Conexión Oscar 2017: Martin Scorsese y una relación con los Oscar llena de altibajos
Querido Teo:
"Silencio" ya ha llegado a España con el nombre de Martin Scorsese como principal reclamo habiendo llevado a cabo el director su película más ambiciosa e intensa desde un punto de vista espiritual, casi como el de un maestro que lleva a cabo una especie de testamento fílmico. Y es que esta cinta sobre la sinrazón, el fanatismo, la intolerancia y la fe, de tan intensa y ambiciosa que pretende ser desde un punto de vista metafísico, está sufriendo el ninguneo en la carrera aunque todavía nadie se atreve a ser el primero a descabalgarlo de sus predicciones en las categorías de película y director. Ni la crítica (ante su estreno tardío) ni los Gremios (a la espera de ver qué ocurre en el de Productores y de Directores) se han puesto de su lado y estamos posiblemente ante una muesca más dentro de la inestable relación de Scorsese con la Academia.
A pesar de que Scorsese tenga sólo una estatuilla a mejor director, y que existe la percepción (al igual que con Spielberg) de que la Academia no ha sido del todo justa con él, en verdad el italoamericano es el segundo históricamente con más nominaciones en la categoría de director (8), estando empatado con Billy Wilder y sólo superado por William Wyler con 12. A pesar de irrumpir en los 70 dentro de esa generación marcada por la televisión y por el deseo rebelde de darle otro prisma más real y descarnado al cine USA, alejándose del clasicismo y épica de décadas anteriores, Scorsese no consiguió su primera nominación al Oscar hasta 1981 con “Toro salvaje”.
Anteriormente ya había presentado “Malas calles” en 1973, “Alicia ya no vive aquí” con Oscar para Ellen Burstyn en 1975, y la impecable "Taxi driver" que aspiró a 4 Oscar en 1977 (incluyendo película y actor) pero que fue el primer gran desaire de la Academia con Scorsese tras conseguir la Palma de Oro y ser candidato como director tanto en el Gremio de Directores como en los Bafta. Un año en el que ganó el funcional John G. Avildsen por “Rocky” y fueron candidatos dos representantes de la llamada “generación de la TV” como Sidney Lumet por “Network, un mundo implacable” y Alan J. Pakula por “Todos los hombres del presidente”, así como dos figuras europeas como Ingmar Bergman por “Cara a cara” y Lina Wertmüller por “Pasqualino siete bellezas”, primera mujer directora en ser candidata al Oscar.
“New York, New York” (1977), desigual musical que juntaba a una pareja tan improbable como Robert De Niro y Liza Minnelli, y valorados documentales como “El último vals” (1978) fueron el puente hasta llegar a otra película llena de fiereza, rebeldía y maestría como “Toro salvaje”, ganadora de 2 Oscar (actor y montaje) en 1981 en un año en que la ganadora fue “Gente corriente” de Robert Redford. En esa década de los 80 continúo su colaboración con Robert De Niro en “El club de la comedia” (1982), ninguneada a nivel de premios salvo sus 5 nominaciones en los Bafta (premios que siempre han acogido positivamente a la filmografía del director), la irreverente “Jo, ¡qué noche!” (premio a la mejor dirección en el Festival de Cannes de 1986), o “El color del dinero” (1986), concebida como vehículo de lucimiento para Paul Newman recuperando uno de los papeles icónicos de su juventud. La década terminaba con la polémica del Jesucristo más terrenal y carnal en “La última tentación de Cristo”, cinta en la que los Oscar fueron los únicos que reconocieron el trabajo de Scorsese brindándole una nominación a mejor director, solitaria candidatura para la película.
Llegó "Uno de los nuestros" en 1990 como una de las películas definitorias de toda una filmografía, una cinta enérgica sobre el mundo de la mafia y los pobres diablos que acaban en ella aprisionados por sus códigos morales y corruptelas. 6 nominaciones a los Oscar la colocaban en buena posición pero, al igual que con “Toro salvaje”, un actor metido a director se interponía en su camino siendo la edición de Kevin Costner por “Bailando con lobos”. Aun así, los Bafta volvieron a demostrar la querencia por Scorsese dándole 5 premios (entre ellos el de película y director), aunque curiosamente Joe Pesci no fue nominado (único ganador del Oscar por esta película).
La leyenda de Scorsese iba creciendo independientemente de los premios a pesar de que los 90 fue una época de lugares comunes entre remakes (“El cabo del miedo”), cine de época (“La edad de la inocencia”, que le reportó nominación al Oscar como guionista), reencuentro con las mafias (“Casino”) y los ideales de la fe (“Kundun”), así como un intento nada disimulado de recuperar la esencia de “Taxi driver” en “Al límite”, ahora con Nicolas Cage como conductor de ambulancias pero nuevamente con Paul Schrader en el guión en ese Manhattan infectado de violencia, miserias humanas y luces de neón.
Con la catalogación ya de maestro sólo quedaba el Oscar que lo refrendara y, aunque la humildad (falsa o no) haga hacer creer que a artistas como él no le importan estos premios, desde luego sus siguientes películas no podían ir más directas a conseguir el galardón. Es el caso de "Gangs of New York", bajo el manto de la poderosa Miramax, que pretendía ser una película fundacional como “La puerta del cielo” de Michael Cimino o “Érase una vez en América” de Sergio Leone. Aunque es una de las cintas más recordadas de la última época del director, los continuos problemas en el presupuesto, en el rodaje y en la postproducción a la hora de limitar el metraje, para evitar una excesiva duración en salas, se saldó con una portentosa e icónica interpretación de Daniel Day-Lewis (que iba ya lanzado a ser poco tiempo después el único actor con 3 Oscar como protagonista) y 11 nominaciones al Oscar que no se materializaron en ninguna, año en el que el musical partió la pana con “Chicago” en la edición de 2003. Hubo una nueva oportunidad con "El aviador" dos años después pero, a pesar de que la noche partió bien con 5 premios técnicos, finalmente “Million dollar baby” (que irrumpió en la fase final de la carrera) se llevó los principales galardones. Mientras Clint Eastwood conseguía su segundo Oscar como director, Martin Scorsese seguía incapaz de convencer a la Academia de una manera definitiva.
Con "Infiltrados" todo cambió a pesar de protagonizar una de las carreras más emocionantes que se recuerdan con “Babel” ganando el Globo de Oro y “Pequeña Miss Sunshine” obteniendo tanto el Gremio de Productores como el de Actores. La Academia lo diseñó todo para que esta vez no continuara el slogan "Three 6 Mafia 1 – Martin Scorsese 0" y fueron Steven Spielberg, George Lucas y Francis Ford Coppola los que nada disimuladamente entregaron el premio a mejor director para entregárselo a su amigo. Ovación en la sala y deuda cumplida aunque la Academia llegó, como casi siempre, tarde y mal. Los años siguientes Scorsese ha proseguido su carrera consiguiendo una mayor incidencia en el público que ha respaldado en taquilla sus películas como en el caso de la infravalorada “Shutter Island” y, sobre todo, "La invención de Hugo" y “El lobo de Wall Street” que volvieron a valerle nominación a mejor director.
En su expediente final 1 Oscar y 12 nominaciones, 3 Globos de Oro (“Gangs of New York, “Infiltrados”, “La invención de Hugo”), 2 Emmy (“Boardwalk Empire”, “George Harrison: Living in the material world”), 3 Bafta (como director, guionista y productor de “Uno de los nuestros”), 2 Critics´Choice (“El aviador”, “Infiltrados”), 1 Palma de Oro por “Taxi driver” y premio al mejor director por “Jo, ¡qué noche!” en el Festival de Cannes, y 1 premio del Gremio de Directores (“Infiltrados”).
“Silencio” sigue siendo una incógnita y habrá que ver si la Academia respalda o no, y de qué manera, al nuevo trabajo de Scorsese en el que, ya sin la presión del Oscar, con el respeto de la industria y con el favor del público en taquilla, ha podido quizás ofrecer una de las películas más personales, libres, atrevidas y filosóficas de toda su carrera. Él puede permitírselo porque su reino ya pasó hace bastante tiempo el olimpo de cualquier premio.
Nacho Gonzalo