Conexión Oscar 2017: Viola Davis y la categoría desde la que ganar el Oscar por "Fences"

Querido Teo:

Cada vez parece más cerca el momento en que veamos a Viola Davis alzarse con el Oscar. La actriz ha demostrado no ser flor de un día como tantas otras y no ha hecho más que crecer en prestigio desde que el público la viera por primera vez sollozando y moqueando (de una manera magistral) en su breve pero impactante escena de "La duda" por la que consiguió su primera nominación al Oscar en la categoría de mejor actriz de reparto. A pesar de que terminó erigiéndose como la mayor alternativa a Penélope Cruz (que ganó por “Vicky Cristina Barcelona” en 2009 aprovechándose de que Kate Winslet saltara a protagonista por “The reader") se quedó sin Oscar al igual que con "Criadas y señoras", en ese caso compitiendo como protagonista y, a pesar de ganar el SAG, perdió ante el deseado tercer Oscar de Meryl Streep por “La dama de hierro”. Con “Fences” todo parece indicar que es el momento aunque cada vez haya más dudas sobre el hecho de en qué categoría competirá finalmente; una cuestión que sin duda marcará la carrera.

Debutando como enfermera en “La esencia del fuego” (1996), Viola Davis tuvo en sus inicios breves apariciones en cintas como “Un romance muy peligroso” (1998), “Traffic” (2000), “Un amor loco de atar” (2001), “Kate & Leopold” (2001), “Lejos del cielo” (2002), “Antwone Fisher” (2002), “Solaris” (2002), “Syriana” (2005), “World Trade Center” (2006), “Disturbia” (2006) o “Noches de tormenta” (2008), así como en series siendo su papel más recurrente el de Donna Emmett en “Ley y orden: Unidad de víctimas especiales”. Fue en 2008 cuando “La duda” le cambió la vida siendo elegida por John Patrick Shanley para encargarse de un breve pero decisivo papel en la adaptación al cine de su propia obra teatral. La madre del niño presuntamente abusado en cuyas lágrimas y rictus se ve el sacrificio por darle una buena educación y las dificultades sufridas en su vida por una cuestión racial que hace que la ayuda, protección y atención de un sacerdote sea la mejor de las noticias a pesar de la mirada impía de la madre superiora que encarna Meryl Streep.

En una de las ediciones más competidas en la categoría de mejor actriz de reparto que se recuerda; cualquiera podría haber ganado llegando sin favorita clara ante el giro de última hora que propició que Kate Winslet saltara por “The reader” a protagonista, Viola uso sus mejores recursos dramáticos para emocionar y conmover con una interpretación en la que sus grandes ojos lo decían todo manteniendo el tipo e incluso superando a una Meryl Streep que, en verdad, tendría que haber sumado su tercera estatuilla por esta película y no por la que daba vida a la mandataria británica.

Viola Davis había entrado por la puerta grande de Hollywood para quedarse, siendo presencia habitual en más de un reparto de prestigio destacando “Tan fuerte, tan cerca” (2011), “Prisioneros” (2013), “La desaparición de Eleanor Rigby” (2014) o “Escuadrón Suicida” (2016). Nada comparable a “Criadas y señoras” (2012), “feel good movie” que se convertía en todo un éxito de taquilla y en una película que avalaba el interés de la sociedad USA por expiar sus culpas ante la discriminación racial y la causa negra (“12 años de esclavitud” ganaría el año siguiente). El personaje de Viola Davis, corazón emocional de la cinta, se adentraba en una nebulosa entre una protagonista determinada pero intrascendente (Emma Stone) y dos secundarias robaescenas (Octavia Spencer y Jessica Chastain) lo que potenció que se promoviera su candidatura como protagonista; algo que hubiera sido muy distinto si no hubiera habido tantas actrices de la misma película en liza.

El SAG se rindió a la película con 3 premios (actriz, actriz de reparto y mejor reparto) lo que daba aire a la cinta en una edición de los Oscar marcada por la nostalgia y el homenaje al cine (“The artist” vs. “La invención de Hugo”) colocándose como alternativa al Oscar a pesar de que Tate Taylor no hubiera logrado la nominación como director. Viola se quitó en los Oscar su peluca de la suerte y al final (seguramente por muy pocos votos) vio cómo su amiga y maestra Meryl Streep conseguía 29 años después alzarse con una nueva estatuilla; tanto por las ganas que había de ver de nuevo a la eterna nominada con el Oscar como aprovechándose de la caracterización y de abordar un personaje presente en todos los planos de la cinta (algo que no se podía decir de la Aibileen Clark con la que Viola depositó sus mejores armas dramáticas y emocionales).

Viola Davis se ha convertido en estos años en una de las actrices más respetadas tanto en la comunidad afroamericana como en el seno de Hollywood. Baluarte de la negra auténtica y brillante actriz, más allá del modelaje idealizado que para Hollywood es alguien como Halle Berry, ha confirmado su inteligencia y compromiso no sólo a la hora de elegir proyectos sino de impulsar series como “Cómo defender a un asesino” por la que consiguió un Emmy en 2015 y 2 premios SAG en 2015 y 2016. No hay más que ver el ejemplar discurso que se marcó en los Emmy (y cómo de absortos le miraban todos sus compañeros) para comprender el estatus que ha conseguido.

Ahora con “Fences”, tercer trabajo como director de Denzel Washington, llega su gran oportunidad que podría materializarse en ese Oscar del que se ha quedado muy cerca en las anteriores dos ocasiones. Por la adaptación de la obra de August Wilson ganó su segundo Tony en 2010 interpretando a Rose, la mujer de un cincuentón ex jugador de béisbol que ahora malvive junto a su familia como basurero en Pittsburgh en la década de los 50 del siglo pasado. El avance ya ha mostrado todo lo que esperábamos, Viola en su salsa tirando de lagrimal y de clips dramáticos y de mucha congoja, pero ahora la gran duda es saber dónde competirá finalmente si como protagonista o secundaria.

Aunque todas las predicciones la han postulado desde hace meses como candidata segura (y favorita) al Oscar a la mejor actriz protagonista poco a poco ha ido calando una sensación que ya aventuramos hace varios meses. ¿Y sí se optara por postular a Viola Davis como secundaria para así asegurar el Oscar? Aunque su personaje tiende a ser coprotagonista, es verdad que es el rol de Denzel Washington el claro motor de la película lo que podría postergar a su mujer en la pantalla a la categoría secundaria al ser el clásico soporte emocional y conyugal (ahí están los casos de Jennifer Connelly en “Una mente maravillosa” o Alicia Vikander por “La chica danesa”). Bien es verdad que ahora Viola Davis es mucho más estrella que las mencionadas en su momento, pero las ganas de asegurar la estatuilla por Paramount Pictures (en protagonista han tenido muy buenas críticas Natalie Portman por “Jackie” y Emma Stone por “La la land”) podrían empujarla a la categoría de actriz de reparto que, si bien valdría para que tuviera ya el Oscar en el bolsillo, desde luego desluce más que ganarlo en la categoría protagonista donde se convertiría en la segunda actriz negra en triunfar en ese apartado tras el Oscar ganado por Halle Berry en 2001.

Habrá que esperar que pasa en las próximas semanas cuando se anuncie finalmente donde será promocionada. Aunque tiene altas posibilidades de ganar en cualquiera de los dos apartados, el prestigio y la luz de los focos lo da ganarlo en protagonista mientras que la vía fácil suele estar como secundaria. Por estatus, recorrido, talento y progresión actoral sería una buena guinda del pastel a casi una década de grandes momentos en la que la hemos visto crecer tanto como actriz como estrella; un triunfo mucho más importante que cualquier estatuilla teniendo en cuenta lo difícil que lo tienen actores de su raza no sólo para acceder a buenos papeles sino para ser respetados por todos. Como dijo Viola en su recordado discurso de los Emmy, lo único que diferencia la carrera de los actores negros a la de los blancos es la falta de oportunidades. Esperemos que en la tercera posibilidad que le va a brindar la Academia dentro de unos meses esta vez no se le escape tanto por méritos, intuición a la hora de meterse en la maraña de Hollywood sin salir escaldada de ello, y por la posibilidad un discurso de “entronización” que muchos ya estamos esperando y del que ella sería (y no los hay muchos) merecedora y digna de ello.

Nacho Gonzalo