ganas de ver ambas películas.