Conexión Oscar 2015: Película de habla no inglesa

Querido Teo:

Más difícil de lo que parece es apostar este año por la categoría de mejor película de habla no inglesa, más cuando ya se sabe que suelen tirar por la sorpresa relativa a pesar de que en los últimos años “En un mundo mejor”, “Nader y Simin, una separación”, “Amor” y “La gran belleza” cumplieron todos los pronósticos con suma comodidad. “Ida” podría seguir esa senda pero hay indicios para pensar que en USA puede dividir más que la unanimidad que ha despertado a nivel europeo. En un año en que quedaron en la cuneta apuestas tan fuertes como “Mommy”, “Dos días, una noche” y “Force majeure (Turist)” todo puede pasar y se puede decir que las cinco contendientes tienen todas ellas bastantes posibilidades de triunfo.

Las candidatas

“Relatos salvajes” (Argentina)

Este país cuenta con 6 nominaciones al Oscar previas y se llevó el premio con “La historia oficial” en 1986 y “El secreto de sus ojos” en 2010. Conjunto de seis relatos sobre las miserias humanas en situaciones cotidianas y realistas llevadas al extremo dentro del tono de una comedia amarga con un punto de locura en el que ha sido un gran éxito de crítica y público en su país. Y es que “Relatos salvajes” es el retrato de la indignación aunando a través de la coralidad de sus historias distintos aspectos de la condición humana en situaciones límites. Risas y debate garantizado con una cinta que, a pesar de estar narrada a través de seis segmentos, no sufre la irregularidad propia de este tipo de proyectos siendo cada uno de ellos más ilustrativo, divertido, impactante o hipnótico que el anterior.

La cinta tiene como principal aval el subidón que provoca tras verla, las múltiples sensaciones que despierta y la eficiencia de un reparto de altura con el que es imposible no sentirse identificado en algún momento. Y es que “Relatos salvajes” es una cinta universal que va más allá de territorios y culturas. Es la más diferente de todas las nominadas y la más efectiva, y ese estilo genuino que desprende es su mayor aval más allá de tener detrás el empuje de los hermanos Almodóvar, viejos conocidos de esta categoría.

“Tangerines” (Estonia)

Este país consigue su primera nominación al Oscar. La historia de dos amigos que se siguen ayudando entre sí en un campo de mandarinas en los inicios de la guerra civil de 1990. Pero un día, a las puertas de su casa, dos soldados resultarán heridos e Ivo tendrá que cuidarlos. La más pequeña y sencilla de las nominadas pero, quizás también, la más tierna y emotiva por todo lo que tiene de humanismo y generosidad. Una película que toca la fibra sensible y que encaja muy bien en el perfil de película ganadora en la década de los 90.

La metáfora y el intimismo se dan en una cinta en la que la guerra es un escenario que sobrevuela la historia pero que no impide que el sacrificio y la solidaridad se abran paso. Sin ocultar la guerra, esta es el conflicto que acaba potenciando la redención y la comprensión. Haciendo de la sencillez virtud, “Tangerines” podría dar la sorpresa frente a apuestas más inaccesibles y frías.

“Timbuktu” (Mauritania)

Este país consigue su primera nominación al Oscar. Un retrato humano sobre el horror tanto desde la perspectiva de las víctimas como de los yihadistas a través de una ciudad asediada por violentos extremistas en el que las prohibiciones, denuncias, lapidaciones y violaciones están a la orden del día. El proyecto surgió tras el hecho real de la muerte a pedradas de una pareja que había tenido hijos sin estar casados.

Un trabajo pulcro, sobrio, cuidado estéticamente, e intenso sobre las miserias y barbaridades en una sociedad a la que se le extirpa su posibilidad de moverse en libertad, siendo víctimas y prisioneros del odio y la moral de su propio país. Todo en un escenario en apariencia tranquilo pero de grandes corrientes y diatribas teológicas internas. Un retrato emocionante y humano, nada efectista ni reiterativo, que conmueve, indigna y hace reflexionar conformando un sincero, honesto y claro alegato contra la pena de muerte bajo cualquier circunstancia, condición o esquema social. Libertad frente al horror del fanatismo. La cinta ha conseguido 8 nominaciones en los premios César y, ante los hechos recientes acaecidos en Francia, el voto a esta película implica también un compromiso de denuncia y solidaridad claro. Sin ser efectista ni ofreciendo escenas que dañen la vista, se muestra claramente la brutalidad de llevar a los extremos nuestras ideas pudiendo, por la fuerza del mensaje que desprende, una “tapada” en la categoría.

“Ida” (Polonia)

Este país cuenta con 9 nominaciones al Oscar previas. Nunca se ha llevado la estatuilla. En la Polonia de los años 60 una joven novicia intenta, antes de ingresar en el convento como monja, averiguar un pasado familiar que tiene que ver con la ocupación nazi. “Ida” ha arrasado a nivel europeo y la nominación a mejor fotografía, a los Oscar les pirra la fotografía en blanco y negro al margen de la calidad de este trabajo en ese campo, podría hacer pensar que “Ida” es favorita pero ya hemos visto en anteriores ocasiones (“Amélie”, “El laberinto del fauno”, “La cinta blanca”) que eso no significa nada.

“Ida” es una película que sugiere más que muestra, una cinta que se apoya en el trabajo de sus dos actrices (tía y sobrina) que inician un breve pero intenso viaje de autodescubrimiento emocional con el fin de cerrar las heridas de su pasado. Y es que en la cinta de Pawel Pawlikowski los surcos emocionales y psicológicos dejados por la II Guerra Mundial también sobrevuelan la historia en un estudio reflexivo interesante que, no obstante, no puede evitar dejar una atmósfera de tedio a su paso que puede terminar siendo rechazada por algún académico, sobre todo por el hecho de que da la impresión de que estamos ante una historia mucho más cotidiana que lo que debiera, pudiendo ir el factor denuncia/emocional en favor de alguna de las otras contendientes con historias más universales. Potente argumentalmente, conmovedora en su temática y en la sensibilidad de sus interpretaciones, pero áspera a la hora de acceder a ella, y visualmente deliciosa con una fotografía en blanco y negro que parece querer evocar esos años y a los grandes maestros europeos como Dreyer, Bresson o Bergman favoreciendo el encuadre pictórico más allá de los movimientos de cámara. Una favorita que ni mucho menos lo tiene hecho y que tendrá que pelear con cuatro rivales fuertes para alzarse con la estatuilla.

“Leviathan” (Rusia)

Este país cuenta con 14 nominaciones al Oscar previas y se llevó el premio con “Guerra y paz” en 1969, “Dersu Uzala” en 1976, “Moscú no cree en las lágrimas” en 1981 y “Quemado bajo el sol” en 1995. Un áspero retrato de la podredumbre y corruptelas de una Rusia asfixiante en la que el protagonista se enfrenta a la expropiación de sus propiedades. “Leviathan” nos presenta una Rusia asfixiante en la que el protagonista se enfrenta a la expropiación de sus propiedades. La película conmueve por su profundidad, calidad y dominio impecable tanto en narración como en dirección de este retrato de la Rusia actual más pobre y miserable que sufre ante la falta de oportunidades y la posibilidad de que todo por lo que se ha peleado se desvanezca. Algo con lo que es difícil no identificarse en un estado de bienestar que se desmorona en gran parte de los países. Una película profunda y con muchas capas que hay que ir separando, aunque si la película se te mete dentro difícil que se vaya de la cabeza en meses por todo lo que encierra sin abandonar la crítica y la sátira pero sin minimizar la podredumbre social a la que nos enfrentamos y en la que da la impresión de que la clase media ha desaparecido para no volver ya que, por mucho que se cambien las tornas, se ofrece un mensaje pesimista sobre las corruptelas difíciles de extirpar por la tendencia que se tiene a ello cuando determinadas personas alcanzan el poder.

Teniendo unos buenos mimbres, y dejando huella, apoyada por un reparto que respira autenticidad y unos paisajes tan desoladores como sugerentes y angustiosos, le falta fuerza al estar apoyada en una atalaya propia del cine de autor pretencioso que, sin embargo, deja que en el guión se escape a través de alguna rendija un atisbo de humor negro y de thriller, algo que se agradece para una película densa que dura casi dos horas y media. Ganadora del Globo de Oro, y con Andrei Zvyagintsev como uno de los realizadores más interesantes que ahora por fin salta más allá del cine festivalero, podría terminar llevándose el gato al agua sacando petróleo de una mezcla de géneros sutil, que no acaba desentonando en el tono general de la historia, y que saca petróleo de sus elementos.

El dictamen

Ganará: Leviathan (Rusia)
Alternativa: Timbuktu (Mauritania)
Quiero que gane: Relatos salvajes (Argentina)
Echo de menos: Dos días, una noche (Bélgica)

Nacho Gonzalo