Conexión Oscar 2015: Ocho razones por las que Eddie Redmayne puede llegar a ser favorito al Oscar
Querido Teo:
Será británico, será joven y quizás no tan conocido como para coger inercia ganadora de cara al Oscar a mejor actor pero, desde luego, por talento y por el papel que tiene entre manos Eddie Redmayne podría dentro de unos meses dar la vuelta a todas las estadísticas y alzarse con el premio por dar vida a Stephen Hawking en "La teoría del todo" cinta que, desde la perspectiva de la primera mujer del físico, cuenta la historia de amor de la pareja y la lucha de Hawking por crecer profesionalmente mientras luchaba con la degeneración neuronal imparable que terminó postrándole en una silla de ruedas sin posibilidad ni de hablar ni de ejercer ningún movimiento demostrando que, aun así, se ha convertido en una de las figuras claves de la ciencia en el siglo XX. Todo un reto actoral para un intérprete que está pasando ya de ser una simple promesa a una realidad que nos sorprende con una gran capacidad para saber por dónde orientar su carrera y con un carisma innato combinando fragilidad y fuerza.
Un personaje histórico importante
Ya se sabe la querencia de la Academia a la hora de premiar a actores que interpretan a personajes reales, sobre todo si son importantes en la Historia de nuestro tiempo. En los últimos años hemos visto premiados los papeles de un músico icónico (Ray Charles), un sobresaliente escritor (Truman Capote), un dictador sanguinario (Idi Amin Dada), un político que luchó por los derechos de los homosexuales (Harvey Milk), el rey tartamudo que fue mascarón de proa de Inglaterra durante la II Guerra Mundial venciendo sus limitaciones (Jorge VI), el presidente USA más reverenciado (Abraham Lincoln) y un enfermo de sida que venció los diagnósticos de los médicos facilitando tratamientos alternativos para enfermos como él (Ron Woodroof). Redmayne encajaría perfectamente en esta secuencia de ganadores como el reconocido físico y divulgador británico que, además de sus teoremas respecto a las singularidades espaciotemporales en el marco de la relatividad general, así como de la radiación de los agujeros negros, mantiene en la película una emotiva y sacrificada historia de amor con la que sería su primera mujer, ejerciendo además ésta los roles de compañera, amiga, confidente y enfermera. Y es que el empeño por salir delante de un personaje que todos conocemos, aunque sólo sea por la imagen que tenemos de él en su silla de ruedas y con la cabeza ladeada, es la mejor arma para que el papel huela a Oscar.
Emoción frente a frialdad
Eddie Redmayne lleva el peso de la película y los espectadores asisten a la degeneración física del personaje mientras intenta mantener su historia de amor, frustrado ante la carga que ya presume que va a ser para su compañera Jane, y seguir trabajando en sus teorías. Ese espíritu de superación personal lleva a roles muy premiados en los 90 como el Daniel Day-Lewis de “Mie pie izquierdo”, el Tom Hanks de “Forrest Gump” o el Geoffrey Rush de “Shine”, superando toda tara física (aquí también podríamos incluir a Al Pacino en “Esencia de mujer” o incluso Jack Nicholson en “Mejor… imposible”) para salir adelante y convirtiendo en valor añadido su aparente limitación. El tono de la película, tierno sin llegar a la sensiblería telefilmera según las críticas que han llegado de la cinta tras su paso por diferentes lugares de exhibición, potencia ese carácter de crowd pleaser tanto de la película como de un personaje que se mete al bolsillo en el espectador, algo a lo que contribuye de manera irrefutable un Redmayne que ya sabe habitualmente lo que es provocar este efecto. Teniendo en cuenta que sus mayores rivales para el Oscar son los atormentados Bradley Cooper de “El francotirador” y Benedict Cumberbatch de “The imitation game”, así como los oscuros y poco empáticos Steve Carell de “Foxcatcher” y Michael Keaton de “Birdman”, está claro que Redmayne tiene la baza emocional a su favor.
Es joven… pero no tanto
Aunque parezca que Redmayne tiene 15 años ante su aspecto de niño de la guerra lleno de pecas, el actor cumplirá en Enero 33 años y, aunque en el apartado masculino es una edad temprana para ganar el Oscar, sería sólo el octavo actor más joven en conseguir el premio como protagonista. Más tempranamente que él fueron oscarizados Adrien Brody por “El pianista” (29), Richard Dreyfuss por “La chica del adiós” (30), Marlon Brando por “La ley del silencio” (30), Maximilian Schell por “Vencedores o vencidos” (31), Nicolas Cage por “Leaving Las Vegas” (32), James Stewart por “Historias de Filadelfia” (32) y Daniel Day-Lewis por “Mi pie izquierdo” (32).
Es desconocido… pero valorado
Además, y aunque todavía tenga lejos el estatus de estrella, Redmayne tiene en su haber dos papeles que llamaron mucho la atención de Hollywood; como el joven asistente de dirección prendado de la tentación rubia en "Mi semana con Marilyn" y como el decidido y enamorado Marius de “Los miserables”, quedándose por este trabajo a las puertas de la nominación al Oscar y brindando un gran momento en la edición de 2013 participando en el número musical de la película. Además, ya tiene el Tony 2010 por su intervención en la obra de teatro "Red".
Es británico… y eso es un plus de prestigio
Tampoco se puede considerar que sea un inconveniente que sea británico, primero por el respeto que se tiene en USA a los mismos y segundo por estar ante una Academia tan globalizada en la que incluso en 1965 y 2008 ninguno de los actores ganadores era usamericano. Eddie sería el 15º actor británico en ganar el Oscar al mejor actor protagonista tras George Arliss por “Disraeli”, Charles Laughton por “La vida privada de Enrique VIII”, Victor McLaglen por “El delator”, Robert Donat por “Adiós Mr. Chips”, Ronald Colman por “Doble vida”, Laurence Olivier por “Hamlet”, Alec Guinness por “El puente sobre el río Kwai”, David Niven por “Mesas separadas”, Rex Harrison por “My fair lady”, Paul Scofield por “Un hombre para la eternidad”, Ben Kingsley por “Gandhi”, Daniel Day-Lewis por “Mi pie izquierdo”, “Pozos de ambición” y “Lincoln”, Jeremy Irons por “El misterio Von Bulow” y Colin Firth por “El discurso del rey”.
Acierto de casting
Nadie puede imaginarse a un actor mejor que Redmayne para dar vida a Hawking, con el que comparte un físico peculiar. El de Hawking lastrado por la enfermedad y degeneración, está claro, pero es sorprendente el parecido que guarda Redmayne con el científico en su juventud. Y es que el actor tiene un físico muy particular, cercano a la androginia, a lo que contribuyen unos labios pronunciados, una delgadez famélica y un rostro inundado de pecas. Y aun así es un icono estilístico para algunas publicaciones que han contado con él como imagen en más de una ocasión. No sólo Redmayne puede tener un parecido físico con Hawking sino que, desde luego, confiar en un actor joven y talentoso como él ha sido la justificación por la que valía la pena hacer este biopic.
El factor “Los miserables”
La caída en picado de "Los miserables" cuando se dieron a conocer las nominaciones al Oscar afectó a las posibilidades de Eddie Redmayne para optar a una estatuilla en la que su entrada, sinceramente, era imposible teniendo en cuenta que competía el mejor quinteto de actor de reparto en muchos años (Christoph Waltz, Tommy Lee Jones, Robert De Niro, Philip Seymour Hoffman y Alan Arkin) pero su interpretación, con colirio o sin él, gustó mucho, tanto por el idealismo romántico que imprimía al personaje como la emoción con la que impregnaba su número en solitario recordando a sus compañeros caídos en la lucha. Y es que Redmayne, a pesar de que algunas notas sostenidas vocalmente hacen que incluso pueda llegar a graznar como una gallina, era uno de los miembros del reparto que salió mejor parado. “Los miserables”, por la propia idiosincrasia del proyecto, era el mejor escaparate y nuestro protagonista supo aprovecharlo al máximo erigiéndose como la gran revelación de una cinta en la que el resto del reparto sí que eran más estrellas que él. Redmayne estuvo muy presente en la campaña promocional de la película, con muchas entrevistas en revistas y shows televisivos, y su memorable intervención en el One day more! de los Oscar hizo que muchos se quedaran prendados, todavía más, de un actor que dos años después llega, ahora así, con grandes posibilidades de Oscar.
Un actor inteligente y que cae bien
Llámalo magia, química, carisma o lo que sea pero, en verdad, sólo unos pocos actores logran que el público empaticen con la gran mayoría de sus personajes. Quizás el aspecto aniñado de Eddie le aporta una ternura a sus personajes que provoca ese sentimiento, pero en verdad estamos ante un actor que en todos los papeles en los que le hemos visto se hacía con el bagaje emocional de la historia metiéndose al público en el bolsillo. Ya fuera como el valiente Jack de "Los pilares de la Tierra", como el fascinado Colin Clark de “Mi semana con Marilyn” o el soldado de “Birdsong”, Redmayne siempre ha cumplido demostrando, además, una exquisita inteligencia a la hora de elegir sus papeles. Con una carrera todavía muy breve, Redmayne no ha aprovechado su fama para meterse en productos ramplones o estereotipados. Ni sagas palomiteras ni comedias desbarradas sin gracia. En cambio, ha participado en producciones de época como la miniserie “Elizabeth I” con Helen Mirren, “Elizabeth: La edad de oro” con Cate Blanchett o “Las hermanas Bolena” con Natalie Portman y Scarlett Johansson, y sus dos próximos proyectos son ser el antagonista bizarro de "Jupiter ascending" e interpretar al travestido pintor danés Einar Wegener en "The danish girl", tercera colaboración con Tom Hooper. Estos títulos e intenciones futuras no pueden más que alabar su buen olfato a la hora de encarar una carrera marcada por papeles interesantes, sorprendentes y que han ayudado a no acomodarlo sino a revelarlo como uno de los mejores actores de su generación, ya más allá de las fronteras del Reino Unido. Y es que el esfuerzo, el tesón y el no ir a lo fácil suele premiarse y este año el Oscar podría certificar todos estos valores con un reconocimiento a un actor destinado a brindarnos en el futuro muchos grandes momentos.
Nacho Gonzalo