Conexión Oscar 2017: Actor

Querido Teo:

La categoría de mejor actor se ha revelado como una de las más igualadas que se recuerdan en este apartado. Podríamos decir que las opciones de los máximos favoritos están al 50%. Por un lado tenemos al patriarca negro Denzel Washington, que podría alcanzar la cifra de Oscar que ya alcanzaron Jack Nicholson y Daniel Day-Lewis (y que tiene en el premio SAG su mayor aval), y por otro a un Casey Affleck que ha demostrado a todos este año su talento en una de las interpretaciones más alabadas en lustros. La expresividad contra la introspección, la furia contra el dolor, el exceso contra la sutilidad. La emoción está servida y todo hace presuponer que no muchos votos marcarán la diferencia.

Actor

Los candidatos

Casey Affleck (Manchester frente al mar)

Ya hace tiempo Casey Affleck dejó atrás la etiqueta de “hermano de…” y ahora está a punto de conseguir algo que su hermano Ben no parece que vaya a conseguir en un futuro a medio plazo; ganarse un Oscar como mejor actor. Casey Affleck obtiene su segunda candidatura tras su intenso y torturado personaje en “El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford” que ya le valió la nominación en 2008 como actor de reparto; pudiendo haber sido en su momento tan merecedor de la estatuilla como lo fue Javier Bardem. Lo hemos continuado viendo espaciando sus trabajos y ofreciendo algún protagonista interesante como los de “Adiós, pequeña, adiós”, “El demonio bajo la piel” o “En un lugar sin ley”. Ahora para muchos ha llegado el papel de su vida como un tipo que vuelve a su barrio natal de Massachusetts al producirse una desgracia, la muerte de su hermano, teniendo que hacerse cargo del hijo de éste. Allí recordará a su fallecido familiar y se reencontrará con su ex mujer. Una película que cumple los cánones del drama “indie” y que encierra una interpretación introspectiva, sutil pero llena de matices de un Affleck que alcanza la madurez como actor siendo su principal arma hacer fácil lo difícil mostrando un amplio retazo del dolor, las desesperanzas y frustraciones del hombre cotidiano, tan perdido como intenta él evitar que lo esté su sobrino. A su favor tiene estar ante una de las películas del año pero en contra estamos claramente ante un perfil de ganador poco habitual para el Oscar; sin excesos, sin cambio físico y siendo un intérprete relativamente joven y sobre el que ha volado la intermitente y tímida polémica de su presunto acoso a dos trabajadoras durante el rodaje de “I´m still here”. Hollywood parece dispuesto a pasarlo por alto premiando la interpretación masculina que más consenso ha generado este año a su favor.

Andrew Garfield (Hasta el último hombre)

Andrew Garfield ha conseguido su primera nominación y, como en el caso de Sally Field por “Forrest Gump”, Mila Kunis por “Cisne negro” o Shailene Woodley por “Los descendientes”, en ocasiones todavía pensamos que fue candidato en su día al Oscar por “La red social”; tan importante fue para él ese trabajo y tan presente estuvo en la carrera hasta el día de las nominaciones. Tras dejar atrás los cantos del Hollywood comercial con “The amazing Spider-Man”, este año ha tenido un doble papel protagonista confiando en él dos nombres tan importantes como Mel Gibson en “Hasta el último hombre” y Martin Scorsese en “Silencio”. Aunque se apostaba por él por su trabajo en la cinta de Scorsese, en principio mucho más esforzado y exigente, ha sido su labor en la cinta bélica que ha supuesto la redención académica del director de “La pasión de Cristo” por la que forma parte de la nómina de candidatos. En “Hasta el último hombre” la presencia de Garfield recuerda a la del joven Mel Gibson en “El año que vivimos peligrosamente” aunque, en realidad, estemos ante una historia real, la del primer objetor de conciencia del ejército USA que salvó muchas vidas a pesar de no tener la necesidad (ni la conciencia) de coger un arma. El personaje de Desmond Doss tiene esa vulnerabilidad, fiereza e ingenuidad en un mundo deshumanizado y de belicosidad reinante en la II Guerra Mundial dando vida a un joven médico que demostró como la fuerza de voluntad y el compañerismo puede ser el más valioso de los instrumentos. Una interpretación que, a pesar de ser cuestionada en algunos momentos ante el tono algo cursilón de la primera parte, ha estado presente durante toda la carrera en los principales premios.

Ryan Gosling (La la land)

A pesar de la fama de Ryan Gosling queda muy lejana la que era hasta el momento su única nominación en los Oscar. Hablamos de “Half Nelson” con la que el actor de “El diario de Noa” demostraba que, además de un galán romántico, podía encarar papeles dramáticos de peso. Hubiera merecido la nominación al año siguiente por “Lars y una chica de verdad” y se quedó descolgado en las temporadas de “Blue Valentine”, “Drive”, “Los idus de Marzo” o “La gran apuesta”. Tras brillar en la “buddy movie” cómica este mismo año con “Dos buenos tipos”, y mientras rueda la secuela de “Blade Runner”, Gosling vuelve a los Oscar silbando al ritmo del disfrute musical de Damien Chazelle como un pianista fracasado que acaba quedándose prendado de una aspirante a actriz mientras sigue empeñado en volver a purificar en los tiempos contemporáneos la esencia de la música de jazz. Gosling se preparó a conciencia para el papel y, aunque su voz no es lo más agradable de escuchar engrosando la nómina de “actores cantantes de taberna” como Pierce Brosnan o Russell Crowe, acabó provocando que su doble en las escenas en las que tocaba el piano fuera despedido ante su habilidad en tres meses para interpretar el mismo los números de la película. Su Sebastian irradia encanto, carisma, humanidad y cierto espíritu quijotesco a la hora de encarar la vida y el amor al igual que, a pesar de remar contracorriente, tener que pasar por el aro de la industria musical aunque eso sea con el tiempo un atajo para cumplir su verdadero sueño.

Viggo Mortensen (Captain Fantastic)

De ser una anecdótica opción a ganarse con todo lo merecimiento la plaza en la que es también su segunda nominación al Oscar tras la de “Promesas del Este” en 2008. Viggo Mortensen es un padre de familia que busca alejarse de los vicios de la sociedad de consumo y capitalista, decidiendo disfrutar del modo de vida humanista y naturista en un bosque del interior de Estados Unidos y en una caravana sin necesidad de contacto con el mundo exterior ni para estudiar, comer, establecer vínculos afectivos o saber cuál es la última canción de moda. Un ecosistema basada en lecciones culturales, técnicas de protección personal o culto a Noam Chonsky impartido por un padre que protege a sus hijos de la banalidad y de esa doble moral que coarta a una sociedad incapaz de hablar de sexo o de la muerte con total naturalidad. Una película muy disfrutable con un reparto bien conjuntado y entregado encabezado por un pletórico Viggo Mortensen en un guión tendente a la réplica logrando que, aunque navegue por algunos patrones establecidos como el inevitable enfrentamiento con la familia de la mujer del protagonista por ver cuál es el mejor futuro para los críos, o uno de ellos se rebele ante lo que les inculca su progenitor, no dé en ningún momento sensación de repetición con alguna otra película a pesar de derivar en un final satisfactorio pero complaciente. Siguiendo la fórmula de “Pequeña Miss Sunshine”, y dejando una sonrisa en el espectador, Viggo ha estado presente en todos los premios sin los nervios de la presión por la victoria y con la satisfacción del trabajo bien hecho.

Denzel Washington (Fences)

Si Sidney Poitier fue en su día el ideal de negro de los blancos, ahora se puede decir lo mismo de Denzel Washington para la Academia y es que, siempre que llega la polémica del #OscarSoWhite, Denzel Washington acaba siendo proclamado ganador como lo fue en esa edición histórica de 2001 en la que consiguió su segundo Oscar. Ahora vuelve a estar bien colocado gracias al que es su tercer trabajo como director; después de que con “Antwone Fisher” y “The great debaters” a lo máximo que llegara fue una nominación al Globo de Oro para la segunda. Con “Fences” tiene la mejor carta de presentación para aspirar a una tercera estatuilla que le igualaría con los grandes (véase Jack Nicholson y Daniel Day-Lewis). Washington da vida a un ex jugador de béisbol en la década de los 50 que sufre en sus propias carnes el prejuicio racial que perjudicó la posibilidad de tener una fulgurante carrera terminando como basurero en Pittsburgh y manteniendo una complicada relación con su familia. Washington ya ganó el Tony por el montaje teatral y la interpretación es puro Actor´s Studio; quizás no muy novedosa pero con el suficiente potencial y garra para sumar votos. Precisamente ese exceso dota a este trabajo tanto de vistosidad como de cierto hartazgo de ver una interpretación tan al límite (tocando la gloria pero también algún momento excesivamente cargante) lo que dificulta sobremanera un consenso que pueda asegurar su victoria. El Troy de Washington es, sin duda, uno de sus trabajos cinematográficos que más se recordarán (está concebido para ello) pero, en tiempos en los que el minimalismo gestual casi se valora, más cuesta verlo con un Oscar a pesar de que, sobre todo, sería un gran titular que tocara el olimpo (tras los premios de “Tiempos de gloria” en 1990 y “Training day (Día de entrenamiento)” en 2002) y la estadística del SAG de actor protagonista (desde 2005 ha coincidido siempre con el Oscar) siendo estas sus mayores bazas; casi más que la meramente interpretativa en la que hay sobreactuación pero también a un intérprete de raza y que lo da todo.

El dictamen

Ganará: Casey Affleck (Manchester frente al mar)
Alternativa: Denzel Washington (Fences)
Quiero que gane: Casey Affleck (Manchester frente al mar)
Echo de menos: Joel Edgerton (Loving)

Nacho Gonzalo