Conexión Oscar 2016: Alejandro González Iñárritu director de actores

Querido primo Teo:

“Si yo fuese actor creo que no soportaría trabajar con un tipo como yo. Puedo llegar a ser un dolor de cabeza, pero por el alto compromiso con la excelencia, que requiere de una entrega absoluta, empezando por mí. No soy nada fácil”. Así se veía Alejandro González Iñárritu en una entrevista concedida el pasado año al medio de comunicación argentino Rumbos. No se puede negar que una de las principales virtudes de El Negro está en su capacidad para extraer petróleo de los intérpretes con los que trabaja, aunque en “Biutiful” se pudo comprobar que hay más de una excepción. Y antes de su consagración con “Birdman” ese aspecto ha sido el más valorado por los académicos, aunque de momento ninguno de sus actores ha sido recompensado con el Oscar.

Con su primer largometraje, “Amores perros” ya se pudo ver su gusto por las historias protagonizadas por personajes al límite y su aparente facilidad para sacar lo mejor de los actores. Nos descubrió a Gael García Bernal y nos enseñó que Goya Toledo puede ser una intérprete extraordinaria, aunque desgraciadamente eso no se haya tenido muy en cuenta desde entonces. Eso fue lo que dejó perplejo a Sean Penn cuando vio el film en su presentación en la Semana de la Crítica del Festival de Cannes del año 2000, en donde se llevaría el premio a la mejor película, y le dijo al director "donde quieras y cuando quieras".

González Iñárritu no tardó mucho en dar el salto a Hollywood y reclutó a Sean Penn, Naomi Watts, Benicio del Toro y Charlotte Gainsbourg para “21 gramos”. Aunque Sean Penn hiciese uno de sus mejores trabajos, fue merecedor de la Copa Volpi en el Festival de Venecia, fue más votado por los académicos por su visceral interpretación en "Mystic River" de Clint Eastwood. Quienes llegaron a los Oscars fueron un Benicio del Toro en busca de la redención y una sobrecogedora Naomi Watts, que no pudo hacer nada frente Charlize Theron por “Monster”.

“Babel” supuso la ruptura definitiva entre Alejandro González Iñárritu y su guionista Guillermo Arriaga. En el film dirigió a dos grandes estrellas como son Brad Pitt y Cate Blanchett, pero llegaron a los premios de la Academia la mexicana Adriana Barraza, antigua colaboradora del director de su etapa en la televisiva, que daba vida a una niñera que se mete en problemas al cruzar la frontera con dos niños norteamericanos para asistir a una boda, y la japonesa Rinko Kikuchi, que se metió en la piel de una adolescente sordomuda atormentada. González Iñárritu consiguió arrancar una de las mejores interpretaciones en la carrera de Brad Pitt, su manera de romperse en silencio mientras habla por teléfono es realmente conmovedora, lamentablemente se quedó fuera de la nominación.

Concluida su "trilogía de la muerte" y su colaboración con Guillermo Arriaga rodó en Barcelona “Biutiful”. El film suponía el encuentro entre uno de los directores de actores más celebrados con Javier Bardem, que en aquel momento estaba en la cúspide de su carrera, acababa de ser galardonado con el Oscar por “No es país para viejos”. Se metía en la piel de Uxbal, un traficante inmigrantes, que quiere buscar la redención en la parte final de su vida. “Biutiful” supuso un bache en carrera de González Iñárritu, fue decepcionante incluso a nivel interpretativo, aunque la labor de Javier Bardem fuese aclamada y llegase a los Oscar.

Tras el revés sufrido por "Biutiful" quiso dar un giro a su carrera. Concibió una comedia negra para hablar de algo que conoce perfectamente, el mundo de los actores. Lo hizo a través de la historia de una antigua estrella de cine, que alcanzó la fama gracias a la interpretación de un superhéroe, que quería revitalizar su carrera gracias a una obra de teatro. Alejandro González Iñárritu consiguió reinventarse como cineasta y logró la bendición de los académicos que reconocieron su labor como director, guionista y productor, pero no su función con los actores. Ni Michael Keaton, que realizó un ejercicio de exorcismo interpretativo, ni Edward Norton, que no se quedaba atrás y conseguía reírse de sí mismo, ni Emma Stone que demostraba hasta dónde podía llegar. Y se quedaron fuera unas excelentes Naomi Watts y Andrea Riseborough.

Con “El renacido” González Iñárritu ha vuelto a situar a dos actores entre los candidatos al Oscar, Leonardo DiCaprio y Tom Hardy. El mexicano ha sabido llevar al límite a ambos intérpretes, tanto a nivel físico como emocional. Y si nada se tuerce, hasta el Papa Francisco ha puesto su mano para que así sea, DiCaprio está bastante cerca de convertirse en el primer actor dirigido por El negro en alzarse con la estatuilla.

Mary Carmen Rodríguez