Conexión Oscar 2016: "Spotlight" y "La verdad" se unen al subgénero de cine sobre periodismo
Querido Teo:
Este año el subgénero de cine sobre periodismo está muy presente en la carrera ya que, al menos, dos de las películas que mejores críticas han tenido hasta el momento inciden en esa temática. Todavía queda un poco para valorar si realmente "Spotlight" y "La verdad" son contendientes de peso pero todo parece indicar que van a ser bien tratadas por las Asocaciones de Críticos (sobre todo la primera) y eso puede generar una inercia a su favor. La película de Thomas McCarthy viene de ser finalista en el Festival de Toronto y, además, algunos gurús no dudan ya en catalogarla como auténtica favorita al Oscar en un año en el que las películas que ya se han visto no es que estén precisamente apasionando. Por su parte, “La verdad” de James Vanderbilt se centra más en sus interpretaciones y es que Cate Blanchett compite consigo misma y su papel de productora televisiva podría valerle la candidatura que hasta ahora todo el mundo le otorgaba por “Carol”. Aun así, el cine sobre periodismo (al igual que el judicial) siempre logra atraer el público por todo lo que tiene de intriga conspirativa y los Oscar no han sido una excepción a la hora de caer en su influjo de “Ciudadano Kane” a “Buenas noches y buena suerte” pasando por iconos setenteros como “Todos los hombres del presidente” o “Network, un mundo implacable”. Eso sí, lamentablemente logradas cintas como “Luna nueva”, “Primera plana”, “Zodiac” o “Nightcrawler” recibieron un importante varapalo sin ninguna candidatura a pesar de lo reconocidas que son hoy en día. Como nuestra sociedad, y la propia profesión, los cambios de la misma han tenido reflejo en el cine pasando por la época de los magnates, el sensacionalismo, la investigación más metódica, la indignación social, el compromiso de sus miembros o la dimensión torrencial auspiciada por las nuevas tecnologías.
Ciudadano Kane (1942)
1 Oscar al mejor guión original + 8 nominaciones (película, director, actor, fotografía, dirección artística, montaje, música y sonido).
Debido al éxito del programa de radio de “La guerra de los mundos”, el presidente de los Estudios de cine RKO ofreció a Welles el que se considera el mejor contrato para un director que aún no había debutado; un contrato con libertad artística completa para dos películas. La primera de estas películas fue “Ciudadano Kane” (1941). Welles dirigió, produjo e interpretó el papel principal de la película, además de colaborar con Herman J. Mankiewicz en la escritura del guión; que cuenta la vida de Charles Foster Kane (personaje inspirado en el magnate William Randolph Hearst) a través de la investigación de un periodista tras su muerte. La película tuvo una buena recepción crítica y recibió 9 nominaciones a los Oscar, alzándose con la estatuilla de mejor guión. Sin embargo, la película no logró una buena taquilla por las trabas que puso el poderoso Hearst a la distribución de la película. La película fue muy innovadora tanto por su narrativa no lineal como por su nuevo estilo filmográfico, aprovechando la profundidad de campo, el uso del picado y el contrapicado, juegos de iluminación e inteligentes movimientos de cámara con grúas y travellings. También fue pionera en ciertos efectos visuales, usó un complejo maquillaje para representar las diferentes edades del protagonista, un buen uso del sonido que aprendiera en su experiencia radiofónica y una genial banda sonora compuesta por Bernard Herrmann. Sin embargo, tuvieron que pasar años hasta que la película fue realmente reconocida como la obra maestra que es. Ese mismo año llegaba “Juan Nadie” de Frank Capra, sobre cómo la prensa puede crear héroes anónimos consiguiendo nominación en la extinta categoría de mejor historia, y al año siguiente el tema periodístico tomaría un cariz más propio de la screwball comedy con “La mujer del año” de George Stevens con nominaciones en actriz (Katharine Hepburn) y guión original.
El gran carnaval (1953)
1 nominación al mejor guión adaptado.
Billy Wilder sumaba una nueva nominación como guionista en esta historia sobre el periodismo como espectáculo a través de un alcohólico retirado a un diario de menor tirada en Nuevo México que intenta reverdecer sus tiempos de gloria en la profesión a raíz del intento del rescate de un minero indio en un túnel. Una crítica al interés desorbitado por alargar la noticia aunque ello suponga la damnificación de quien es víctima. La desgracia en favor del beneficio del sector y el puro sensacionalismo algo que, de otra manera, también veríamos en “El show de Truman”, con un personaje como producto de masas televisivo orquestado por una central a lo “Gran Hermano”, o incluso en el musical "Chicago".
A sangre fría (1968)
4 nominaciones al Oscar (director, guión adaptado, fotografía y música).
A finales de los sesenta del siglo pasado, esta historia de Truman Capote revolvió a los espectadores con una violencia que nunca habían visto. La novela le había llevado al éxito y la fama, pero a costa de cinco años de trabajo y buena parte de su equilibrio emocional, concentrados desde entonces en las páginas de la obra por la que más se le recordará; este alegato contra la pena de muerte. Capote confío en el buen hacer de Richard Brooks tras sus adaptaciones de Tennessee Williams y el resultado no pudo ser más acertado por su minuciosidad y estética.
Todos los hombres del presidente (1977)
4 Oscar al mejor actor de reparto (Jason Robards), guión adaptado, dirección artística y sonido + 4 nominaciones (película, director, actor de reparto y montaje).
La cinta de Alan J. Pakula es todo un clásico del género y no es extraño que sea referencia inmediata para “Spotlight” tal como lo fue también para “Zodiac”. Pasado el escándalo, y tras el premio Pulitzer conseguido por la investigación, el cine se interesaba por el minucioso e influyente trabajo para la profesión que llevaron a cabo los periodistas del The Washington Post, Bob Woodward y Carl Bernstein, a la hora de destapar el caso Watergate que provocó la dimisión de Richard Nixon. Una película que define no sólo a un subgénero sino también a una década de cine en la que el conjunto de directores de la llamada “generación de la televisión” dejó una impronta imborrable.
Network, un mundo implacable (1977)
4 Oscar al mejor actor (Peter Finch), actriz (Faye Dunaway), actriz de reparto (Beatrice Straight) y guión original + 6 nominaciones (película, director, actor, actor de reparto, fotografía y montaje).
En la edición con temática más periodista que se recuerda, promovida no sólo por dos grandes películas sino por el descreimiento de una sociedad que comenzaba a hacerse preguntas ante la incertidumbre de los nuevos tiempos y el trasvase entre el tradicional modo del “american way of life” y los nuevos roles familiares y psicológicos, nos encontramos en el complemento perfecto para la cinta de Pakula. Las dos tratan sobre el compromiso y la ética de una profesión como valor que aportar a la sociedad, pero si en la cinta de Pakula nos encontrábamos ante una minuciosa trama casi detectivesca, para Lumet era el turno del estallido de la indignación social, la tiranía de los grandes medios y sus editoriales, el peso de las audiencias y la propagación del mensaje a través de un medio de masas e instantáneo como es la televisión. A pesar del gran año para el subgénero periodístico, y de desencanto social acompañado por tener a “Taxi driver” entre las nominadas, fue la más épica, patriotera y popular “Rocky” la que se llevó el gato al agua.
El año que vivimos peligrosamente (1983)
1 Oscar a la mejor actriz de reparto (Linda Hunt).
Peter Weir comenzaba a asomar por unos premios para el que ha sido postulado en 6 ocasiones entre director, productor y guionista no habiéndose llevado nunca el Oscar. La cinta nos presentaba a un inexperto reportero australiano interpretado por Mel Gibson que era enviado a Indonesia estallando la rebelión comunista contra el presidente Sukarno. La película, que compitió por la Palma de Oro de Cannes, fue uno de los hitos de su década pero en la carrera de premios sólo estuvo presente en la categoría de mejor actriz de reparto por el excelente trabajo de Linda Hunt como el enigmático fotógrafo que se convierte en el aliado del personaje de Gibson siendo, además, el único Oscar de toda la Historia ganado por un intérprete dando vida a un personaje de sexo diferente. Debería de haber estado en otros apartados como el de fotografía o el de música por el gran trabajo de Maurice Jarre. Años después, y aunque trataba un tema más televisivo y kafkiano que puramente periodístico, Weir volvía a los Oscar con “El show de Truman” en la edición de 1999.
Los gritos del silencio (1985)
3 Oscar al mejor actor de reparto (Haing S. Ngor), fotografía y montaje + 4 nominaciones (película, director, actor y guión adaptado).
La historia de un corresponsal de guerra que acude en 1972 a Camboya estableciendo contacto con un nativo que será su guía e intérprete. Al caer el gobierno en 1975 por el régimen de los Jemeres Rojos, USA se retira y toda la familia del intérprete huirán del país pero éste será fiel a su camaradería con el periodista llevándole esa decisión a un campo de concentración cuando intente abandonar el país tras vivir refugiado en la embajada francesa. Una impactante historia de amistad que supone una de las óperas primas más logradas de la Historia del cine (Roland Joffé nunca ha vuelto a estar a este nivel aunque dos años después volvió a conseguir candidatura como director por "La misión") en la que todo casa bien destacando la dirección, guión, fotografía y música de Mike Oldfield. Siguiendo este estilo de películas en 1987 competiría para el Oscar “Salvador”, también con un reportero en el entorno de las guerras civiles de Centroamérica con nominaciones para James Woods como actor protagonista y al guión original. Al año siguiente llegaba “Grita libertad” saldada con 3 nominaciones al Oscar en las categorías de actor de reparto (Denzel Washington), música y canción. También “Bajo el fuego” en 1984 con candidatura para la música de Jerry Goldsmith.
El dilema (2000)
7 nominaciones a los Oscar (película, director, actor, guión adaptado, fotografía, montaje y sonido).
Algo más olvidada de lo que merecería, la película de Michael Mann emergió en la fase final de la carrera dejando fuera de la categoría de mejor película a cintas como “Magnolia”, “Cómo ser John Malkovich” o “El talento de Mr. Ripley” en el que fue sin duda un año de gran cosecha. Aquí veíamos la incesante investigación por parte del productor de un programa de noticias sobre la relación con el cáncer a sus consumidores que provocaba una importante industria tabacalera. Una cinta con nervio, con un guión sólido y efectivo, buenas interpretaciones y quizás demasiada aura intelectual y hermética que le convirtió más en una opción de "qualité" que en una propuesta valorada por el público.
Buenas noches y buena suerte (2006)
6 nominaciones a los Oscar (película, director, actor, guión original, fotografía y dirección artística).
George Clooney alcanzaba el estatus de director comprometido y genuino en una edición inolvidable para él ya que, aunque se fue de vació por esta película, sí que se llevó un Oscar a título personal en la categoría de mejor actor de reparto por su personaje en “Syriana”. En “Buenas noches y buena suerte” llevaba a cabo todo un alegato sobre la libertad de prensa con el caso real del presentador de noticias de la CBS, Edward R. Murrow, que en los primeros 50 desafío en directo al senador McCarthy en plena “caza de brujas”. Una cinta quizás demasiado fría, y convencida de su mensaje y estética documental con ese poderoso blanco y negro, que sólo se calentaba en los monólogos de David Strathairn. Quedó en un segundo plano en el año de la dominación en la carrera de “Brokeback Mountain” y, como aquella, perdió frente a la más accesible “Crash”. No obstante, y antes de la irrupción del Sorkin de hoy en día, la película pasó al top de preferidas para mucha gente del gremio que confundieron el apoyo a su valiente mensaje con la calidad que podía tener la película.
El desafío (Frost contra Nixon) (2009)
5 nominaciones al Oscar (película, director, actor, guión adaptado y montaje).
A pesar de que Ron Howard siempre sea criticado por el San Benito de haber ganado uno de los Oscar más cuestionados (el de “Una mente maravillosa” en 2001) no se puede negar su efectividad casi funcionarial. En un momento de su carrera en que parecía más interesado en la obra de Dan Brown, sorprendía con este ejercicio dialéctico y periodístico basado en el debate televisivo que mantuvo el periodista David Frost con un Nixon que intentaba redimirse tras tres años de silencio por el caso Watergate. Un thriller de intriga en el que, además de introducirnos en las entretelas televisivas de todo debate político, encontramos un documento histórico fílmico sobre la sagacidad periodista y la vena incisiva frente al punto de vista cortesano que se encuentra a la hora de ver como encaran algunos periodistas sus entrevistas.
Nacho Gonzalo